
Fiesta Nacional
La batalla política marca el 12-O: abucheos, ausencias y estampida de Sánchez
Feijoó: "Estoy animado porque mi pareja no está en el juzgado, mi hermana tampoco y mi número dos no está en la cárcel"
El 12 de octubre ha dejado de ser el día del reencuentro de todos los españoles en torno a la misma bandera. Al menos, entre la clase política. Atrás han quedado los años en los que el desfile y la posterior recepción en el Palacio Real servían para limar asperezas e, incluso, preparaban el terreno para algún acuerdo parlamentario. Hoy todo es polarización y la bronca marcó una jornada que debía haber quedado excluida del interés y el cálculo partidista.
El presidente del Gobierno se encontró de nuevo con una sonora pitada a su llegada. Es verdad que va a ser muy difícil que ninguna edición supere los 20 minutos de abucheos de 2019, pero también lo es que cada vez que Pedro Sánchez pone un pie en la calle tiene que escuchar la misma banda sonora.
Tampoco tenía el jefe del Ejecutivo muchas ganas de escuchar las preguntas de los periodistas. Después de saludar a la Familia Real en el Salón del Trono, Sánchez se marchó del Palacio Real por la puerta de atrás. No se digno a pasar por la recepción para participar en los tradicionales «corrillos» con los informadores, una norma no escrita que nadie, hasta él, había osado saltarse. Tampoco se molestó nadie de Moncloa en salir a dar alguna explicación y en el aire quedó la supuesta excusa de que tenía que preparar el viaje a Egipto, donde hoy asista a la firma del plan de paz.
Solo Óscar Puente, el único ministro que aguantó estoicamente la voracidad informadora, se aventuró a especular con que quizá «querría comer con la familia». El resto de miembros del Gabinete de Sánchez y presidente autonómicos socialistas presentes también se dieron mutis por el foro de la recepción. Eso los que llegaron a Palacio. En total, faltaron cuatro ministros. Mónica García y Sira Rego por motivos (demostrados) de agenda; Pablo Bustinduy y Ana Redondo por razones aún desconocidas al cierre de esta edición.
La ausencia más notable tanto en la tribuna de autoridades como en el saludo posterior fue la del líder de Vox, Santiago Abascal. También fue la primera vez que el número uno de una formación política no independentista faltaba en la parada militar. Según había dicho días antes, su partido se había «excusado» ante el Rey y había «explicado» a Zarzuela que «de ninguna manera podemos fingir normalidad en un momento en el que Gobierno, que es una mafia corrupta, está al frente».
En esta anormalidad institucional que nos contempla también faltaron seis presidentes autonómicos. No estuvieron los presidentes autonómicos de Baleares, Marga Prohens; de Murcia, Fernando López Miras, ni el valenciano, Carlos Mazón, debido al paso de la dana Alice. Con anterioridad se habían excusado los jefes de los ejecutivos del País Vasco, Imanol Pradales; de Canarias, Fernando Clavijo, y de la Rioja, Gonzalo Capellán. A quien sí volvimos a ver fue al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien ya estuvo el año pasado tras varios años de desplante catalán.
Los Reyes han invitado en esta ocasión a 78 alcaldes de los municipios afectados por la dana de Valencia, que dejó 229 víctimas mortales hace casi un año.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, también se saltó la charla informal con los periodistas. Antes había aprovechado para cargar contra Sánchez por «abrir brechas entre españoles» y «alimentar» una «guerra de trincheras, de odios» ante la ausencia de la bandera española en su vídeo de felicitación por este día.
Quien sí habló largo y tendido fue el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Se manifestó en plena forma y aseguró que de fuerzas anda más que sobrado: «Estoy animado porque mi pareja no está en el juzgado, mi hermana tampoco y mi número dos no está en la cárcel». Aprovechó el popular para atizar a Abascal por su ausencia «inexplicable»: «Aquí venimos a acompañar al Rey y a los soldados españoles. Siempre que pueda voy a hacerlo. El que no venga tendrá que explicarlo».
Preguntado por su propia y llamativa ausencia en la apertura del año judicial en septiembre y al acto de conmemoración de la adhesión a la UE en junio, ambos presididos por el Rey, se justificó diciendo que a ninguna de esos actos oficiales «invitaba» Felipe VI. Juanma Moreno tampoco esquivó ninguna cuestión y anunció que a finales de noviembre dará por zanjada la crisis abierta en el sistema de salud andaluz por la negligencia del cribado de cáncer de mama.
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