Alerta en la Guardia Civil tras Barbate porque continúan las agresiones contra los agentes

Este viernes se cumple una semana de los trágicos asesinatos de dos guardias civiles en Barbate (Cádiz) por la embestida de una narcolancha. El episodio reflejó el envalentonamiento de los narcotraficantes y es eso lo que tiene en alerta y preocupa a la Guardia Civil porque consideran que han perdido el "principio de autoridad" por la falta de medios con la que están dotados los agentes para hacer frente a la delincuencia. De hecho, una semana después de los asesinatos, se han producido otros dos atentados contra policías en los últimos días: uno en Roquetas de Mar (Almería) y otro en San Roque (Cádiz), que dejó lesiones leves a los agentes, ya que los delincuentes golpearon los vehículos policiales.

Así lo manifiesta la asociación Independientes de la Guardia Civil (IGC) en un comunicado, en el que advierten de que se "siguen observando nuevos atentados, agresiones y actos de menosprecio por la vida de guardias civiles", algo que señalan que ya parecen "casos cotidianos". "Básicamente por la pérdida del principio de autoridad y ante la falta de respeto de ciertos elementos subversivos que pareciera que ven la delincuencia como su modo de vida, mostrando un total desprecio hacia la vida de los agentes", lamentan. "Impunidad con la que actúan, al verse en una mayoría de casos amparados por su superioridad numérica, la soledad de los agentes, la falta de medios apropiados y la tardanza de los refuerzos policiales", señala IGC, como razones del envalentonamiento de los delincuentes.

Ante este escenario, IGC interpela directamente al ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska y al Gobierno, al que exigen que "tome cartas en el asunto" para que se declare "la profesión como de riesgo, el tratamiento de autoridad y establezcan definitivamente las comarcas más 'sensibles' y arriesgadas como Zonas de Especial Singularidad", en alusión al Campo de Gibraltar. Además, también reclaman que se "amplíe la presencia policial en las calles" y se "blinde definitivamente las zonas más conflictivas de mayor riesgo". "Evitando así la sensación de impunidad que percibe el delincuente", que le incita a cometer hechos de este tipo y que detectamos vienen produciéndose con mayor asiduidad y brutalidad", expone IGC.

En este sentido, para IGC "resulta acuciante reestructurar unidades" porque es "incomprensible" que la Guardia Civil siga con "la misma estructura y despliegue territorial que hace 80 años" pese a que ha habido multitud de cambios en los últimos tiempos. Por ello, la asociación pide "una reorganización estructural" e insta a "renovar el material y el armamento actual y dotar de nuevos y mejores medios de auto-protección a los funcionarios policiales" (entre ellos, se solicita la compra y dotación para el personal operativo de pistolas eléctricas Táser, mucho menos lesivas que el uso de armas de fuego).