Política

Terrorismo yihadista

Así recluta el Estado Islámico en España

Los yihadistas buscan a nuestros ex militares por su alta cualificación en el uso de armas modernas

El Estado Islámico cuenta entre sus filas con oficiales que sirvieron en el Ejército iraquí durante el mandato de Sadam Husseim y con militares profesionales procedentes de otros países, lo que explica los éxitos bélicos que están cosechando en el norte del país
El Estado Islámico cuenta entre sus filas con oficiales que sirvieron en el Ejército iraquí durante el mandato de Sadam Husseim y con militares profesionales procedentes de otros países, lo que explica los éxitos bélicos que están cosechando en el norte del paíslarazon

Son tres los casos que se han detectado en España, pero pueden ser más. En Marruecos son muy numerosos y también se sabe que han ocurrido hechos similares en otros países. Los grupos del terrorismo yihadista valoran a los «voluntarios» que llegan con experiencia militar y, a la vista de los resultados obtenidos, tratan de lograr más militantes con este perfil.

Según fuentes conocedoras del asunto consultadas por LA RAZÓN, una de las razones de los éxitos militares del Estado Islámico –antes ISIL– se debe a que cuenta entre sus filas con oficiales formados en la época en la que al frente de Irak estaba Sadam Hussein y a la llegada desde distintos países de militares con experiencia en manejo de armas y explosivos. Además, saben lo que es la disciplina y tienen moral de combate.

El fanatismo sin un adecuado control se puede convertir en un desastre para cualquier fuerza armada. En el Estado Islámico (EI), los responsables «militares» se han preocupado de infundir a los combatientes una férrea disciplina –absolutamente necesaria por el tipo de acciones que plantean ante el enemigo– y, sobre todo, les han transmitido una voluntad de vencer que les hace creer en la victoria, por razones divinas, pero también humanas.

De no ser así, no se explicarían espectáculos como el de la toma de Mosul por las tropas del Emirato, cuando las tropas iraquíes que guardaban la plaza eran mucho más numerosas y estaban mejor armadas. Pero carecían de unos jefes que supieran conducirles al combate y de la disciplina necesaria para hacer frente sin retroceder a un enemigo sanguinario y, por lo tanto, temido.

Las decapitaciones, las ejecuciones en masa, las crucifixiones, forman parte de la guerra psicológica que el EI despliega contra sus enemigos. La huida se ha demostrado como la peor de las opciones ya que, al final, capturan a los fugitivos y los tratan sin ningún tipo de miramiento.

Las citadas fuentes señalan también que los ex militares que se incorporan ahora a las filas del EI conocen el funcionamiento de las armas más modernas, aunque sean cortas o fusiles de asalto, por lo que pueden trabajar como instructores del nuevos «reclutas».

Todas estas razones hacen pensar que los yihadistas van a tratar de que el mayor número de soldados que en la actualidad sirven en unidades de los ejércitos occidentales se pasen a sus filas, con el fin de «profesionalizar» al máximo lo que en un principio se presentó como una banda de forajidos, pero que ahora se ha convertido en uno de los mayores peligros para la seguridad mundial.

En el caso concreto de España, el Ministerio de Defensa dictó, el pasado mes de octubre, unas normas para prevenir la presencia en las unidades de radicales ideológicos o religiosos:

– Denegar o retirar la habilitación de seguridad que permite acceder a información sensible o a dependencias restringidas.

– Limitar el acceso a destinos, como unidades de seguridad; policía militar; plana mayor; armerías, polvorines y parques de armamento; centros de comunicaciones y sistemas de información; tiradores de precisión y desactivadores de explosivos.

– Los sospechosos serán objeto de seguimiento por la unidad en todo aquello relacionado con sus actividades o acciones de proselitismo, su grado de radicalidad y sus actividades públicas en redes sociales, prensa, internet, etcétera.

Falta grave o muy grave

Por otra parte, el Gobierno tiene previsto incluir en la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas un nuevo tipo de falta grave o muy grave para castigar la pertenencia de militares a «grupos que persigan fines ilegales» o grupos radicales, según fuentes militares. Para llevar a cabo esta modificación, el Gobierno quiere tener el apoyo del principal partido de la oposición.

Según la nueva Ley de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, las sanciones que pueden imponerse por faltas graves son la sanción económica de 8 a 15 días, el arresto de 15 a 30 días, la pérdida de destino y la baja en el Centro Docente Militar de Formación. Por falta muy grave, la ley establece como sanción el arresto de 31 a 60 días, la suspensión de empleo, la separación del servicio y la resolución de compromiso; es decir, la expulsión de las Fuerzas Armadas.

Aunque sólo se conocen tres casos, el Ministerio de Defensa pretende cortar de raíz lo que con el paso del tiempo se puede convertir en un grave problema.

Medidas de Defensa para evitar la captación

- Denegar o retirar la habilitación de seguridad que permite a los sospechosos acceder a información sensible o áreas restringidas.

- Limitar su acceso a determinados destinos como unidades de seguridad, policía militar, plana mayor, armerías, polvorines o parques de armamento.

- Son objeto de seguimiento en todo lo relacionado con acciones o actividades de proselitismo.