En clave económica
La apuesta de Feijóo: rebaja del IRPF para clases medias y bajas
Este compromiso tiene que ir acompañado de un plan de reducción del gasto público y de ajuste para cuadrar las cuentas
Génova activó, junto con la convocatoria de las elecciones del 23-J, una intensa ronda de contactos con representantes de los más variopintos sectores profesionales, empresarios, sindicatos, perfiles del mundo de la cultura y demás colectivos que pueden aportar ideas para la elaboración exprés del programa de gobierno con el que Alberto Núñez Feijóo se presentará a las elecciones del 23 de julio. Sobre todo están escuchando a sectores económicos, sociales y al tejido asociativo.
El objetivo es concretar un documento con las primeras actuaciones que llevará a cabo Feijóo si alcanza la Presidencia del Gobierno, en un plan abierto «a derecha y a izquierda». En propuestas, nombramientos, y demás decisiones, la dirección popular está haciendo equilibrios para construir un proyecto y un equipo que combine perfiles que den cuerpo al objetivo de ensanchar la base social y electoral en las urnas. El adelanto electoral ha descolocado todas las agendas y ha dejado al PP sin tiempo para celebrar las convenciones sectoriales que suele utilizan como marco para «vender» sus compromisos programáticos.
En unos casos es Génova la que convoca; en otros, está siendo Génova la que recibe la llamada con la oferta de colaboración o de «papeles». La dirección popular quiere jugar en clave estratégica con el programa y demostrar que Feijóo tiene un plan de gobierno «sólido», dicen, y que contrapondrán «con el lío y el ruido de las izquierdas».
El programa será el gancho sobre el que el PP apelará a una mayoría social en las urnas, que trascienda los bloques para anteponer la reconstrucción de un proyecto común de país. Este será uno de los ejes discursivos de Feijóo en la campaña, según confirman en el equipo que trabaja en el programa electoral.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha retado al PP a medirse en el terreno económico. Moncloa ningunea el discurso y la alternativa de la oposición, y se niega a aceptar que los españoles no sepan valorar en las urnas su «buen hacer» y las cifras de su balance. Para dar forma a sus compromisos Génova está contando con las opiniones y los papeles que le llegan desde ámbitos muy plurales.
Esa sensación de que se aproxima un cambio de gobierno actúa como motor para que al PP se acerque la «flor y nata» del poder económico e industrial, de la banca, del ámbito tecnológico, fondos de inversiones y hasta representantes diplomáticos de otros países. Por detrás de los nombres conocidos, y de los «peones» vinculados a la fundación Reformismo21, la expectativa de poder es un imán para atraer «manos» que no se identifican públicamente con las siglas del partido, pero que sí quieren hacer aportaciones de manera silente.
En clave económica, Feijóo irá a las elecciones con una propuesta de rebaja de impuestos, y, pese a la deuda y el déficit que acumulan las cuentas públicas, mantendrá su apuesta por una bajada del IRPF para rentas medias y bajas, que concretará en sus horquillas. Están trabajando en un programa económico «muy pegado a la calle, a las familias», con el fin de aprovechar la distancia que separan las cifras macro de la realidad social de España.
Este compromiso tiene que ir acompañado de un plan de reducción del gasto público y de ajuste para cuadrar las cuentas, ya que las previsiones apuntan a una ralentización del crecimiento en 2023, con respecto a 2022, que se extenderá hasta 2024 y Bruselas prepara la reactivación de las reglas fiscales.
Feijóo es muy crítico con el aumento de la deuda pública y acusa al Gobierno «de haber salido a los españoles a razón de 6.000 millones de euros cada mes en deuda pública». Bajadas de impuestos sin contrapartidas en el lado del ajuste del gasto público corren el riesgo de ser tachadas de populistas y no ajustadas a la realidad.
Del programa, el equipo de Feijóo considera prioritarios los capítulos dedicados a la fiscalidad, a los fondos europeos, a la reducción del gasto público, así como las reformas acordes al plan de calidad institucional que el líder popular presentó en Cádiz a principios de año.
Este plan busca deshacer el programa de la coalición en materia penal para favorecer al independentismo, por ejemplo. También incluye la propuesta de establecer por ley las pautas para la configuración de gobiernos, limitando su dimensión en ministerios, altos cargos y asesores.
El programa de estas generales concretará la reforma del CIS, para garantizar su independencia y el desarrollo de la reforma judicial que en esta legislatura han propuesto al presidente del Gobierno para desbloquear la renovación de las vacantes en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y en el Tribunal Constitucional (TC), desde el principio de una mayor independencia.
Génova insiste en la idea de que sostendrá su plan de gobierno en medidas que exigirán acuerdos a derecha y a izquierda, pero el perfil del futuro grupo socialista, conformado por afines a Pedro Sánchez, alejan la posibilidad de acuerdos con el PSOE, en el caso de que las urnas confirmen un cambio de gobierno, salvo que hubiera un paso atrás del presidente del Gobierno.
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