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Busco candidato sin pasado (pero con experiencia)

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La media de edad de los grandes rivales de Rajoy no llega a los 40 años

«Veinte años no es nada», cantaba Gardel en el tango. Pero, ¿y en el «baile» de la política? ¿Es la edad un condicionante para dar los pasos adecuados? ¿O la veteranía es un grado que facilita no pisarle el juanete a nadie? Esa es aproximadamente la diferencia de edad entre Mariano Rajoy y los que se presumen como sus principales rivales en las próximas elecciones generales, que suman una media de 38 años: Pedro Sánchez (43), Pablo Iglesias (36) y Albert Rivera (35). A día de hoy nadie puede anticipar el resultado de los comicios, pero parece que el presidente estará en minoría... en lo que a edad se refiere.

Algo se ha movido en los partidos políticos. «La política es imagen, y arrastra un desprestigio muy grande. Algunos optan por olvidarse de todo lo anterior. Y para empezar de nuevo, muchos partidos están buscando a gente sin pasado», explica el consultor político Rafa Rubio. Este «volver a empezar» no busca sólo a jóvenes «sin mancha» a los que no se les pueda reprochar «deslices». «Se busca que no tengan relación con las formas de hacer política del pasado», sostiene. «No es lo joven, es lo nuevo. Lo relevante no es tanto la cara nueva como el estilo, las nuevas formas y mensajes y el mejor uso de los canales de comunicación», asegura Fran Carrillo, director de La Fábrica de Discursos y miembro del Consejo Asesor de Government Consulting Group. «La ciudadanía demanda un nuevo tipo de político que esté preparado para interactuar y conversar con ella. La vieja política se demuestra más en las actitudes, en tics de gestión y comunicación desfasados y en la tardanza en adaptarse a nuevos contextos y formatos», añade.

Y ahí está el «quid». Un estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud aventuraba la percepción que los jóvenes tendrían de la política en el horizonte de 2018. ¿Conclusión? Adiós a la política «tradicional»: ya no recurrirán al enfrentamiento entre «izquierda» y «derecha»; en su lugar, hablarán de «nueva política» frente a «vieja política». «A la gente más mayor se la identifica con la Transición y la democracia. Y con la gente joven no ha habido una transmisión de los valores democráticos de esa Transición. Los tienen asumidos, pero no de cara al futuro. Creen que hace falta una renovación política y que el sistema democrático se ha vuelto corrupto. Pero, ¿en qué dirección? No hay consensos», afirma Ramón Adell Argilés, profesor de Sociología de la UNED. Así, el uso de una palabra como «casta», afirma, les sirve para desligarse de ese pasado. Aunque no siempre la veteranía es un hándicap. Ahí está el caso de José Múgica, presidente de Uruguay, que bordea los 80 años. «No importaba su edad, importaba lo que proponía. Y logró vincular su proyecto a una necesidad nacional de cambiar formas caducas de política decante. Fue coherente: ser ejemplo de lo que predicas», dice Carrillo.

Las nuevas caras coinciden con un momento en el que la gente pide regeneración. «Y puede ser que los partidos se hayan dado cuenta», afirma Pedro Miguel Casado, consultor político y profesor en la Universidad Camilo José Cela. ¿Qué diferencia a Rajoy del resto de candidatos? «Rajoy muestra al político clásico, con su traje y su barba, más cauto y medido en sus palabras. El que más cerca se situaría de él es Pedro Sánchez, con varios años de experiencia en el Congreso y que va cogiendo tablas. Rivera e Iglesias representan la juventud, hablan de tú a tú al ciudadano, con su propio lenguaje». Los gestos que denotan positividad, sonrisa, ánimo y ambición conciliadora, dice Carillo, serían aquellos que más éxito tendrían entre «los electores hastiados e indignados».

La juventud de Rivera e Iglesias les hace ir con el viento a favor. «Arrasan en los sondeos entre los menores de 30», dice Rubio. Además, el hecho de estar en la oposición les permite decir las cosas que un gobernante no puede. Y sí: han conquistado las redes sociales hasta el punto de que los tuits y los retuits son una herramienta más en su discurso. Pero cuentan con un «pero»: la falta «de tablas y experiencia política», asegura Casado, que «pueden hacer balancear la victoria al lado» del candidato veterano. «Pongamos el caso de que España tuviera que negociar en la UE las subvenciones en Política Agraria Común. Tus interlocutores confiarán más en ti al ser veterano y por tu experiencia. A nivel internacional hay mucho perro viejo. Costaría ver en este papel a figuras como Rivera o Iglesias», sostiene Casado. Hay un ejemplo bien reciente: la negociación de la prórroga del rescate griego en el seno de la UE con Yanis Varoufakis a la cabeza. ¿Conclusión? «Tu discurso está muy bien, pero paga». No hay que olvidar tampoco, como señala el profesor Adell Argilés, que «el 80% del electorado mayor de 60 años vota al PP o al PSOE».

Para Fran Carrillo, el actual Gobierno «ha reaccionado tarde a esa demanda de cambio de perfiles». A lo que hay que añadir una tendencia a apretar «el botón rojo de autodestrucción cuando parece que las cosas están calmadas», generando «crisis que no saben controlar». Es cierto que tanto el PP como sus votantes tienden a confiar en el equipo de toda la vida. «Hay pocos rostros jóvenes en los altos cargos del Gobierno», dice Pedro Miguel Casado. La excepción la constituye la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, de 43 años, que ha sabido «rodearse de gente joven». Sin embargo, el profesor de la Camilo José Cela recuerda que también está calando dentro del PP el mensaje de «o cambias o caducas». Así, recuerda el caso de Pablo Casado, de 34 años, el portavoz de campaña más joven que ha tenido el partido y que ha pasado a ser su «cara visible» en los medios de comunicación. Belén Hoyo, de 30 años, y diputada en el Congreso por Valencia; Borja Semper, de 39 y portavoz del PP en el Parlamento vasco; o Arantza Quiroga, de 41 y presidenta del PP vasco, ejemplificarían ese nuevo aire.

Alberto Garzón, de 29 años y candidato de IU a las elecciones generales; Susana Díaz, de 40 años, presidenta de la Junta de Andalucía y candidata hasta hoy... Suma y sigue. Los expertos creen que el electorado no se quedará al margen de esta renovación y que en los próximos comicios generales podría haber una gran movilización del voto joven. Quizá, al final, muchos acudirán a las urnas siguiendo la vieja máxima: «Vota a aquel que prometa menos; será el que menos te decepcione».