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Del escrache a los homenajes
La Jefatura de Policía y el Cuartel de la Guardia Civil se convirtieron en parada obligatoria de los manifestantes que mostraron su respeto por el trabajo de las Fuerzas de Seguridad
La Jefatura de Policía y el Cuartel de la Guardia Civil se convirtieron en parada obligatoria de los manifestantes que mostraron su respeto por el trabajo de las Fuerzas de Seguridad.
Durante una semana se han visto acorralados, acosados, insultados, pero ayer cambiaron las tornas. La Policía y la Guardia Civil recibió por parte de los manifestantes calurosas muestras de respeto y agradecimiento. La Jefatura de Policía de Vía Laietana, objeto de múltiples escraches, era ayer una parada obligatoria. Por fin, una veintena de agentes pudo custodiar el edificio, que desde el referéndum ilegal había sido rodeado y vigilado por los Mossos para evitar que manifestantes independentistas les agredieran. Ayer tan sólo tres Mossos observaban atónitos desde una esquina. Varias personas se hacían fotos con los agentes, les estrechaban la mano e incluso les llevaban flores. «Esta es nuestra Policía», coreaban, al tiempo que otros pedían que a Josep Lluís Trapero, el jefe de los Mossos, «lo metan en prisión». Los agentes respondieron con agradecimiento a estos homenajes improvisados que se repitieron también en diferentes comisarias. Incluso a alguno de ellos se les escapaban las lágrimas de emoción. Han sido días muy difíciles para ellos. Algunos policías nacionales quisieron de igual modo mostrar tu respecto y amor hacia Cataluña y colocaron una señera en un furgón repleto de flores y banderas de España. A tres kilómetros de la Jefatura, una reacción similar se producía en el Cuartel de la Guardia Civil de la Travessera de Gracia. Allí, hace seis días recibían insultos, tachados de traidores y le exigían su salida de Cataluña. Ayer, más de trescientas personas se concentraron para lo contrario. Este lugar es además muy representativo porque en el cuartel viven unas 300 familias, niños que han estado escuchando cómo agredían verbalmente a sus padres y que ayer se encontraron con la caricia de los manifestantes. «No estáis solos», coreaban los presentes, que se amontonaban tras una pancarta en la que se expresaba gratitud a las Fuerzas de Seguridad. «España ya está aquí», continuaban. Por su parte, Pablo Vázquez, presidente de la Junta de Gobierno de la Agrupación de la Guardia Civil, exigió al Gobierno de la Generalitat que deje de «enfrentar a los catalanes» y que todo vuelva lo antes posible a «la normalidad». Al cierre de esta edición todavía seguían pasando tanto por la Jefatura de Policía como por el Cuartel de la Benemérita varias personas como Eduardo, de 36 años que considera que «ha sido una vergüenza lo que se ha visto estos días». «Es increíble lo que hemos conseguido hoy. Creo que esto servirá para que sepan que en Cataluña sí queremos a la Policía y a la Guardia Civil. Tenemos que darles todo nuestro apoyo y respeto», afirma emocionado.
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