Caso Mediador

Clamor en el PSOE por el daño reputacional: "Es todo muy cutre. Hay mucho malestar"

Los socialistas anuncian actuaciones contra los implicados en corrupción y contra los que atenten contra el honor de diputados

El grupo parlamentario del PSOE ha pasado del estado de shock y del miedo a lo que pueda venir a la indignación y el cabreo contra el exdiputado involucrado en el «caso Mediador» Juan Bernardo Fuentes y contra el papel del PP. «Es todo muy cutre. Hay mucho malestar entre los compañeros», resumía un diputado, recogiendo el sentimiento general del grupo parlamentario en el Congreso. «Es muy triste el señalamiento que están sufriendo algunos compañeros sin haber hecho nada», señala una parlamentaria.

Lo cierto es que los problemas para la imagen del partido son evidentes porque ha entrado en una «espiral de sospecha», en la que ahora es fácil «pintar» a todo el grupo como si todos los diputados estuvieran involucrados y se les pueda atribuir el consumo de cocaína o la presencia en prostíbulos. Para revertir esa «espiral de sospecha», los socialistas son conscientes de que la única vía que tienen es ser lo máximo transparentes posible.

Esa transparencia es un clamor entre los diputados para limpiar la imagen del partido y en la dirección del grupo han asumido esa demanda: ayer mismo, enviaron un mensaje al grupo de WhatsApp advirtiendo de que van a ser contundentes contra cualquiera que cometa actos de la misma naturaleza que Fuentes Curbelo y contra aquellos que señalen infundadamente a diputados socialistas y atenten contra su honor. En este punto, el diputado por Cuenca Luis Carlos Sahuquillo ya ha iniciado acciones legales contra el activista Alvise Pérez por acusarle de haber participado en una cena con Fuentes Curbelo y empresarios.

La indignación va en una doble dirección: contra el exdiputado Fuentes Curbelo y contra el PP. Contra el exdiputado, al que algunos señalan como alguien «irrelevante» dentro del grupo, que pasaba muy desapercibido («se sentaba al fondo» en la bancada socialista) y al que en alguna ocasión ha habido que abroncar por saltarse sesiones en comisión, lo que ha puesto en riesgo votaciones importantes para el PSOE. «Si me preguntas hace un mes por esta persona, no te habría sabido decir apenas nada. No he cruzado prácticamente palabra con él», comenta un dirigente del grupo parlamentario. «La gente está jodida por cómo ha podido colarse una persona así», añaden en las filas socialistas. Contra el PP también hay indignación por el uso que está haciendo del caso cuando en las propias filas populares están ahora con problemas por la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, en el punto de mira por su patrimonio. Este es precisamente, el caso que se recuerda, continuamente, por los socialistas para contraponer la rápida actuación del PSOE con la condescendencia de los populares hacia Muñoz.

También el temor a las consecuencias está a flor de piel en las filas socialistas: hay quien asume que va a tener efectos electorales, justo a poco más de dos meses de la cita con las urnas autonómicas y municipales. «Si en vez de hablar de gestión, se está hablando de esto, no es lo mejor para ir a una campaña electoral», señalan en el grupo socialista. En el grupo parlamentario del Senado, en cambio, parece que reina una mayor calma y tranquilidad porque, a pesar de que se haya hecho mención de senadores, tampoco se siente en el punto de mira. Sí hay intranquilidad por el daño que pueda causar este caso en el partido.

Desde Ferraz intentan trasladar tranquilidad y circunscriben el escándalo a la figura de Fuentes Curbelo, sin que vaya a afectar a más diputados. No obstante, se ha hablado con los cinco que estuvieron en la cena –no 15 o 16 como se llegó a decir– y no se ha encontrado ningún indicio, más allá de su asistencia, para proceder disciplinariamente contra ellos. Los socialistas son conscientes de que tienen que pasar a la ofensiva, adelantarse a los hechos que se vayan conociendo en los sumarios y ser «fulminantes» con cualquier actuación corrupta o deshonesta. Siguen reivindicando su rapidez en la respuesta y que no les haya temblado el pulso. Ahora, en esta fase ofensiva, se prevé una «lluvia de querellas» tanto al «mediador» Marcos Antonio Navarro Tacoronte, como a todo aquel que acuse a diputados socialistas de corrupción sin pruebas.