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Felipe VI a las víctimas del 17-A: «Estamos con vosotros»

Los homenajeados acaparan el protagonismo en un acto oficial sobrio y contenido presidido por los Reyes, que regresaron a Madrid con la satisfacción de haber demostrado que lo importante son los afectados

El Rey, ayer, durante el homenaje a las víctimas de los atentados en Barcelona y Cambrils
El Rey, ayer, durante el homenaje a las víctimas de los atentados en Barcelona y Cambrilslarazon

Los homenajeados acaparan el protagonismo en un acto oficial sobrio y contenido presidido por los Reyes, que regresaron a Madrid con la satisfacción de haber demostrado que lo importante son los afectados.

Felipe VI homenajeó a las víctimas de los atentados del 17 de agosto en La Rambla con la mano en el corazón y una ligera reverencia con la cabeza hacia los familiares y afectados por la tragedia que golpeó a la capital catalana hace justo 12 meses. Dos gestos de profundo calado en un entorno hostil, con una enorme pancarta ondeando en plaza de Cataluña que advertía de las intenciones del independentismo: «The spanish King is not welcome in the catalan countries». La respuesta del Monarca fue un escueto pero claro «estamos con vosotros» dirigido a las víctimas.

Los Reyes afrontaban ayer su cuarta visita a Cataluña en lo que va de año en medio de un clima especialmente áspero, con un asunto tan sensible como el primer aniversario de los atentados de Barcelona marcado en la agenda. En el recuerdo también estaba la manifestación del año pasado, con Felipe VI abucheado por los independentistas y rodeado por esteladas y proclamas antimonárquicas. Una imagen difícil de digerir por la politización de un acto dedicado al duelo.

El ambiente no pintaba mejor para este primer aniversario, con los CDR llamando al boicot y el Govern recordando cada dos por tres la vinculación de los homenajes del 17-A con los líderes independentistas presos. Tampoco ayudó la pancarta colgada la noche anterior en uno de los vértices de plaza de Cataluña dejando claro que la Casa Real «no es bienvenida» para el independentismo. La atmósfera se relajó cuando empezó el homenaje oficial organizado por el Ayuntamiento de la capital catalana, con los Reyes como máximos representantes del Estado en un acto contenido y pensado especialmente para las víctimas, en total 150 de 12 países. En una segunda fila de alto voltaje político también estuvieron el líder del Ejecutivo central, Pedro Sánchez; el presidente de la Generalitat, Quim Torra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la presidenta del Congreso, Ana Pastor; su homólogo en el Parlament, Roger Torrent; y líderes como Pablo Casado o Albert Rivera.

Felipe VI y Letizia fueron recibidos por la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, quien ejerció de anfitriona junto a Pedro Sánchez. Tras recorrer a pie un tramo de apenas cien metros, el público congregado respondió con aplausos y vítores a la presencia de los Monarcas. De hecho, durante varios momentos de la mañana se pudieron escuchar gritos de «Viva el Rey» en plaza de Cataluña y un significativo «no estás solo». Las banderas españolas también fueron mayoría dentro del recinto destinado a asociaciones y vecinos invitados e incluso se oyó algún grito de «no tinc por» [«no tengo miedo»] –uno de los lemas del año pasado– al final de la ceremonia.

Los Monarcas rehuyeron cualquier atisbo de trifulca y se acercaron rápidamente a las víctimas, ubicadas en primera fila por delante de las autoridades. Fue entonces cuando el Rey respondió al gesto de varios de los allí presentes de levantarse ante su presencia con la mano en el pecho, varios saludos e incluso una reverencia con la cabeza ligeramente inclinada.

De hecho, las víctimas y los familiares de los afectados por los atentados terroristas del año pasado lograron acaparar el foco que requería el primer aniversario del 17-A. El acto fue sobrio y sencillo, con espacio para la música y la poesía y sin parlamentos ni mensajes oficiales. La única voz conductora que se escuchó fue la de la periodista Gemma Nierga, quien dio paso a las actuaciones programadas durante 45 contenidos minutos.

El homenaje arrancó con «El Cant dels Ocells», un oficioso himno de la paz compuesto por Pau Casals, que interpretaron 15 alumnos violoncelistas de escuelas municipales de Barcelona. Le siguió la lectura del fragmento de un poema de John Donne, «Devociones sobre situaciones inesperadas», leído por ocho jóvenes que profesan distintas religiones en las ocho lenguas de las víctimas del 17-A en lo que fue uno de los momentos más intensos de la ceremonia.

«Barcelona os acoge y os quiere acompañar en el dolor. Queridas familias que habéis sufrido tanto y que tanto sufrís, acabamos este acto, pero no dejaremos de acompañaros, porque queremos la paz, pero no queremos la indiferencia», resumió Gemma Nierga antes de dar por concluido el acto. Otro de los momentos más emotivos de la jornada de ayer fue la ofrenda floral de las víctimas en el mosaico de Joan Miró, ubicado justo en medio de La Rambla. Rodeados de un escrupuloso silencio, los afectados salieron del Ayuntamiento de Barcelona y recorrieron a pie los pocos metros que separan la plaza Sant Jaume del punto donde la furgoneta acabó el año pasado su trágico recorrido. Una vez allí, depositaron varias flores en unos maceteros que luego se abrieron al público. Allí, las víctimas estuvieron acompañadas por la alcaldesa Colau y el president Torra, entre otras autoridades. Los Reyes acudieron directamente al acto oficial para no «sobreexponer» al Monarca ante el posible boicot independentista. Luego, el séquito se dirigió en autobús hacia plaza de Cataluña, un emplazamiento completamente blindado por los distintos cuerpos de seguridad.

Los Reyes regresaron a Madrid al término de los actos. Según informan desde el entorno del Jefe del Estado, tanto Don Felipe como Doña Letizia regresaron satisfechos de haber podido saludar a las víctimas, cumpliendo así con su objetivo desde que la Casa del Rey decidió que el Monarca sí estaría en los actos de Barcelona: dejar claro que lo importante son los afectados, como así quedó patente tras saludarlos uno a uno. Una sensación muy distinta a la que tuvo Don Felipe en la manifestación del año pasado. A pesar de que el presidente de la Generalitat incurrió en descalificaciones hacia los Monarcas, Zarzuela se mantuvo en su línea de no entrar en las provaciones del presidente de la Generalitat y si quisieron dejar un mensaje fue el que pusieron en uno de los globos que se lanzaron al cielo por iniciativa de la Asociación de Comerciantes del Mercado de la Boquería: «Siempre con las víctimas».