Naturaleza

Cantabria busca salvar sus secuoyas ante la masificación y los abrazos de los visitantes

El Monte Cabezón, cercano a la localidad Cabezón de la Sal, recibe anualmente a más de 200.000 visitantes

Secuoyas gigantes
Secuoyas gigantesPintariCreative Commons

El Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, en Cantabria, ha tomado medidas drásticas para preservar el bosque de secuoyas conocido como el "Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón". Este espacio natural, que atrae a más de 200.000 visitantes al año, se ha vuelto víctima de la popularidad en las redes sociales, con turistas abrazando a los árboles, dañando su corteza y exponiendo las raíces debido a la erosión. Con el fin de "evitar la masificación y preservar la salud de estos árboles", el Ayuntamiento ha propuesto medidas como visitas controladas, pasarelas para evitar el contacto con las raíces y la regulación de accesos.

Las secuoyas, que se plantaron en 1940 con fines madereros, se han convertido en un atractivo turístico en Cantabria debido a su impresionante altura de hasta 50 metros. Este bosque de secuoyas ocupando 2,5 hectáreas fue declarado monumento natural en 2003 para conservar la rara especie en la región. A pesar de la popularidad del lugar, la prioridad del Ayuntamiento es "proteger el parque" y no obtener beneficios económicos a través de las nuevas medidas, como posibles visitas guiadas y la posibilidad de cobrar un ticket de entrada para financiar la vigilancia del área tanto de día como de noche. Las autoridades locales están comprometidas a "encontrar un equilibrio entre la preservación y el acceso controlado" a este hermoso rincón de Cantabria.