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Álvarez de Toledo se abre paso en la portavocía del PP en el Congreso

El PP rompe la congelación del fichaje de asesores en el Grupo para incorporar a la mano derecha de la diputada por Barcelona.

Casado con Cayetana Álvarez de Toledo, «número uno» por Barcelona en las últimas elecciones generales
Casado con Cayetana Álvarez de Toledo, «número uno» por Barcelona en las últimas elecciones generaleslarazon

El PP rompe la congelación del fichaje de asesores en el Grupo para incorporar a la mano derecha de la diputada por Barcelona.

A final de mes Pablo Casado resolverá por fin, previsiblemente, la reorganización de sus grupos en el Congreso y en el Senado, y nombrará a los nuevos portavoces en las Cámaras (habrá renovación en los dos casos). Puede, si quiere, seguir retrasándolos hasta septiembre, y esta posibilidad hay quien la ha barajado en Génova, pero el líder popular parece que se inclina por dejar cerrado este asunto antes de las vacaciones de verano. Siempre con el matiz de que tal y como está la situación política, algún imprevisto podría alterar una decisión que se basa en la confianza en que antes de agosto queden también constituidos los gobiernos de Madrid y de Murcia.

La impresión en el «núcleo duro» del PP es que Casado ha reafirmado su apuesta por Cayetana Álvarez de Toledo para que asuma la portavocía en la Cámara Baja. Una decisión cargada de simbolismo por lo que representa en clave externa e interna. Dentro de la dirección nacional hay opiniones contrarias, que conectan con los recelos que la «número uno» por Barcelona genera en amplios sectores de la organización popular. PeroCasado parece decidido a tirar hacia adelante. Y así interpretan en el PP el hecho de que la decisión de congelar la contratación de asesores del grupo parlamentario hasta que se nombren a los nuevos portavoces, después de rescindir los contratos de la etapa anterior, se ha ignorado para hacer una excepción con la incorporación de Pilar Marcos, «mano derecha» de Álvarez de Toledo, y quien ya la acompañó en la campaña en Cataluña.

Esta excepción sobre la regla general se interpreta en Génova como la confirmación de que en esta decisión sobre la portavocía en el Congreso, que ha abierto un intenso debate interno, gana el criterio del ex presidente José María Aznar y de otras voces cercanas al ex presidente, también próximas al actual líder del PP. Dicen que Casado escucha a «mucha gente», como a Carlos Aragonés, mítico jefe de Gabinete de Aznar.

Álvarez de Toledo se identifica dentro del partido con el «aznarismo» y con el «ala dura», y de ahí el debate abierto porque conecta con la discusión sobre la estrategia a seguir.

Los partidarios de Álvarez de Toledo defienden que es el perfil más adecuado para batirse en el cuerpo a cuerpo con Inés Arrimadas (Cs) en el Congreso, como ya hizo en la campaña de las generales en Cataluña. Aquel fichaje de las generales tenía como sentido demostrar en la «guerra» con Ciudadanos y Vox que al PP no le ganan por la derecha ni tampoco en el discurso «españolista». Si bien el resultado fue que el PP perdió por la circunscripción de Barcelona tres escaños y se quedó sólo con un diputado en Madrid.

Los críticos con esta decisión sostienen que la designación es un error porque la diputada por Barcelona le quitará todo el protagonismo a Casado y porque con su perfil personal y político «radicalizará» la imagen del partido. Hay quien piensa, sin embargo, que es la baza perfecta para seguir en la pelea por recuperar el voto de Vox. Pero el juego político en Cataluña no es el mismo que en el resto del territorio nacional ni tampoco es igual el perfil del votante del PP. En Galicia o en Andalucía, por ejemplo, Álvarez de Toledo es un nombre que incomoda. El pulso de los «barones» y de otros dirigentes del PP contra esta decisión tiene tal entidad que Casado frenó la reorganización de los grupos parlamentarios después de que el PP se hundiera en las elecciones generales y perdiese más de la mitad de sus escaños, en el peor resultado de su historia. La reacción contestataria de los «barones» contra la estrategia de la generales y lo que interpretaban como una derechización del PP obligó al líder popular a optar por el camino de la prudencia y esperar a ver si de las autonómicas y municipales podía obtener oxígeno para resolver en mejores condiciones esta batalla. Después de esos comicios, la decisión volvió a retrasarse a la espera de ver cómo se despejaba el mapa territorial con los pactos postelectorales. Y la negociación municipal le salió bien, y en el ámbito autonómico Génova confía en cerrar los gobiernos de Madrid y de Murcia antes de que acabe este mes y presentar también un buen expediente. Casado cree que en este marco tiene margen para tomar libremente sus decisiones.