El PP aconseja a Mazón una dimisión en diferido y que gane tiempo con la reconstrucción

Carlos Mazón se examinará en su primera comparecencia parlamentaria para dar explicaciones de su gestión de la riada de hace dos semanas. En la cúpula de su partido hay división sobre el apoyo que se le está ofreciendo, incluso dentro del propio comité de dirección. Aunque, finalmente, se ha impuesto la decisión de Alberto Núñez Feijóo y del ala gallega –Miguel Tellado– de respaldarle. Ayer corrió el rumor de que pudiese anunciar que más adelante dejaría el cargo, lo que tiene sentido si se tiene en cuenta que dentro del PP hay quienes consideran que ésta es la mejor solución: decir que no dimite ahora por responsabilidad, pero que en 2027 no se presentará. Es un gesto que «exige grandeza», pero que también supone, como le han dicho, tener visión a largo plazo.

«Una dimisión en diferido te permite quedarte a gestionar la reconstrucción. Ganas autoritas, y pones el balón en el tejado de Sánchez. Y en el 2027 la vida puede ser muy diferente, sobre todo si haces una buena reconstrucción en estos tres años».

En clave política, la principal «equivocación» de Mazón, al menos según le reprochan en su partido, fue no escuchar el consejo que le dieron desde Madrid en el primer momento, el mismo martes por la noche: pedir la declaración de emergencia nacional y colocar en el presidente del Gobierno la carga de asumir la responsabilidad que le corresponde. También cometió el error, en el mismo plano político, de «creerse» a Pedro Sánchez en la primera reunión que mantuvieron en Valencia después de la riada, en la que el líder socialista le dijo «que le iba a ayudar» antes de que empezasen las filtraciones, de una y otra administración, por cierto, para ponerse a salvo de responsabilidades políticas.

Pero todo esto ya es pasado, y la decisión, arriesgada, de mantenerle el respaldo va ligada a la estrategia de ampliar el foco de las responsabilidades: desde la vicepresidenta y ministra Teresa Ribera al presidente de la Conferencia Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, por no haber avisado a la Generalitat a tiempo.

La salida del PP es buscar la manera de probar –con el cruzado de los avisos de emergencias del martes y el papel de las instituciones con responsabilidad en los mismos– que la información falló. Incluso deslizan que pudo haber ocultación de información.

El PP se encuentra ante el obstáculo de tener que dar la vuelta a un marco de comunicación y de opinión pública en el que el presidente de la Generalitat aparece como el primer responsable de las no decisiones o de las decisiones equivocadas que se adoptaron en las horas decisivas. Mientras que el Gobierno de la Nación «hacía dejación de su responsabilidad directa en cuestiones tan básicas como cortar la circulación en las infraestructuras que dependen de ellos».

Feijóo volvió ayer a echar un cable al presidente de la Generalitat, y llamó a calibrar la responsabilidad de cada uno y a estar atentos a las explicaciones que dará Mazón.

«El presidente de la Generalitat fue adoptando decisiones en función de la información en tiempo real que daba la Confederación Hidrográfica del Júcar. Y cuando hay un periodo de apagón informativo importante, superior a dos horas, cruciales para tomar decisiones, no me parece justo intentar trasladar responsabilidades a aquellos que simplemente tomaban decisiones en función de informaciones que eran responsabilidad de otros». Para añadir: «¿Creo que las cosas se pudieron hacer mejor? Sí. Pero vamos a calibrar la responsabilidad de cada uno».

El líder popular sabe que dentro de la cúpula de su partido hay quien defiende que se levante algún escudo para conseguir que la gestión de la DANA en la Comunidad Valenciana les dañe lo menor posible. El PSOE ya está movilizándose; la tragedia está ayudando a Vox a crecer; y la reconstrucción no es de un día para otro, sino que exigirá años en una competición entre Gobierno y Generalitat por ver quién gestiona mejor este proceso. A Mazón también se le ha recomendado que en la remodelación de su gobierno incluyese perfiles técnicos de mucho peso para borrar la imagen de mala gestión.

Desde el primer momento, Mazón ha tenido enfrente a un presidente del Gobierno que ha entendido que la DANA podía cambiar el guion de la legislatura: entre Cataluña, Euskadi y Comunidad Valenciana hay en juego casi cien escaños del Congreso de los Diputados. El PSOE necesita que Vox vaya hacia arriba, y desgastar al PP en una comunidad clave para mantener La Moncloa. De hecho, en las filas socialistas ya hay quien cree que este giro de guion puede animar a Sánchez a convocar elecciones el próximo año, en el momento en que entienda que el PP está más débil y él tiene más posibilidades de mantener lo que hoy ya posee y ganar tiempo en el poder. La situación parlamentaria, como demuestra la negociación del último paquete fiscal, es agónica. Y la situación judicial, ni en el «caso Ábalos» ni en la investigación a Begoña Gómez, se espera que mejore. Fuentes socialistas aseguran que Sánchez «ha visto que tiene una oportunidad política y no va a desaprovecharla».

Y esto es lo que ya también ven los dirigentes del PP, algunos con asiento en el comité de dirección del partido, por lo que lanzan el aviso de que no tiene sentido quemarse en la defensa del líder valenciano salvo que haga un movimiento impactante como el de anunciar que no se presentará a las próximas elecciones y se queda solo para entregarse en cuerpo y alma a la reconstrucción de las zonas devastadas.

De Mazón esperan que dé cuenta de su responsabilidad política y que adopte compromisos y traslade decisiones al pueblo valenciano que hagan que «la gente se sienta más reconfortada con la clase política».

Por último, Feijóo insistió ayer en reclamarle al presidente del Gobierno que atienda las propuestas del PP para ayudar a los afectados. «Si el Gobierno ha dejado sitio en el real decreto para perpetuar en su puesto a un cargo policial, estoy seguro de que lo tiene para incrementar las ayudas a las víctimas», señaló, en alusión a la inclusión de la continuidad del DAO de la Policía en el segundo decreto de ayudas.