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Aznar llama a recuperar la «ambición» de sus gobiernos

El expresidente del Gobierno José María Aznar (c), junto a su esposa, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el exministro de Exteriores Josep Piqué.
El expresidente del Gobierno José María Aznar (c), junto a su esposa, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el exministro de Exteriores Josep Piqué.larazon

El ex presidente del Gobierno y actual presidente de la Fundación FAES, José María Aznar, se mostró partidario de recuperar la «ambición» con la que los gobiernos que él presidió se enfrentaron a los problemas de la España de entonces para combatir los que aquejan a la nación hoy, en especial la amenaza secesionista. «No habíamos llegado hasta allí para sobrevivir, para flotar, para gozar de los cargos; habíamos llegado para hacer cosas, para preocuparnos a fondo de los problemas», subrayó. Aznar también afirmó que «el nacionalismo radical no puede imponer sus condiciones» y alertó sobre aquellos que quieren «dar una patada a la mesa del consenso constitucional» para que el conjunto de la sociedad sea la que sufra las consecuencias de establecer «una mesa nueva que no es la que la mayoría quiere». Aznar también hizo referencia a la escalada soberanista del nacionalismo catalán dejando claro que causará «desgarros evidentes de no atajarse». El ex presidente afirmó asimismo su convicción de que en España existe una «mayoría social amplia» que apoya sin ambages la unidad de España e hizo un llamamiento a la movilización de esta mayoría para que España recupere el puesto que le corresponde entre los primeros del mundo.

El presidente de la FAES realizó estas declaraciones durante la presentación de «El compromiso del poder», segundo tomo de sus memorias, que publica, al igual que el primer volumen, Planeta, una editorial que, en palabras del propio Aznar durante los primeros compases de su intervención inicial, «me cuida muy bien».

José María Aznar también partió una lanza en su intervención a favor de la política «en un momento en el que está tan denostada». «Hoy hacer política es más importante que nunca y si algo podemos echar de menos es que no se hace suficientemente política» afirmó poco antes de recordar que si las instituciones políticas españolas no hacen todo lo que la situación actual del país merece es porque a veces algunos dirigentes «renuncian a su ámbito de poder y decisión y entonces ese ámbito es ocupado por otros poderes». Refiriéndose al libro que presentó ayer en el Hotel Intercontinental de Madrid, José María Aznar afirmó que lo que había pretendido con él era contar «la historia de una gran ambición para España», que él y sus equipos de Gobierno intentaron llevar a cabo «como continuadores de la obra de la Transición» con el objetivo de convertir a España en «un equipo de primera división». En su opinión, España y los españoles estuvieron a la altura de aquel momento histórico y el país experimentó «un salto espectacular». Aznar sacó pecho asimismo al subrayar que cuando él accedió al poder en 1996 en España había 12,2 millones de puestos de trabajo y que cuando lo dejó había 17,5, algo que le llena de «orgullo y satisfacción». Y todo ello, recordó Aznar, después de dos décadas, desde 1976 a 1996, en las que en nuestro país no se creó empleo.

El ex presidente Aznar estuvo acompañado en la presentación de este su sexto libro por dos personas que colaboraron con él durante sus ocho años al frente del Gobierno de España. Desde la oposición y el diálogo social, su «amigo», José María Fidalgo, ex secretario general de CC OO; y quien fuera su ministro de Industria, Asuntos Exteriores y Portavoz, Josep Piqué. El segundo tomo de las memorias del ex presidente Aznar se centra en un periodo de tiempo coincidente con la segunda legislatura, en la que estuvo al frente del Gobierno entre los años 2000 y 2004 con mayoría absoluta. Entre los principales temas del libro, que se divide en bloques de contenido y no de manera cronológica, se encuentran la lucha contra el terrorismo y el desmantelamiento del aparato de financiación y apoyo político de ETA, la crisis de Perejil y la guerra de Irak. Sin embargo, el capítulo que previsiblemente despertará mayor interés para los lectores será aquél en el que el ex presidente, haciendo uso de los célebres «cuadernos azules» que escribió entonces, relata el atentado del 11-M y los «angustiosos» días posteriores, los últimos que pasó antes de dejar la Moncloa.