
Rearme
El 90% del dinero invertido en el rearme de España termina en manos de empresas y startups nacionales
Entre 2022 y 2024 España adjudicó 10.667 millones de euros en defensa, y el 90% fue a parar a industrias dentro del mismo país, impulsando una red de pymes, filiales y nuevas tecnológicas que ya destacan en Europa

El rearme español crece en volumen y soberanía industrial. Según los datos de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), entre 2022 y 2024 se firmaron contratos por valor de 10.667 millones de euros, de los cuales el 90% se quedó en empresas españolas: un 40,6% en compañías estrictamente nacionales y el resto en filiales locales de grupos extranjeros.
Este flujo de dinero ha convertido a la industria de defensa en un motor de innovación y empleo, especialmente en regiones como Andalucía, Madrid y Galicia, donde Airbus, Navantia, Indra y otras firmas concentran la mayor parte de la actividad.
El C295 MPA/MSA de Airbus encabeza el ranking de producción con 1.695 millones de euros para 16 aviones de patrulla marítima, mientras que el SIRTAP, un dron táctico de 495 millones, ya tiene su primer prototipo listo para volar en el centro de ensayos de Moguer (Huelva). Estos programas no solo refuerzan la flota militar, sino que arrastran a decenas de pymes especializadas en sensores, electrónica, materiales compuestos y software, creando una red de proveedores que se extiende por toda España.
Grandes contratos que arrastran a la cadena de pymes
Además de los gigantes, empresas como PLD Space, Sateliot, Alpha Unmanned Systems o FuVeX están demostrando que las startups españolas pueden competir en tecnologías de frontera. PLD Space, por ejemplo, ya lanzó el Miura 1 y prepara el Miura 5 con apoyo de la ESA, mientras que Sateliot despliega una constelación 5G-IoT en órbita baja con aplicaciones militares y civiles.
Estas compañías se benefician de programas como COINCIDENTE y el Programa Tecnológico Aeronáutico (PTA), que cofinancian prototipos y ensayos en centros como el CEUS de Huelva o el INTA en Rozas, lo que reduce el tiempo de maduración desde el laboratorio hasta el producto certificado.
España ya no solo compra tecnología militar, la diseña, la prueba y la exporta, como demuestra su participación en el dron naval ARROW, capaz de patrullar 740 km sin repostar, o en el sistema NASAMS, que moderniza la defensa antiaérea terrestre. Esto convierte al país en un núcleo tecnológico de referencia dentro de la estrategia europea de defensa, y abre la puerta a que el 90% del gasto se quede en casa no sea una excepción, sino la norma.
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