Tribunales

Alvise equipara ante el Supremo la "crítica política" con el acoso a una fiscal por el que se le investiga

El líder de Salf apela a la libertad de expresión, mientras el juez apunta a que tuvo voluntad de "comprometer" la vida normal de Susana Gisbert

Luis 'Alvise' Pérez ha negado en el Tribunal Supremo que acosase en redes sociales a la fiscal delegada de delitos de odio y discriminación en Valencia, Susana Gisbert, y lo ha enmarcado en la "crítica política", amparada por su derecho a la "libertad de expresión"

Así lo ha trasladado el líder de Se Acabó la Fiesta (Salf) en declaraciones a la prensa tras comparecer de manera voluntaria, durante unos 30 minutos, ante el magistrado Juan Ramón Berdugo.

El alto tribunal indaga en si cometió contra Gisbert delitos de acoso o de 'stalking', provocación a delito de atentado contra la autoridad o funcionario público y/u odio a través de redes, a falta de iniciar los trámites para recabar la autorización del Parlamento Europeo para investigarle.

Alvise ha asegurado que, con esos mensajes en redes sociales, quiso trasladar que los representantes del Ministerio Público "son personas que quieren meter en prisión a ciudadanos que critiquen la inmigración masiva", como considera que es su caso.

En la misma línea, ha indicado que "ese tipo de cuestiones antes, antaño, eran libertad de expresión". "Hoy tengo que declarar en el Tribunal Supremo. Una de tantas", ha lamentado.

El Supremo asumió el caso dada la condición de aforado de Alvise como eurodiputado y al considerar que pudo haber actuado con "intención voluntaria y consciente de comprometer" la vida de la fiscal valenciana.

En 2024, el político difundió a través de su canal oficial de Telegram una serie mensaje en los que señalaba a Gisbert y que provocaron que otras personas le remitieran múltiples mensajes amenazantes o insultantes en redes sociales.

En uno de los mensajes difundidos en Telegram se hacía referencia al organigrama de "las personas responsables de la persecución ideológica llamada 'delitos de odio'". "Esta gente es la que nos está multando e intentando meter en prisión a miles de españoles por decir que la masiva inmigración ilegal es una invasión", manifestaba.

En el mensaje se instaba a buscar las identidades de dichos fiscales y añadía la imagen de Gisbert, a quien señalaba como la responsable de "haber exigido 3 años de prisión y 3.600 euros de multa a quien tuitee la palabra 'inmigración' e 'invasión' juntas".

Para el Supremo, "su llamada a que un grupo cercano a los 40.000 seguidores expresara y desarrollara una animadversión" hacia Gisbert y el hecho de que 'Alvise' "insistiera en esa reacción después de que muchos seguidores hubieran reflejado explícitamente la intención de alterar el normal desarrollo de vida de la fiscal y su familia", "muestra indiciariamente que pudo existir intención voluntaria y consciente de comprometer, de manera permanente y profunda, el normal desarrollo de la vida cotidiana de su víctima".

Asimismo, el tribunal tuvo en consideración que 'Alvise' -además de difundir dos mensajes- permitió "que se difundieran los perfiles que la denunciante tenía en X, Facebook e Instagram", donde estaba recibiendo "insultos y amenazas".

Según explicó, aunque de lo ahora investigado no se refleja que el eurodiputado "cursara directamente coacciones, amenazas o injurias" contra Gisbert, "ello no excluye una eventual responsabilidad criminal por los hechos que son objeto de investigación".

Sobre este extremo, el Supremo indicó que los funcionarios policiales que iniciaron la investigación no pudieron identificar a quienes realizaron comentarios en el canal de Telegram "Alvise Pérez Chat", pero sí pudieron identificar al administrador del canal: el propio eurodiputado.

Es la segunda vez que 'Alvise' ha acudido de forma voluntaria al Supremo por una causa abierta en su contra. El pasado 6 de junio, ya compareció por el procedimiento que se le abrió por haber difundido una PCR falsa del que fuera ministro de Sanidad y ahora presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa.

Además, el eurodiputado tiene abierta una tercera causa, la relativa a presunta financiación ilegal de partidos políticos y delitos electorales, entre otros, por los 100.000 euros que el empresario imputado en la Audiencia Nacional (AN) Álvaro Romillo, alias 'Cryptospain', afirma que le dio para Salf de cara a los comicios europeos de 2024.

Sobre esta última, Alvise ha asegurado este viernes en declaraciones a la prensa que volverá al TS "para la financiación ilegal", señalando que "es público y notorio" que recibió esos 100.000 euros. "Poco me parece que me pagaran 100.000 euros por media hora de charla", ha apostillado.