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El PP busca el salto con la amnistía y Begoña Gómez
PSOE y PP juegan con las expectativas porque saben que el resultado será decisivo en el futuro de la legislatura. ¿Generales en otoño o primavera?
La situación procesal de la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, irrumpe en la campaña de las europeas, lo que da un golpe al guion diseñado en Moncloa y que hasta ahora había servido al equipo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para mejorar sus expectativas sobre el resultado en las urnas.
Mañana será la amnistía la que entre también en juego con su votación definitiva en el Congreso para remitirla al Boletín Oficial del Estado (BOE), a fin de que entre en vigor. Los socialistas no solo la dan por amortizada en el clima de opinión nacional, sino que presumen, oficialmente, de que puede favorecerles en las europeas después del resultado en Cataluña.
Al contrario, el análisis que hacen en el PP señala que son dos factores que reman a su favor y que corregirán ese recorte de distancia entre los dos partidos que han pronosticado las encuestas realizadas cuando el guion de Moncloa había conseguido centrar toda la atención en la política exterior, ya sea la crisis con Argentina o con Israel por el reconocimiento del Estado palestino.
El PP logró ayer poner el foco en el hecho de que el presidente del Gobierno ya sabía que su mujer tenía «la condición de investigada» cuando publicó la carta en la que amagó con su dimisión, mientras que el juez del caso anunció que ha abierto una investigación para saber quién filtró a El País el informe de la UCO que exoneraba a Begoña Gómez: el magistrado aprecia un presunto delito de revelación de secretos.
Acabe como acabe el procedimiento judicial abierto a la esposa de Sánchez, la campaña se enfanga todavía más en un contexto en el que tanto socialistas como populares estaban jugando con sus respectivas expectativas para tratar de influir en los climas de opinión y en su electorado.
Cuca Gamarra acusa a Sánchez de ocultar la condición de investigada de su mujer
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, compareció a media tarde para acusar a Sánchez de enrocarse en Moncloa después de provocar una crisis institucional sin precedentes, parando el país durante cinco días, cuando ya sabía que su mujer estaba imputada.
Hoy el PP anunciará la fecha en la que cita al presidente del Gobierno en el Senado para que declare en la comisión de investigación sobre el «caso Koldo» y sus derivadas. Esta reacción responde al titular de que el presidente del Gobierno amagó con dimitir cuando horas antes el abogado de Begoña Gómez ya había remitido al juez un escrito en el que admitía su condición de investigada y pedía personarse en la causa.
El artículo 24.2 la Constitución española establece que todas las personas tienen derecho a la defensa y a la asistencia de letrado al ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos y a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.
Cuando una persona es acusada de un delito, y un juez admite a trámite la querella en su contra con la decisión de la apertura de diligencias previas, como ha sucedido en el caso de Begoña Gómez, tiene derecho a defenderse y solo puede hacerlo si es declarada investigada.
Esto explica que el juez Juan Carlos Peinado considere como tal a la esposa del presidente del Gobierno desde el mismo momento que admitió a trámite la querella presentada por el sindicato Manos Limpias.
En cualquier caso, estamos en el ecuador de la campaña electoral y la dirección popular cree que Begoña Gómez y la amnistía marcarán un punto de inflexión y dejarán a Sánchez sin el control de la agenda del día a día.
Cabe destacar que los socialistas están jugando esta partida con la «carta» de alentar al alza sus expectativas, como mecanismo con el que creen que pueden mejorar más la movilización de su electorado, que es el que está menos activo.
[[H3:«Lo sabía y mintió a los españoles abriendo una crisis institucional sin precedente»]]
El PP, al contrario, ha empezado a rebajarlas, en una maniobra de posible distracción ya que en la «fontanería» electoral de Génova confían en que los asuntos que manden en la recta final de la batalla por el voto les beneficien más a ellos que a los socialistas. En el fondo, lo que están haciendo es tomar nota de errores precedentes y tratar de que al PSOE se le vuelva en contra esa sensación que están generando de que tienen al alcance la posibilidad del empate con el PP. En unas elecciones, por cierto, en las que se presumía que Alberto Núñez Feijóo estaba en condiciones de marcar una diferencia muy amplia sobre Sánchez, y entendiendo el resultado como una reválida de las pasadas generales o como un plebiscito sobre los dos liderazgos.
Dentro de esta confrontación entre socialistas y populares hay que tener en cuenta que el reconocimiento del Estado de Palestina a quien ha hecho daño es a Sumar, ya que se espera que actúe a favor de la concentración del voto en las siglas del PSOE.
Antes de que se mida el impacto de la evolución del caso de Begoña Gómez y el efecto de la aprobación definitiva de la amnistía, la diferencia entre PP y PSOE, según los datos de Génova, se movía en los 3-4 puntos, lo que, en unas generales, según recalcan en la dirección popular, «sería suficiente como para dar el gobierno a Feijóo» –las encuestas también han percibido ese ajuste de la distancia entre los dos partidos.
Por cierto, Génova desmintió ayer haber manejado información interna del procedimiento abierto a Begoña Gómez previa a que se levantara el secreto del sumario y se conociera el auto del juez: una aclaración a la defensiva, después de que desde la izquierda apuntaran en esa dirección por la «oportunidad» de las preguntas que el jefe de la oposición lanzó a Sánchez en el Pleno del Congreso de la semana pasada.
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