Primarias en el PSOE

Cascada de deserciones entre los barones afines a Sánchez

La balear Francina Armengol abandonó ayer su apoyo al ex líder

La Razón
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El núcleo duro de Pedro Sánchez se está apelmazando. Cada vez son menos los que levantan su bandera y sus tropas van en desbandada porque cada día alguien abandona su primera línea. El primero en hacerlo fue Antonio Hernando, el portavoz parlamentario. Ante la sorpresa de todos, otros le siguieron, como su mano derecha César Luena, secretario general de La Rioja, o el propio Óscar López, el que fuera el portavoz del PSOE en el Senado.

La sangría siguió con el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, que declaró, ante Javier Fernández y Susana Díaz, su neutralidad en el proceso congresual del PSOE para preservar el modelo de relaciones entre los socialistas catalanes y el resto del Partido Socialista. También han abandonado el barco «sanchista» Idoia Mendia, la líder vasca, o Francina Armengol, la secretaria de los socialistas baleares.

Ni tan siquiera las plataformas pro primarias y pro recuperar el PSOE levantaban la bandera de Sánchez. Sólo el secretario general de Valencia, José Luis Ábalos, el líder donostiarra, Odón Elorza, y las diputadas independientes Margarita Robles y Zaida Cantera mantienen el ascua encendido en el hogar de los Sánchez, junto a diputados como Adriana Lastra, Susana Sumelzo, Rocío de Frutos, Pere Joan Pons o Sofía Hernanz. Poco más bajo el sol «sanchista».

Con sus tropas mermadas, la aparición en escena de Patxi López ha sido un golpe bajo para sus aspiraciones. Frases como «si quería presentarse debería haberlo dicho antes», pronunciada por un conocido defensor de Sánchez, muestra la percepción que queda entre los suyos. Otros abordan la necesidad de que Sánchez haga un «pasapalabra» y se sitúe tras Patxi López. Así se manifestó la presidenta de Baleares, Francina Armengol, en la entrevista que le hizo, en «Más de Uno», Carlos Alsina. Hasta en Madrid, el feudo que Sánchez conquistó con un «golpe de mano» contra Tomás Gómez, sus tropas hacen agua. Su principal valedor, Rafael Simancas, se ha puesto a las órdenes de la gestora y la secretaria general, Sara Hernández, ha optado por un perfil bajo en esta nueva etapa. En Cataluña, las palabras de cariño de Sánchez al socialismo catalán han acabado por agujerear su apoyo en esta comunidad. Tras la neutralidad de Iceta aparece un candidato con el que el socialismo catalán está más que cómodo. El sanchismo también en su feudo irredento hace aguas.

Tampoco los socialistas castellano-manchegos levantan la bandera «sanchista». La secretaria de organización Ana Sánchez ha asegurado que «acatamos la decisión –del Comité Federal– que por lo menos abre un camino que da certidumbre a los militantes que podrán elegir líder». El PSOE castellanoleonés ya se apresta a recibir a Susana Díaz, que visitará la comunidad este fin de semana con palabras que no son beligerantes: «Las puertas de Castilla y León siempre estarán abiertas para la secretaria general del PSOE de Andalucía y para todos quienes quieran venir». Ni una sola palabra altisonante ante una contienda en la que la dirección de Luis Tudanca apuesta por la «imparcialidad».

Otras comunidades como Galicia o Murcia, o las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, han eliminado de sus discursos las referencias a Sánchez. Pueden ser más o menos críticos con la gestora, pero en todas se ha pasado página de la confrontación de los últimos meses. En palabras de Francina Armengol, «Sánchez es joven y tiene un gran capital político. Pero ahora no».