LA RAZÓN accede a la denuncia
Así fue el secuestro del empresario que financió a Alvise: "Me van a pagar si te mato a ti y a tu mujer"
LA RAZÓN accede a la denuncia que presentó Álvaro Romillo ante la Policía en la que relata el asalto en casa que acabó en robo millonario
Álvaro Romillo acudió en la tarde del pasado lunes a poner en conocimiento de la Policía Nacional el secuestro que sufrió en el chalé en el que reside, situado en la Comunidad de Madrid, a manos de cinco hombres, de los cuales a tres identificó como de origen colombiano.
LA RAZÓN ha podido acceder a la denuncia completa que interpuso el hombre detrás de Madeira Invest Club (MIC), el 'chiringuito financiero' -según la CNMV- que está siendo investigado en la Audiencia Nacional por la presunta macroestafa de más de 200 millones de euros a sus inversores.
A su vez, Romillo es la persona que habría dado 100.000 euros en efectivo a Alvise Pérez para financiar de manera supuestamente ilegal su campaña de las europeas. Por ello, el Tribunal Supremo investiga al eurodiputado y líder de Se Acabó la Fiesta (Salf).
La noche del asalto, pasadas las 00:00 horas, el empresario, acompañado por su pareja, había llegado en un jet privado al aeropuerto madrileño de Adolfo Suárez-Barajas procedente de un viaje "de negocios" en la isla balear de Ibiza.
Un servicio de transporte privado les recogió allí y fueron trasladados hasta su domicilio en un vehículo Mercedes-Maybach. Solo un mes antes habían establecido su residencia actual en esta vivienda, por la que pagan una renta de alquiler.
Llegaron a la puerta de su casa casi a las 02:00 horas y, en el interior del chalé, no encontraron "nada fuera de lo normal". Se fueron directos a la cama pocos minutos después.
Es a las 03:00 horas cuando Romillo se despierta, sin haber escuchado ningún ruido, y ve frente a él a tres varones con el rostro tapado que le apuntan con un arma de fuego. En el lado de la cama en que estaba Mihaela, ve a otros dos varones que portan, asimismo, una pistola.
Entonces, el empresario y su pareja comienzan a forcejear brevemente con los asaltantes, pero ambos acaban siendo maniatados con una cinta adhesiva y unas bridas que les colocan en los pies. Los intrusos les repiten: "Tranquilos".
Seguidamente, los asaltantes llevan a Romillo hasta la zona del dormitorio que acoge el vestidor y uno de ellos le enseña el cargador de la pistola, que -bajo la apreciación de la víctima- estaba cargado con balas reales.
Esta misma persona le explica qué hacen en su domicilio esa noche: "Sabemos que has robado mucho dinero. Nos han contratado para recuperarlo. A mi me van a pagar igual, tanto si te mato a ti o a tu mujer. Así que colabora".
Además, le hace ver que habían llevado a cabo seguimientos previos, que conocían la ubicación de su anterior domicilio y le dio detalles de qué había hecho "su hija" (en realidad, su nuera, pareja del hijo de su pareja) el día anterior, domingo. "Sabemos que ayer estuvo en la piscina", le dijo, según consta en el relato de los hechos que recoge la denuncia conocida por este diario.
Los asaltantes buscan, en primer lugar, los relojes de lujo que habría en la vivienda y le preguntan, directamente, "dónde están". El propio empresario les indica que se encuentran guardados en un armario de la planta inferior del chalé. Se llevan, además de los relojes, bolsos de lujos y joyas.
La violencia surgió cuando el grupo empezó a encontrar objetos de valor de cuya existencia no había informado. Es uno de los varones, en concreto, el que le agrede tras los hallazgos.
Romillo decide colaborar e indica a otro de los intrusos dónde se escondía el dinero en efectivo, lo que les permitió apropiarse 170.00 euros en metálico que guardaba, dentro de tres paquetes distintos, en un cajón del armario.
El individuo que ya le había agredido decidió, entonces, rociarle con agua y hacer uso contra él de una pistola taser que había en el domicilio, lo que le habría acabado provocando varias lesiones. "Me has engañado diciendo que no tienes armas y eso tiene consecuencias", le espetó.
Los secuestradores logran también -según explica Romillo a la Policía- acceder a dos de sus móviles y, siguiendo las instrucciones de un tercero con el que se comunicaban por videollamada, transfieren 1.300.000 euros en Bitcoin fuera de sus cuentas.
"Métele cuatro tiros"
Las amenazas de acabar con su vida escalaron en el momento en que le exigieron que abriera la caja fuerte situada en el sótano del chalé.
"Si no me das acceso, voy a secuestrar a tu mujer, os voy a matar a los dos", fueron las duras palabras que le dirigieron a Romillo, mientras era encañonado con una pistola que apuntaba a su cabeza.
Pero la violencia siguió y otro de los secuestradores le clavó la punta de un cuchillo de cocina en la pierna izquierda. El empresario les explicó que la caja fuerte era de la propiedad de la vivienda y él no tenía acceso a ella, y, por tanto, no albergaba nada de valor.
Tras alegar lo mismo Mihaela, los asaltantes cejaron en su empeño, no sin antes intentarlo avisándole que iban a "matarle, meterle cuatro tiros y llevarse a su mujer".
Finalmente, el grupo de cinco varones abandonó la vivienda y ambos lograron desatar las bridas con ayuda de unas tijeras. Inmediatamente buscaron sus móviles para intentar alertas a la Policía de lo ocurrido.
Pero, al percatarse de que también se habían llevado sus teléfonos, tuvieron que desplazarse hasta la garita de seguridad privada que vigila el acceso a la urbanización para dar la voz de alarma. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad recibieron la alerta de lo ocurrido en torno a las 07:15 horas.