Elecciones
Casado dirige su estrategia al 30% de votantes de 2016 indecisos
Elige Barcelona para presentar el próximo lunes el programa de las elecciones generales
Elige Barcelona para presentar el próximo lunes el programa de las elecciones generales.
Los datos demoscópicos que maneja a día de hoy el PP señalan que alrededor de un 30 por ciento de sus votantes de las generales de 2016 están indecisos, no tienen decidido el sentido de su voto en las elecciones del 28 de abril. Según el cruce de trackings e informes que reciben de las dos empresas consultoras con las que trabajan, la fidelidad de sus votantes estaría a estas alturas de la batalla por el voto en un 50-55 por ciento. Sus datos también apuntan que Ciudadanos (Cs) mantiene una «preocupante» tendencia a la baja, mientras que Vox se ha estacionado. Una caída estrepitosa de Cs puede alejar la posibilidad de que sume el centro-derecha. No obstante, salvo que las elecciones las gana el PSOE, todo lo demás son incógnitas que convierten en hipotéticos todos los escenarios que se manejan.
Los sondeos hablan lo que hablan, pero en la dirección popular dicen ser optimistas sobre el resultado electoral. De hecho, apuntan a lo alto en cuanto a sus expectativas al situar sus resultados en una horquilla entre los 90 y los 100 escaños. Un «muy buen resultado» sería que Casado consiga ser presidente del Gobierno.. Pero si no, también ven «buen resultado» que el partido aguante sobre estas expectativas de escaños y luego «recupere» poder territorial en las autonómicas y municipales.
Ya con la máquina lista para el pistoletazo oficial de apertura de la campaña, la estrategia parece inclinarse por un mensaje muy duro contra Pedro Sánchez. Situar al candidato socialista en el centro de la diana dialéctica, en clave territorial y económica, y enfrentar ante el electorado conservador esta visión «negra» del futuro con un nuevo Gobierno del PSOE con la «única» alternativa, el «valor seguro», de Pablo Casado. «El difícil equilibrio está en ser eficaces en la apelación al voto útil frente a Ciudadanos y Vox, pero sin perder de vista que el enemigo a batir no es Santiago Abascal ni Albert Rivera, y sí Pedro Sánchez». Una campaña a cara de perro contra Sánchez bajo el lema de que «cuanto más Vox, más Pedro Sánchez». «Si quieres sacar a Sánchez de la Moncloa, no dividas el voto», será otra de las consignas mitineras de los dirigentes populares.
Casado abrirá y cerrará la campaña en Madrid. Y según los cálculos de Génova recorrerá unos 15.000 kilómetros, en lo que dicen que es su tercera vuelta a España desde que en el Congreso del PP de julio asumió la Presidencia del partido. Visitará un total 21 provincias y tres islas (Gran Canaria, Tenerife y Mallorca). Y repetirá presencia en Madrid y Murcia, así como a Málaga y Sevilla, ciudades estas últimas en las que tiene intención de acudir a procesiones de Semana Santa. No coincidirá en ningún acto con los ex presidentes del Gobierno, y en paralelo a su despliegue irá otra «caravana» de dirigentes nacionales, como la del secretario general, Teodoro García Egea, que tomará posiciones en «plazas» intermedias o más pequeñas donde no llegará el líder popular.
De manera simbólica Casado ha elegido, precisamente, Barcelona para presentar el próximo lunes el programa electoral con el que concurrirá a las generales. El PP ha decidido hacer un esfuerzo extraordinario en Cataluña ante la situación de debilidad de la que parte, después de haberse quedado sin representación parlamentaria en las últimas autonómicas. Irá hasta el ex presidente Aznar a pedir el voto para su partido. Por cierto, el programa del PP, que el lunes se dará a conocer de manera oficial, incluye un capítulo dedicado al problema independentista y a Cataluña. Y en él aparece expresamente el compromiso de aplicar de manera inmediata un artículo 155 de la Constitución largo en el tiempo, con la intervención de la televisión pública catalana, de los Mossos y de la Educación. El «número dos» del PP advirtió ayer que la «única esperanza» que tiene Sánchez para continuar en La Moncloa pasa por la «división de los que creen en la unidad de España», informa Ep. En ese sentido, alertó sobre las «consecuencias» de la dispersión del sufragio porque esto puede dar continuidad a un partido, el PSOE, que está impulsando una política que lleva a «otra crisis económica, a la destrucción del empleo del futuro y al incumplimiento del déficit, además de ser un peligro para España».
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