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Bildu roza el empate técnico con el PNV

Los peneuvistas podrían sumar la mayoría absoluta con el PP si Vox se queda fuera del Parlamento. Es una incógnita aún qué haría el PSE si el partido de Otegi fuera la fuerza más votada el 21 de abril

Encuesta NC Report elecciones País Vasco 2024
Encuesta abril NC Report País Vasco T. NietoLa Razón

La campaña vasca será decisiva porque PNV y EH Bildu estarían hoy en situación de práctico empate técnico. El sondeo de NC Report sitúa a los peneuvistas en los 28/29 escaños, con una caída de entre dos y tres diputados con respecto a la posición que tienen hoy en la Cámara. Es el partido de Arnaldo Otegi el que mas crece con respecto a las elecciones autonómicas de 2020. En votos, 115.228, que en escaños les elevan a los 27/28, entre 6 y 7 más que en la actualidad. El PNV alcanza el 35 por ciento de los votos, y los abertzales llegan al 33 por ciento.

Esta radiografía deja un marco lo suficientemente abierto como para que no se pueda descartar que la formación de Arnaldo Otegi sea la ganadora de las elecciones. El PNV tiene un problema de desmovilización de su electorado, que intentará corregir en los días que quedan hasta la votación con advertencias sobre la agenda oculta de EH Bildu y también denunciando que detrás de la «operación de maquillaje» de sus dirigentes, quienes siguen mandando son Otegi y Sortu. Sin embargo, EH Bildu tiene movilizado al máximo a sus posibles votantes y ahora falta por ver el efecto en la inclinación final del votante que tienen los actos de campaña y el ruido que llegue de Madrid, así como la presencia sobre el terreno de dirigentes nacionales.

Estas elecciones están condicionadas por varios interrogantes. Quién tiene la hegemonía dentro del ámbito nacionalista-independentista. Qué pasará con el PSE, más bien cuál sería la orden que dé Moncloa, si fuera EH BIldu la fuerza más votada. El sondeo deja a la candidatura socialista en los diez escaños, los mismos que ya tiene, con una discreta mejoría en voto de 21.464. El PNV ya gobierna con el apoyo del PSE no solo en Ajuria Enea, sino en diputaciones y ayuntamientos, y el juego de equilibrios entre el País Vasco y Madrid lleva a dar por hecho que se mantendrá la alianza después de estos comicios. Pero Pedro Sánchez ya ha sorprendido en más de una ocasión a los del PNV por no ajustarse a la palabra dada, y el partido que preside Andoni Ortuzar se resiste a dar por hecha esa continuidad de la alianza. La batalla está en las urnas. Por otra parte, en estas elecciones vuelve a librarse una batalla dentro del centroderecha con relevancia autonómica, pero todavía con más trascendencia en las futuras legislativas.

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Encuesta abril NC Report elecciones vascasTania NietoLa Razón

El PP, con la candidatura de Javier de Andrés, subiría dos escaños, hasta los 8 diputados, y con 34.421 votos más que los que consiguió en el último examen electoral. Con este ascenso es muy relevante lo que ocurra con Vox, que hoy ocupa un escaño en el Parlamento y que se enfrenta a la amenaza de poder perderlo. Su estrategia para coger impulso en un contexto social en el que no funcionan sus principales líneas ideológicas, sobre todo su discurso sobre violencia de género o más españolista, será la inmigración -un problema que empieza a dejarse sentir en las capitales de provincia, especialmente en Bilbao. Los de Vox atacarán fuerte por este flanco, pero tampoco les será fácil morder ahí por el rechazo que provocan en general en el electorado vasco y porque es un tema que también ha incluido el PP en su agenda de campaña. Los populares buscan recoger el malestar de una clase media, y con más recursos económicos, que está viendo cómo los programas sociales de ayuda de Ajuria Enea están sirviendo de foco de atracción de una migración, sobre todo del norte de África y marroquí, que socialmente se vincula con el incremento de los índices de inseguridad. Si el escaño de Vox fuera al PP, y llegaran a los 9 diputados, el partido de Feijóo estaría en condiciones de sumar mayoría, los 38 escaños, con el PNV si éste alcanzara su horquilla más alta.

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Los peneuvistas están comprobando en sus propias carnes la escasa rentabilidad que están sacando de su pacto en Madrid con el PSOE, una vez que Moncloa está colaborando activamente en el lavado de imagen de la izquierda abertzale. Sin ETA, el partido de Otegi ha emprendido una operación de renovación en dos planos, el de la organización interna y también su papel en las instituciones. Esto, unido a la tendencia del voto más joven en el País Vasco de buscar el cambio en las siglas batasunas, es lo que explica que hoy estén en condiciones de disputar la victoria al hegemónico PNV.

El PNV está atrapado en su discurso de que con el PP no puede llegar a ningún acuerdo mientras en medio de la ecuación esté Vox, por el rechazo general de los vascos a los de Abascal. Pero es un discurso en el que se hacen trampas y sobre el que hay alguna división de opinión dentro del partido. Vox no se juega mucho en términos cuantitativos, sólo un escaño, pero sí simbólico, porque caer también del Parlamento vasco acentuaría la sensación de que es un partido en declive.

La movilización de la izquierda abertzale se refleja en la fidelidad de su votante, que se eleva al 92%. La del PNV está en el 84 por ciento, y hasta un 7,1 de votantes de 2020 aseguran que hoy cambiarían el sentido de su papeleta para dar su apoyo a los de Otegi. No obstante, el partido con más fidelidad de su electorado es el PP, del 93,4%.