La Razón en datos
Una de cada tres mujeres está desmovilizada y el PP crece como alternativa al PSOE
Según el CIS, el 32,9% de las mujeres españolas se decantarían por votar en blanco, nulo, se abstendrían o no sabrían a quién votar.
Los microdatos de cualquier encuesta seria apuntarán que hay una serie de sectores de la población que hacen que Pedro Sánchez no esté perdiendo su suelo electoral. Es decir, que hay gente con unas características concretas que sigue votando al PSOE porque no encuentra una alternativa y esto sirve a los socialistas para mantenerse a flote.
Y uno de esos sectores clave son las mujeres, que se siguen decantando por la papeleta de Sánchez antes que por cualquier otra. Sin embargo, en las últimas semanas se está confirmando una tendencia que está encendiendo las alarmas en Ferraz: las mujeres están dejando de lado a Sánchez.
Según refleja el último barómetro del CIS, el de este mes de julio, el 32,9% de las mujeres españolas en caso de elecciones se decantarían por votar en blanco, nulo, se abstendrían o no sabrían a quién votar. Este es el llamado colectivo BAI (blanco, abstencionista o indeciso) y apunta, entonces, que una de cada tres mujeres españolas está desmovilizada.
Se trata de un importante caladero de votos, de personas no convencidas y que algunas podrían convencerse. Por ilustrarlo mejor, en las últimas elecciones había 18 millones de mujeres llamadas a las urnas; este 32,9% representaría a casi seis millones de posibles votos para aquel que consiga movilizarlas.
Es en ese frente donde el PP está creciendo como alternativa al PSOE y donde Alberto Núñez Feijóo puede hacer mucho daño a Sánchez.
El partido de Pedro Sánchez lleva meses concatenando una serie de crisis que están llevando a la desmovilización de su electorado, especialmente al femenino. Por un lado, en las conversaciones entre José Luis Ábalos y Koldo García se vio como ambos, a pesar del perfil abolicionista de su partido, hablaban de prostitutas como si fueran mercancía ("la Carlota se enrolla que te cagas", dijo el exministro).
Por otro, un cargo de máxima confianza para Sánchez como lo es Francisco Salazar, ha tenido que dejar el partido y la Moncloa por comportamientos sexuales inapropiados con dos trabajadoras de su equipo. Aunque las voces oficiales dicen que no se sabía nada, en privado dicen que sí se sabía, que era evidente.
Feijóo es perfectamente consciente de esta situación y el PP está golpeando en el electorado femenino, detectando un trasvase de votos hacia sus filas. Es por eso que ahora apuesta por poner el foco político en los supuestos prostíbulos que regentaba el suegro de Sánchez y sobre los que el Gobierno va a tener que responder varias preguntas parlamentarias en el Congreso y el Senado.
Todas estas situaciones han generado que el PSOE pierda 8,3 puntos porcentuales en intención de voto femenino desde el 23-J. Según el CIS, el 27,7% de las mujeres españolas votaron al PSOE en las últimas elecciones y el barómetro de julio rebajaba esa cifra al 19,4%. Además, es una tendencia, ya que cayó 6,3 puntos con respecto al barómetro anterior, el de mayo, que ya era más bajo que el del 23-J.
¿Y a dónde se está yendo ese voto? Por partidos, es el PP el que lidera ese ránking. Según el CIS, el 3,3% de las mujeres que votaron al PSOE en 2023 lo harían ahora al PP. Es una cifra muy baja, es cierto, pero sirve para consolidar al PP como alternativa a la votante socialista descontenta. Además, en los dos últimos barómetros, el PP ha registrado los puntos más elevados del año, por lo que también ahí se puede detectar cierta tendencia.
Vox y Sumar también están recogiendo parte de ese descontento entre aquellas que votaron al PSOE. Sin embargo, estos partidos tienen menor capacidad de crecimiento. Por un lado, porque Vox tiene un votante muy masculino y no resulta ni va a resultar demasiado atractivo para las mujeres.
Si Santiago Abascal quiere crecer, se tiene que fijar más en los hombres jóvenes. En cuanto a Sumar, puede estar tocando techo porque es un partido más pequeño. Es cierto que puede crecer en las grandes urbes, pero le costará en el interior.
Pero la mayor transferencia de votos no se está produciendo entre partidos, sino a ese colectivo BAI. El 23,1% de las mujeres que votaron al PSOE el 23-J ahora están desmovilizadas, optando por el blanco, el nulo, el indeciso o la abstención. Esto, según el barómetro de junio. Y en cuanto el CIS suba los datos completos del de julio, seguro que la cifra es mayor.
Como se trata de una votante con un perfil de centro, porque la convencida seguiría votando al PSOE independientemente de lo que pasara, el PP puede crecer notablemente en este sector.
Y quien parece que está dejando de ser una alternativa es el propio PSOE. El CIS suele preguntar a qué otro partido votaría la gente como segunda opción. De las cuatro principales formaciones, el PSOE nunca había sido la última opción entre las mujeres. Pero ahora sí lo es y ellas prefieren a Sumar, Vox y PP, en ese orden. Todos estos signos son de extrema preocupación para Sánchez, que el 23-J remontó gracias a las mujeres y ahora podría no contar con su voto.