El castigo a la fidelidad del PNV al PSOE: 100.000 votos y 30 alcaldías

El PNV considera que sufriría el castigo de la sociedad vasca si accediese a un pacto con el PP. De ahí que ayer volviera a dar un portazo a la petición de Alberto Núñez Feijóo de abrir negociaciones para la investidura: es la segunda vez que el partido de Andoni Ortuzar rechaza mantener conversaciones con los populares. Sin embargo, ¿qué datos sostienen la posición del PNV de rechazo al PP? Atendiendo a los últimos resultados electorales, teniendo en cuenta las elecciones municipales del 28 de mayo y las generales del 23 de julio, los nacionalistas vascos se han dejado 80.000 y 100.000 votos, respectivamente (además de perder una cuarta parte de las alcaldías que ostentaba en 2019, pasando de 122 a 92). En cambio, el PP ha ganado 6.400 y 27.000 votos, respectivamente.

Es decir, el electorado vasco ha premiado a un PP que ya ha pactado con Vox y ha castigado severamente a un PNV que ha sido el socio más fiel de Pedro Sánchez durante toda la legislatura en el Congreso: en concreto, ha apoyado el 85% de los decretos y el 83% de los dictámenes de iniciativas legislativas. Entre las iniciativas legislativas apoyadas, aparecen algunas polémicas como el «solo sí es sí» o los impuestos a la banca y las energéticas.

No obstante, a pesar de los malos resultados electorales de los nacionalistas vascos, sí que es cierto que hay datos demoscópicos que también apoyan la posición del PNV en contra del PP y a favor del PSOE. En este sentido, según la última encuesta del CIS, un 63,6% de los votantes del PNV preferirían a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, mientras que tan solo un 7,3% apostarían por Alberto Núñez Feijóo. En el eje izquierda-derecha, los votantes del PNV se sitúan en el centroizquierda (en la escala del 1 al 10, aparecen en un 4,01, mientras los electores de los populares están en un 7,41).

El PNV ha sido un aliado fiel de Sánchez: ha apoyado el 85% de los decretos de la legislatura

En este sentido, atendiendo a los resultados electorales, se puede interpretar que al PNV no le ha ido del todo bien la alianza con Pedro Sánchez, aunque tampoco parece que tenga ninguna alternativa si se tiene en cuenta la opinión de los votantes del partido nacionalista vasco (según los datos del CIS de Tezanos). También cabe decir que el PNV ha apoyado «ciegamente» al Gobierno socialista durante la pasada legislatura, pero tampoco ha conseguido grandes réditos porque el compromiso más importante ha quedado incumplido: el traspaso de las competencias se ha quedado por terminar (entre ellos, la transferencia de la gestión de Cercanías).

Además de los datos electorales y demoscópicos, influye otra variable en la toma de decisiones del PNV: la política vasca. Allí, los nacionalistas tienen un acuerdo de gobierno con el PSOE y aspiran a revalidarlo tras las elecciones autonómicas porque es la única suma previsiblemente posible para retener la presidencia autonómica. Ahora mismo, si se atiende a la configuración del parlamento vasco, tan solo tiene apoyos suficientes con los socialistas, mientras que no les llega con el PP. En todo caso, habría que ver qué hace el PSOE tras las próximas elecciones vascas, porque podría optar por echarse en brazos de Bildu, que sigue en un crecimiento imparable. De hecho, cabe recordar que los socialistas vencieron en las generales en el País Vasco, aunque se antoja complicado que repitan triunfo en la cita autonómica: ahí todo va a estar entre Bildu y el PNV.

Lo cierto es que el PNV apoyó la investidura de José María Aznar en 1996 y dio oxígeno al Gobierno de Mariano Rajoy apoyando los presupuestos del año 2018, pero, tal y como cuentan habitualmente dirigentes del PP, los nacionalistas vascos siempre han preferido al PSOE como aliado en Madrid porque ceden mucho más a sus reivindicaciones. Ortuzar, máximo mandatario de los nacionalistas vascos, no está dispuesto a ceder ahora con el PP para evitar quedar salpicado por Vox a pesar de que ha mantenido siempre una buena sintonía con Feijóo desde que era presidente gallego y conoce bien el talante del líder popular (tiene gran sensibilidad territorial y comprende la idiosincrasia de la autonomía Vasca, además de haber vetado a Vox en el Gobierno).