
Polémica
Alfonso Guerra, contra los pinganillos y por el adelanto electoral
El expresidente reconoce que no prevé el advenimiento de las urnas, porque los "sondeos" no favorecen a Sánchez

Siguen sumándose voces a la petición de un adelanto electoral. La última, la del exvicepresidente del Gobierno socialista Alfonso Guerra que ha valorado que la situación política de España "está llamando" a que se convoquen elecciones generales. No obstante, Guerra reconoce que no cree que esta petición vaya a tener éxito, porque "no parece que los sondeos" jueguen a su favor en medio de los presuntos casos de corrupción. En una entrevista en "Cope", Guerra ha considerado que la oxigenación de la política "pasa" por una convocatoria electoral.
Guerra ha sostenido que el PSOE "ha cambiado mucho en muy poco tiempo" y ha advertido al Gobierno de que en política "las facturas se pagan todas", y que "estas fealdades" -en alusión a los presuntos casos de corrupción que afectan al Ejecutivo-, por "muy bien que salga el error" se acaban asumiendo. De entre esos supuestos casos de corrupción ha hecho referencia a los que afectan al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, a su exasesor Koldo García: "Se hizo un relato épico de que con un coche épico (Sánchez) se iba a recorrer cada una de las agrupaciones (...) resulta que en ese coche épico salían Ábalos, Koldo y Santos Cerdán".
Tras defender que "la presunción de inocencia vale para todos", ha señalado que "el aroma general que se respira es muy poco favorable", y ha augurado que "será difícil que no haya algo". Eso sí, ha afirmado que "las cosas de las familias" no le gusta, y ha manifestado que "enredarse con la mujer, con el hermano" es "un poco complicado".
Ha sido más contundente con los audios filtrados de la exmilitante socialista Leire Díez, calificando como "horroroso" que se haya llegado a acusar a la Guardia Civil "de bombas al presidente del Gobierno". Para el exvicepresidente del Gobierno, es una afirmación de "tal gravedad extrema" que le parece increíble la relativa "tranquilidad" que se vive políticamente en España.
Pinganillos "ridículos"
Preguntado por la polémica durante la Conferencia de Presidentes a cuenta del uso de las lenguas cooficiales, Guerra ha calificado como "un poco ridículo" que se usaran pinganillos para hablar en una reunión en la que "todos hablan en castellano". Para Guerra, "las lenguas todas son grandes" y "cuidar la lengua está bien" frente a los que "han querido prohibir una lengua o hacer que no se hable otra para favorecer a esta".
"Fue escandaloso que en la etapa de la dictadura se persiga al catalán, o se persiga al vasco, que no se puede hablar, y que ahora se persiga el castellano en Cataluña. Es aberrante, porque es la misma teoría que fracasa", ha afirmado. Eso sí, ha tachado de "error grave" el gesto de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al abandonar la reunión de la Conferencia de Presidentes durante la intervención del lehendakari, Imanol Pradales, cuando se dirigió en euskera a los presentes.
"La política de silla vacía es un absurdo. Usted tiene que estar donde le han puesto. Usted tiene que responder de su responsabilidad. Nunca se debe usted ir de donde debe estar", ha añadido, para después insistir en lo "absurdo" que es que "en el salón, antes de entrar", los dirigentes hablen en castellano y, durante la cumbre, se pongan pinganillos para entenderse.
A cuenta del borrador de la sentencia sobre la Ley de Amnistía que está empezando a redactar el Tribunal Constitucional (TC), Guerra ha afirmado que si el órgano constitucional español avala la norma, él, "como demócrata", dirá que "es constitucional". Aunque ha advertido de que no se callará y que señalará las "contradicciones" que haya en la sentencia, porque "no se puede decir" que "no se puede entrar en la intencionalidad política" y luego decir "que esto ha servido para la convivencia y no sé qué más". "Oigan, ¿en qué quedamos? ¿Cabe la internacionalidad política o no cabe?", ha preguntado.
Guerra ha recordado que "esta es una amnistía elaborada por los beneficiarios de la amnistía", entre ellos el expresidente de Cataluña Carles Puigdemont. "¿Cómo se puede aceptar una amnistía redactada por los beneficiarios de la amnistía? Es una bofetada absoluta al derecho", ha sentenciado.
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