Terrorismo

La Audiencia retiene la investigación del asesinato del sacristán de Algeciras

El magistrado Joaquín Gadea reitera los indicios de que se trató de un ataque terrorista de carácter yihadista

Concentración en repulsa por el asesinato de Diego Valencia, en Algeciras
Concentración en repulsa por el asesinato del sacristán de AlgecirasCRISTINA QUICLERAFP

La investigación por el asesinato en Algeciras (Cádiz) de un sacristán el pasado enero seguirá en manos de la Audiencia Nacional. El juez que instruye la causa, Joaquín Gadea, ha reiterado la existencia de indicios que apuntan a que se trató de un ataque terrorista, por lo que ha rechazado la pretensión de la defensa de Yassine Kanjaa, el supuesto autor del apuñalamiento mortal –que también hirió a un párroco–, de que el magistrado remitiera el procedimiento a los Juzgados de Algeciras. Gadea rechaza así el recurso de reforma planteado por los abogados del imputado –interno desde el pasado abril en un centro psiquiátrico penitenciario de Sevilla–, que según las fuentes consultadas recurrirán ahora a la Sala de lo Penal esa decisión.

En la resolución en la que acuerda la medida, el instructor reitera la existencia de indicios de que «el asesinato y las agresiones cometidas» el pasado 25 de enero por Kanjaa respondían «a fines terroristas». Y señala que «la identidad de las personas agredidas, el lugar de comisión de los hechos, los datos aportados al procedimiento sobre acceso a páginas de internet y las propias manifestaciones realizadas por el investigado en su declaración permiten deducir que el fin pretendido» encaja en los parámetros de un delito de terrorismo, cuya competencia corresponde a la Audiencia Nacional.

Gadea pone de relieve que la investigación apunta a que ese 25 de enero por la tarde Yassine Kanjaa acudió a la iglesia de San Isidro de Algeciras y, tras vociferar en el templo expresiones religiosas sobre la Biblia y el Corán en una «actitud desafiante», protagonizó una disputa tras la cual decidió marcharse. Regresó a su domicilio, mantiene el juez, «con el objetivo claro y definido de ejecutar los hechos» investigados, para lo que cogió «un machete de grandes dimensiones» y lo ocultó bajo la chilaba, apagó su teléfono móvil y lo guardó en un cajón.

De nuevo en la calle, agrede «con intención de matarle» a la primera de sus víctimas, un español de origen marroquí al que ataca por ser «converso y no practicar la auténtica religión, el islam».

"Dos golpes mortales" para decapitarlo

Yassine regresa entonces a la iglesia de San Isidro profiriendo gritos en árabe y, cuchillo en mano, golpea en la nuca a un sacerdote que intentaba huir.

A continuación, se dirige a un segundo templo, la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, donde se encuentra el sacristán, Diego Valencia, que intenta huir perseguido por el imputado, «quien no cesa en el ataque, profiriendo continuos golpes con el machete».

Cuando se encuentra en el centro de la Plaza Alta, la víctima cae al suelo y Yassine Kanjaa le asesta «dos golpes mortales dirigidos a la decapitación» del sacristán. El supuesto terrorista se dirigió a otra parroquia, el Santuario de Nuestra Señora de Europa, «realizando un gesto de victoria apuntando su machete hacia el cielo». Allí empieza a golpear la puerta a patadas, no consiguiendo abrirla, por lo que continúa la marcha por la calle Murillo hasta el conocido como «Mirador del Muro», donde vuelve a realizar el gesto de la victoria y es finalmente detenido.

El juez Gadea acordó la prisión provisional de Yassine Kanjaa, a quien atribuye un delito de asesinato terrorista y dos en grado de tentativa, pues le considera autor de un ataque yihadista, por lo que podría enfrentarse a una condena de prisión permanente revisable. De ahí que el magistrado rechace inhibirse de la investigación en favor de los Juzgados de Algeciras, lugar donde se cometieron los hechos.

El instructor encargó una evaluación psiquiátrica del imputado con el fin de determinar si es posible imputarle los hechos cuya comisión se le atribuyen. Ante la existencia de indicios de un posible trastorno delirante, los forenses de la Audiencia Nacional aconsejaron su ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario a la espera de una evaluación más exhaustiva sobre su estado mental, una medida que Gadea acordó.