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66 escaños que deciden presidente

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En España hay 52 circunscripciones para elegir a los diputados del Congreso. 50 corresponden a las provincias y las dos restantes a Ceuta y Melilla. De éstas últimas se elige un diputado en cada una y los otros 348 se reparten a razón de dos fijos por provincia y el resto proporcionalmente a los habitantes de cada una, por lo que 100 corresponde a multiplicar las 50 provincias por 2 y los restantes 248 se asignan en función de la población de este medio centenar de circunscripciones, siendo Soria la que menos escaños tiene: sólo dos. Madrid es la que más: 37.

En territorio peninsular hay 19 provincias, las menos pobladas, que cuentan con 2, 3 o 4 escaños. Esta España vaciada alberga sólo a 4.489.178 de electores de un total de 37 millones. Es decir, que el 38% de las provincias sólo contienen al 12,1% de los censados. Tienen asignados 66 diputados, el 18,9% del total.

Por lo que en proporción a su población, cuentan con más escaños de los que correspondería, si atendemos solo el factor población y descartamos el territorial. De hecho, en unas generales con una participación del 70% se podría obtener en estas 19 provincias un escaño con solo 47.000 votos, mientras que en el resto el precio a pagar por un diputado es de una media de 81.000 votos.

Tradicionalmente sólo los grandes partidos de ámbito nacional y los partidos nacionalistas de mayor implantación en estas provincias han conseguido la representación: de 2 a 4 escaños. Por lo que ha sido misión imposible para el resto de partidos de menor entidad.

Ante las elecciones del 10-N, y con los sondeos realizados en la segunda quincena de octubre por NC Report para LA RAZÓN, la distribución de escaños en estas 19 provincias es, en la mayoría de ellas, muy similar a la del 28-A. Pero en siete el reparto no está cerrado.

En tres circunscripciones la división de la derecha podría acabar beneficiando al PSOE, es el caso de Cuenca, Albacete y Salamanca.

En Cuenca (tres escaños) se mantiene un pulso por el tercer escaño entre PSOE y PP, con uno cada uno. Los 17.000 votos de Vox no alcanzan representación, por lo que pueden privar al PP de su segundo diputado y permitir que el PSOE logre dos.

En Albacete (cuatro escaños) el resultado está muy abierto. Vox podría conseguir un escaño y, en ese caso, los otros tres se repartirían entre PSOE (dos) y PP (uno).

En Salamanca (cuatro escaños) el PP tiene asegurados dos y el PSOE uno. El cuarto se lo disputarán PSOE y Vox, privando al PP de su tercer diputado.

En otras dos la pugna es entre PP y PSOE: Lugo y Orense.

Y en la provincia vasca de Álava (cuatro escaños), la duda está en la asignación de su cuarto escaño entre UP y Bildu.

En tres provincias, en las que sólo el PP y PSOE aspiran a tener representación, se mantiene la lucha por el último escaño en juego. En Lugo (cuatro escaños) y Orense (cuatro) el reparto se limita a PP y PSOE. El PP tiene dos asegurados y el PSOE uno. El cuarto en cada una de estas dos provincias está pendiente de asignar entre estos dos partidos. También el tercer escaño de Teruel (tres diputados) baila entre el PSOE y el PP.

Mientras que en la mayoría de las 12 provincias restantes de la España vaciada, el reparto de escaños es también exclusivo entre PSOE y PP, concretamente en diez de ellas.

En ocho, el PP consigue el diputado que obtuvo Cs en las pasadas elecciones: Ávila, Burgos, Cáceres, León, Palencia, La Rioja, Segovia y Zamora.

En Huesca, es el PSOE quien se hace con el escaño del 28-A de Cs. Y en Soria, todo sigue igual: un escaño al PP y otro al PSOE.

En las restantes dos provincias, se dan circunstancias diferentes, pues son tres los partidos que obtienen representación. En Guadalajara, además de PSOE y PP, debuta Vox, que se lleva el escaño que tenía Cs del 28-A. Y en Lérida, además de los dos principales partidos independentistas, ERC y JxCat, el PSC obtiene también representación.