Presupuestos del Estado

Abril: Fecha límite para sellar el apoyo del PNV a los Presupuestos

Si se mantiene el 155 y los nacionalistas no ceden hay riesgo de que sean devueltos al Gobierno

El lendakari, Íñigo Urkullu, en el Parlamento vasco. El apoyo del PNV es clave para sacar adelante las cuentas públicas
El lendakari, Íñigo Urkullu, en el Parlamento vasco. El apoyo del PNV es clave para sacar adelante las cuentas públicaslarazon

Si se mantiene el 155 y los nacionalistas no ceden hay riesgo de que sean devueltos al Gobierno.

Tan contundente era ayer el PNV en seguir desmarcándose de la negociación de los Presupuestos de 2018 como el Gobierno en sostener su confianza en que hay margen para llegar a un acuerdo y sacar adelante el proyecto que este martes envía al Consejo de Ministros. Ésta es la gran cuestión nacional que en las últimas horas ha sido golpeada por los acontecimientos que se están precipitando en Cataluña a raíz del auto de procesamiento del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, de toda la cúpula independentista, y que ha provocado incluso la detención en Alemania del ex presidente Carles Puigdemont.

Nadie se atreve a aventurar hacia dónde pueden evolucionar los acontecimientos porque dependerá de las decisiones políticas y éstas, a su vez, también «de la calle». Pero al Gobierno se le ha agotado el tiempo para seguir dilatando la presentación del proyecto presupuestario del año en curso, ya que de poder ser aprobado en el Parlamento coincidirá con lo que debería ser la aprobación en Consejo de Ministros de las cuentas de 2019.

Si los Presupuestos entran el 3 de abril en el Congreso, la votación de las enmiendas de totalidad, que se deciden en su conjunto, serían alrededor del día 25 de ese mes. Para superarlas el Gobierno necesita 175 votos para que sean rechazadas, y eso le exige contar con el PNV, pero también con Ana Oramas de Coalición Canaria, además de Ciudadanos y los otros partidos minoritarios que apoyaron los Presupuestos de 2017. Ya para superar el trámite de la votación de las secciones entraría de nuevo en juego el voto del diputado de Nueva Canarias, Federico Quevedo, porque en ese caso no basta con los 175 votos sino que son necesarios 176 apoyos. En cualquier caso, finales de abril es la primera fecha clave para saber la vida que tienen por delante las cuentas que el martes aprobará el Gobierno. Si sigue en vigor el artículo 155 de la Constitución, y el PNV se mantiene en su posición, las enmiendas a la totalidad saldrían adelante y el proyecto volvería a Moncloa sin llegar a iniciar su debate en la comisión parlamentaria, fase previa a su ratificación definitiva en Pleno. En ese escenario, el Gobierno todavía podría presentar unos nuevos más adelante, aunque con los mismos riesgos de ser minoría mayoritaria. Si el PNV no entra, no saldrán en ningún caso. Y un nuevo rechazo de la Cámara tendría más desgaste que ir prorrogando los de 2017, opción que también entra dentro de la anormalidad más absoluta.

El Gobierno sabe que al PNV le interesa tanto como a ellos que los Presupuestos de 2018 salgan adelante porque encierran la continuidad de la financiación de los proyectos pactados en los de 2017. Pero la tensión política en Cataluña y sus repercusiones en el electorado vasco han pesado hasta ahora más que los intereses económicos que hay en juego. Con Presupuestos o sin ellos, ni el Ejecutivo ni la oposición barajan la opción de que las elecciones generales se celebren antes de las autonómicas y municipales del próximo año. Y eso coloca la Legislatura ya en 2019 y a meses de que Rajoy pueda sostener que pese a estar en minoría ha agotado su segundo mandato. El discurso de presión de la oposición con el mantra de que el Gobierno no puede gobernar por su debilidad irá a más en el caso de que no haya Presupuestos, pero ningún partido quiere elecciones en este momento porque todos creen que pueden utilizar a su favor el paso del tiempo. Además, desde el Ejecutivo se preparan para contestar al discurso de «su debilidad» con el contenido de los Presupuestos que el martes verá el Consejo de Ministros. El juego del rifirrafe político en el que cada vez hay más posibilidades de que en el camino se quede también la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica por muchos mensajes cruzados que se envíen desde las comunidades y desde el PSOE a modo de presión.