Interior
Sin agua caliente ni calefacción: la situación de los guardias civiles y sus familias
Los acuartelamientos de Campillo de Alto Buey y Priego (Cuenca) se han visto perjudicados por unas malas condiciones de habitabilidad

La llegada del invierno genera preocupación a los guardias civiles destinados en los acuartelamientos de Campillo de Alto Buey y Priego (Cuenca). Estos funcionarios y sus familias conviven entre humedades, sin agua caliente ni calefacción. "Se encuentran claramente por debajo de unos mínimos aceptables", según la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
Esta entidad pone el foco en dos puntos de Cuenca donde los agentes y sus familias malviven. Por este asunto, AUGC ha reclamado a la Comandancia y al Ministerio del Interior que actúen de forma inmediata para garantizar unas condiciones dignas de alojamiento.
"Tal como merecen quienes prestan servicio permanente por la seguridad de todos", subrayan. Además, hacen hincapié en que la falta de calefacción y agua caliente en pleno invierno "no es un problema menor; se trata de un factor que afecta directamente al bienestar, salud y desempeño profesional de los guardias civiles".
AUGC subraya de la situación no puede permanecer sin respuesta. De la misma forma, exige un diagnóstico detallado, plazos concretos de actuación y solución definitiva para que estos acuartelamientos cumplan con los "estándares mínimos exigibles".

Los problemas de Cuenta tienen dos acuartelamientos afectados. En Campillo de Alto Buey, los pabellones residenciales muestran importantes signos de humedad que hacen que vivir en ellos resulte insalubre para los agentes y sus familias.
Filtraciones y humedades en la Guardia Civil
Unas deficiencias que se agravan con la climatología invernal, provocando riesgo de problemas de salud como asma, bronquitis, alergias o afecciones musculares. También pueden derivar en daños estructurales y en los materiales expuestos a largos periodos de humedad.
Por su parte, en Priego, pese a una inversión de más de un millón de euros, persisten fallos graves: los desagües del patio interior no evacuan el agua acumulada durante las lluvias, provocando filtraciones hacia plantas inferiores; además, la calefacción de geotermia lleva sin funcionar desde su instalación y hay pabellones que directamente carecen de agua caliente.
En algunos casos, las familias con menores a su cargo dependen de que vecinos del municipio les faciliten agua caliente para poder realizar tareas básicas.