Memoria Histórica

Bolaños oficia el primer entierro de exhumados del Valle de los Caídos

Los trabajos forenses continúan tras este «acto humanitario y de justicia»

Las primeras exhumaciones del Valle de los Caídos tras la salida de los restos de Franco y José Antonio Primo de Rivera culminaron hoy con el entierro de cuatro de «los siete de Pajares» y otras ocho víctimas de 1936, solo una parte de entre las más de cien familias que esperan hacer lo propio si los trabajos emprendidos el 12 de junio en Cuelgamuros terminan con éxito.

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática en funciones, Félix Bolaños, entregó los restos humanos de doce civiles, nueve hombres y una mujer de Pajares de Adaja y Navalmoral de la Sierra (Ávila), exhumados del Valle de Cuelgamuros. Si bien había trascendido que la identificación genética correspondía a Valerico Canales, Emilio Caro, Flora Labajos y Román González, fueron entregados además los restos de Celestino Puebla, Pedro Ángel Sanz, Gregorio Pérez, Raimundo Meneses y Rito Martín, así como otras dos personas no identificadas.

La ceremonia tuvo lugar en el parque de la ermita de la Virgen de Rivilla en Pajares de Adaja, junto al cementerio, donde en 2004 se levantó un memorial para acoger los restos recuperados de la fosa de Aldeaseca desde donde se trasladó al grupo a Cuelgamuros en 1959.

Fue un «acto humanitario y de justicia» y un «día emocionante para nuestra democracia», sobre todo «para las familias, hijos, nietos y nietas» que pueden dar sepultura a sus seres queridos, dijo el ministro ante una gran pancarta que daba fe de la «ceremonia de entrega y acto solemne», con numeroso público y medios de comunicación, junto al secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, que el sábado fue visto en Cuelgamuros acarreando alguna de las doce cajas entregadas ayer. «Este acto hace a nuestro país más digno y hace que haya personas que vean reparada, de alguna manera, la pérdida que sufrieron hace 87 años», aseguró Bolaños.

Bolaños y Martínez López, al fondo, entregan una de las cajas en medio de una gran expectación
Bolaños y Martínez López, al fondo, entregan una de las cajas en medio de una gran expectaciónFERNANDO VILLASEVIL

Fausto Canales, de 89 años, hijo de Valerico y uno de los que más ha trabajado para culminar este laborioso proceso, también se dirigió a los presentes. «Hoy es cuando voy a abrazar a mi padre. Hoy se confirma que existió. Me lo arrebataron cuando tenía dos años y hoy le podemos dar una sepultura digna porque estaba en contra de su voluntad. Cerramos un ciclo, una herida», apostilló, en los mismos términos en que había hablado solo unos días antes a este diario. Fausto forma parte de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid. Ayer había presentes en Pajares otros miembros de foros de Memoria.

«Queremos compartirlo con todas las víctimas, porque este duelo es nuestro duelo, pero también es un duelo universal», señaló por su parte Juan Luis González, nieto de Román González, que añadió: «Los asesinaron a sangre fría, a bocajarro con un tiro en la nuca, esa es la verdad (...) Era gente humilde, trabajadora, comprometida con su clase, gente del pueblo. Y estamos orgullosos de ellos».

Tan solo los aplausos durante la lectura de las biografías de los exhumados interrumpieron el encuentro, en el que también estaba el médico forense Francisco Etxeberría, del equipo multidisciplinar que trabaja en el Valle de los Caídos.

Tras el homenaje, los restos fueron trasladados al cementerio para darles sepultura. Los familiares y asistentes depositaron un clavel rojo sobre el panteón, mientras los presentes entonaron la canción «Al alba», de Luis Eduardo Aute.

Junto a Bolaños y el secretario general de UGT, Pepe Álvarez asistieron la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, el alcalde de Pajares de Adaja, Federico Farelo, el subdelegado del Gobierno en Ávila, Fernando Galeano, y el secretario general del PSOE Ávila, Jesús Caro, informa Efe.