Gobierno de España

Art. 99: Lo importante es el resultado

La Razón
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De nuevo se está desenfocando el debate en estos días. El artículo 99.2 de la Constitución es muy claro. Si el Rey ha realizado una propuesta formal de candidato a la Presidenta del Congreso, es porque el candidato ha aceptado que dicha propuesta se formule. Pero lo importante, ahora, no es que se celebre cuanto antes el debate de investidura, sino tener garantías de un resultado positivo.

Y si todos los partidos están de acuerdo en que no debe haber terceras elecciones, no entiendo esta preocupación por asegurarse de la celeridad del proceso. El Pleno del Congreso tendrá que reunirse cuando haya garantías de que el candidato que el Rey ha propuesto vaya a recibir un mínimo respaldo de la Cámara, que le permita formar Gobierno. Si no, ¿qué interés puede haber? ¿Que empiece a correr el reloj para que volvamos a agotar el plazo de los dos meses y haya que volver a disolver las Cámaras y convocar nuevas elecciones? Pero, ¿no quedamos en que nadie quiere esas elecciones? Falta mucha coherencia y sigue habiendo mucho postureo y estrategia partidista. España no necesita que los políticos piensen en sus intereses particulares, sino en los de España.

También parece que todos están de acuerdo, salvo el PP, en que el vencedor de las elecciones debe gobernar en solitario y todos los demás pasarán a hacer una «oposición responsable». Pero para que esa oposición sea auténticamente responsable, desde el principio, deben asumir la posición «responsable» de permitir que se forme Gobierno. Sin embargo, no parece muy «responsable» decir, a priori, como Sánchez, que se va a sentar con Rajoy pero que no va a «negociar nada». Una abstención no significa un apoyo, solamente abrir la puerta a una legislatura en la que es evidente que quien llevará la batuta es el Parlamento. Y que el Gobierno tendrá que seguir la pauta que le marque el Legislativo, donde no tiene mayoría, para empezar al abordar la inminente y necesaria aprobación de los Presupuestos.

Se dice también que el PP no ha ofrecido nada en las incipientes negociaciones. Pero, para empezar, algunos a quienes no correspondían puestos en la Mesa del Congreso los tienen, y no cualquier puesto, y para seguir, se ha facilitado a varios grupos un documento que sí, tiene una parte del programa electoral del PP, pero con algunas cuestiones abiertas y cambiadas con relación a la postura inicial. Es más, si analizamos el propio documento del pacto Ciudadanos-PSOE con ecuanimidad y sin prejuicios, veremos que un porcentaje muy elevado de esas medidas están también en el programa del PP o, incluso, se han comenzado ya a poner en práctica por el Gobierno (antes de que entrase en funciones, claro).

Los tiempos, a partir de ahora, los marca la Presidenta del Congreso, y no hay plazos prefijados en la Constitución. Pedro Sánchez pidió un mes, y nadie elevó reproche jurídico alguno. Ya otros candidatos se tomaron anteriormente unas cuantas semanas para negociar. El foco, por tanto, no hay que ponerlo en qué pasos son o no obligados ahora. Lo único que ahora tiene sentido es sentarse a negociar (y no para hacerse la foto), que quienes quieren pasar a la oposición se den cuenta de que para convertirse en oposición tiene que haber primero Gobierno, y deben facilitar su constitución, y que termine ya el teatro, el postureo, el tacticismo y la demagogia, porque los españoles están ya hartos de la situación.