Elecciones catalanas

21-D: El bloque constitucionalista ganaría en votos, pero no en escaños

La última encuesta de NC Report confirma que el independentismo perdería la mayoría absoluta y que el bloque constitucionalista ganaría en votos, pero no en escaños. Los 9 diputados de los Comunes serían decisivos

21-D: El bloque constitucionalista ganaría en votos, pero no en escaños
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La última encuesta de NC Report confirma que el independentismo perdería la mayoría absoluta y que el bloque constitucionalista ganaría en votos, pero no en escaños. Los 9 diputados de los Comunes serían decisivos.

Una Cataluña partida en dos. En la que el bloque independentista perdería la mayoría absoluta, pero tampoco la tendrían los partidos constitucionalistas. Las fuerzas soberanistas, incluyendo a la CUP, alcanzarían juntas los 66 escaños, es decir, se quedarían a dos diputados de los 68 necesarios para la mayoría absoluta, según la última encuesta con intención de voto de NC Report. La llave la tendrían Ada Colau y Pablo Iglesias. Su partido sigue cayendo con respecto a anteriores encuestas, pero no es obstáculo suficiente como para que los nueve escaños que les otorga este barómetro puedan ser decisivos para inclinar la balanza de un lado.

De acuerdo con la evolución de sondeos que ha venido publicando LA RAZÓN el bloque constitucionalista sube a mayor ritmo que el independentista: Cs, PSC y PP empezaron en septiembre sumando un 41,7% del electorado y según el último sondeo estaría en el 45%. En el mismo periodo, ERC, PDeCAT y CUP sólo han ganado nueve décimas.

El reparto de escaños según NC Report quedaría de la siguiente manera. El partido de Oriol Junqueras ganaría las elecciones con 34 escaños y el 22,4 por ciento de los votos. Mientras que Carles Puigdemont se quedaría con 25 diputados y el 16,1 por ciento de los votos. Como tercera fuerza, en todo caso, ya que Ciudadanos (Cs) se colocaría en segunda posición en el nuevo Parlamento catalán con 31 escaños y el 21,8 por ciento de los votos. La campaña alternativa de Miquel Iceta, que ha descolocado incluso a los de su propio partido con sus propuestas, le deja con 21 escaños, cinco más que en las elecciones de 2015. La formación de Rivera crece en 6 escaños en comparación con las últimas autonómicas.

Estos datos se ajustan a un escenario electoral en el que la participación llegaría al 75,1 por ciento, frente al 74,9 por ciento de las últimas elecciones autonómicas. Es curioso que por segmentos de edad, el porcentaje más alto de votantes de JxC está en los mayores de 65 años. En Esquerra, entre los 30 y los 44 años. Y en el partido de Rivera su nicho electoral más amplio está entre los votantes de 45 y 64 años.

Después de la noche electoral habrá qué ver, en todo caso, cómo se ajustan las alianzas en un escenario en el que el secesionismo tendrá que afrontar una renovación de sus liderazgos, por las futuras decisiones penales, y una revisión de su programa electoral. Después de amagar con una rectificación tanto desde Esquerra como desde el PdCAT, lo que se ha impuesto en campaña ha sido la salida menos pragmática y más radical. El programa independentista se limita a oponerse a la acción de la Justicia y a la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Pero la campaña va por un lado y la realidad por otro. Y está por ver de qué manera la CUP se ajusta a un contexto político en el que el nuevo Gobierno puede ser independentista, pero tiene taponada política y judicialmente la opción de la unilateralidad.

En cualquier caso, el independentismo está en su propia encrucijada, pero el coste de su fracaso político no es tan alto como cabría esperar desde un criterio estrictamente racional y si se tiene en cuenta el fracaso absoluto de su proyecto político y las mentiras en las que se sostuvo, y que han quedado acreditadas con los hechos de estos últimos meses. La declaración unilateral de independencia era inviable desde el punto de vista social, económico e internacional, pero Puigdemont y Junqueras sólo se dejan en el camino 29.714 votos de los que consiguieron en 2015.

Según la encuesta de NC Report, Cs gana 169.636 votos en comparación con las elecciones de 2015. El PSC sube en 136.717, mientras que el PP pierde 46.193. La suma es favorable para el bloque constitucionalista, en cualquier caso, porque los tres partidos superarían en votos a JxC, ERC y la CUP: 1.869.000 votos frente a 1.840.000 de los independentistas. Pero para que la candidata de Cs, Inés Arrimadas, pudiera ser investida como presidenta de la Generalitat necesitaría el apoyo de los de Xavier Domenech, una hipótesis más que complicada.

En teoría, este empate que pronostican los sondeos beneficia a los independentistas porque ganan en Gerona y Lérida, dos provincias en las que cuesta menos conseguir un diputado. Y porque de haber bloqueo, en principio parece más probable que los «comunes» se decanten por los partidarios de la ruptura.

Este sondeo, realizado entre el 4 y el 13 de diciembre, confirma, por otra parte, la tendencia al alza de la candidatura de Carles Puigdemont, que en el último mes ha subido un 5,4 por ciento. Mientras que ERC, sin embargo, sería el partido con más escaños, pero la tendencia señala que sigue cayendo, hasta cuatro puntos con respecto a la encuesta de noviembre. Es el triunfo de la apuesta por la radicalidad, por el voto más sentimental y populista, y por esa pose de llamamiento a la rebelión en la que ha sustentado toda su estrategia de campaña el ex presidente de la Generalitat. Esquerra ha intentado subirse después al mismo carro, pero no parece que Marta Rovira esté en condiciones de competir en condiciones de igualdad con el ex presidente a la fuga y que araña votos incluso con la bravuconada de anunciar que volverá a España para ser investido de nuevo como presidente de la Generalitat, aunque acabe en la cárcel en ejecución de la orden de detención que sí sigue en vigor en territorio nacional. Por escaños, Puigdemont crece en 8 diputados con respecto al sondeo de noviembre, los mismos que en este último mes se deja Junqueras.

También sigue subiendo el partido de Arrimadas, aunque en menor porcentaje que la coalición de Puigdemont. Según el sondeo, en un 2,2 por ciento. Y el PSC mejora otro 2,3 por ciento. Por escaños, los dos partidos ganan cuatro con respecto al barómetro de noviembre. Y otros cuatro son los que pierden los populares y los de Iglesias. Frente a los partidos que suben con el impulso del llamamiento al voto útil, en el lado inverso están Podemos, PP y la CUP, que continúan perdiendo apoyos respecto al citado último sondeo de noviembre. El PP cae en favor de Cs. Y dentro del independentismo, el voto útil penaliza en teoría a los de la CUP. No obstante, tradicionalmente este partido ha tenido siempre voto oculto, y es el argumento en el que se siguen refugiando los anticapitalistas para sostener que superarán las previsiones de las encuestas.