Opinión

Reyes Maroto, zarandeada por la “paradoja Carmena”

El drama de la candidata del PSOE no es que sea poco conocida, sino el contrario: sus expectativas electorales se desploman al mismo ritmo que los madrileños van teniendo noticias suyas

El admirable instinto de supervivencia de Pedro Sánchez –ningún político en España habría salido indemne de un trienio con tal derroche de autoritarismo– se ha demostrado inversamente proporcional a su capacidad para elegir un candidato competente con el que el PSOE pueda, al menos, tratar de disputar el Ayuntamiento de Madrid al Partido Popular. El experimento de «Pepu» hundió la marca en 2019 hasta situarla como cuarta fuerza en la capital y, ahora, la apuesta de la ministra Reyes Maroto amenaza con profundizar la sangría. Contra todo pronóstico, el principal problema de la titular de Industria y Turismo no hay que buscarlo en el hecho de que casi la mitad de los ciudadanos no la conociera en el momento de su designación –palabra de Tezanos en su CIS de octubre–. El drama de Maroto es exactamente el contrario: sus expectativas electorales se desploman al mismo ritmo que los madrileños van teniendo noticias suyas. Se enfrenta a la «paradoja Carmena»: la exjueza logró los votos necesarios para ser alcaldesa cuando nadie sabía de ella, pero se vio privada del bastón de mando tras cuatro años de intensa propaganda desde el Palacio de Cibeles.

Me imagino a los responsables de la campaña de Maroto de retiro monacal este pasado fin de semana como terapia frente al bucle de patinazos protagonizados por la ungida de Sánchez. Y es que no es solo la ministra que ha despreciado a Madrid en el reparto de los fondos europeos en materia turística. O la que fue incapaz de alzar la voz en el Consejo de Ministros y reclamar para Madrid la sede de la agencia espacial española a pesar de que la región concentra el 95% de esta industria.

Su reciente idea de aplaudir y calificar de «genial» un vídeo de la televisión pública catalana, tejido con el hilo de los tópicos rancios y el supremacismo nacionalista, en el que se insulta a los madrileños ha retratado a la candidata vallisoletana. Quizá pueda reconducir su campaña si se fija en algo de lo que está haciendo Rita Maestre. Aunque para eso tendría que conocer Madrid y empatizar con sus vecinos. Demasiado trabajo para 100 días.