Política

Tribunal Supremo

Casado no “escoltará” a Rajoy al Tribunal Supremo

El líder del PP acuerda con su antecesor trasladar el mensaje de «apoyo incondicional» sin convertir el tribunal en un “circo”

Pablo Casado y Mariano Rajoy, en una imagen de archivo
Pablo Casado y Mariano Rajoy, en una imagen de archivolarazon

El líder del PP acuerda con su antecesor trasladar el mensaje de «apoyo incondicional» sin convertir el tribunal en un “circo”.

La dirección nacional del PP mantiene conversaciones con el ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy ante la citación que este último tiene mañana ante el Tribunal Supremo para que declare como testigo en el juicio del «procés». También está citada la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y los ex ministros Cristóbal Montoro y Juan Ignacio Zoido.

En la dirección popular se ha abierto estos días un debate sobre cómo concretar el gesto de apoyo al «núcleo duro» del Gobierno de Rajoy ante esta comparecencia judicial. Del «no les podemos dejar solos» a «no podemos actuar de tal manera que se interprete que se está interfiriendo en la independencia judicial». Entre estos dos polos está la discusión, que ha implicado también que Génova abra un diálogo con Rajoy y su entorno para testar qué quieren y cómo afrontan la citación de mañana ante el tribunal que preside Manuel Marchena. Oficialmente, Génova traslada el mensaje de que Rajoy cuenta con «su apoyo incondicional» y que «haremos lo que nos pidan que hagamos». Pero también anticipan que Casado no se desplazará hasta el Supremo este miércoles. Desde el entorno de Rajoy los mensajes que se filtran señalan que tampoco el ex presidente está por la labor de montar «mucho ruido» que afecte a la normalidad institucional.

Casado sí acompañó al ex presidente del Gobierno José María Aznar en su comparecencia en el Congreso ante la comisión que investiga la financiación irregular del PP. Pero desde el PP diferencian el plano estrictamente político, en el ámbito parlamentario, del judicial para justificar que entonces Casado sí se hiciese la foto con Aznar y no vaya a hacérsela con Rajoy en el marco del Supremo.

El juicio entra mañana en una nueva fase en la que quedan atrás los interrogatorios a los procesados para afrontar el comienzo de las declaraciones de los testigos. Hasta 524, aunque el plato fuerte será el desfile de los políticos que tuvieron algún papel en la gestión de los hechos que se juzgan.

Los independentistas están utilizando el juicio para hacer política y hacer campaña dentro de su objetivo de rentabilizar el banquillo para ampliar la mayoría social que les apoya y poder aumentar, a su vez, la presión a favor del derecho de autodeterminación. También Vox, partido personado en la causa, tiene en el juicio una plataforma política para hacer campaña contra el independentismo y contra la gestión del Gobierno de los populares.

Ante el tribunal, el partido de Santiago Abascal tendrá muy delimitado el margen para convertir el interrogatorio en una crónica de reproches a la gestión de Rajoy. Vox tendrá que ajustarse a las reglas del magistrado Manuel Marchena, es decir, a los escritos de acusación y, sobre todo, al de la Fiscalía, eje del juicio.

Pero el espectáculo de las críticas a la gestión popular del «procés» sí son, y serán, parte central del discurso de campaña de Vox. Saben que hay una base del electorado más conservador del PP que critica la gestión de Rajoy por «blanda» y que considera una afrenta que se celebrase el referéndum del 1 de octubre y se aprobase en el Parlamento catalán la declaración unilateral de independencia, aunque no tuviera efectos jurídicos ni políticos. Por cierto, frente a las informaciones que en las últimas horas han apuntado en esa dirección, el PP no prevé incluir dentro de su propuesta de reforma de la prisión permanente revisable el delito de rebelión. Fuentes de la cúpula popular negaron ayer categóricamente que esta hipótesis esté encima de la mesa. «Podemos defenderla en casos de asesinatos, violencia sexual o terrorismo, pero no en rebelión», apuntaron.

Génova tiene que medir hasta dónde eleva su apuesta en el endurecimiento del discurso sobre Cataluña para competir con Ciudadanos y Vox porque incluso dentro de sus filas hay quien advierte que «exagerar» los términos «no nos da votos y sí nos resta credibilidad». De hecho, hay dudas sobre cómo la cúpula popular acabará plasmando en el programa electoral el lema de que si Casado gobierna tras las elecciones de abril, aplicará un artículo 155 más duro y permanente en el tiempo en Cataluña.

En el avance de la campaña, el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, presentó ayer como primer eslogan la idea de «Garantía para España, siempre». Que acompaña un vídeo en el que Génova recuerda los «logros» conseguidos por los Gobiernos de José María Aznar y de Rajoy para pedir el voto invocándolos. «Siempre que había una dificultad, el que sí estaba, el que está y el que va a seguir estando es el PP», defendió Maroto. El «número tres» del partido también insistió en que de la unidad del centro derecha depende la unidad de España. «Cuando el centro-derecha se ha dividido, han ganado los que quieren dividir España».

«¿Quién mejor para devolvernos el futuro que quienes ya lo han hecho?», asegura el PP en el vídeo que recuerda la incorporación de España al euro, el fortalecimiento de las pensiones, la elección de la primera mujer como presidenta del Congreso o la aplicación del 155 en Cataluña para cesar al completo al Gobierno de Puigdemont y convocar elecciones.