Cataluña

Compromiso de acatar la ley para salir de prisión

El ex vicepresident se la juega en el Supremo el próximo 4 de enero en la vista de apelación en la que pedirá salir de la cárcel.

Junqueras en la Audiencia
Junqueras en la Audiencialarazon

El ex vicepresident se la juega en el Supremo el próximo 4 de enero en la vista de apelación en la que pedirá salir de la cárcel.

Oriol Junqueras se la juega el próximo 4 de enero. Con Carles Puigdemont todavía en Bélgica y la cuenta atrás para el debate de investidura activada, el ex vicepresidente de la Generalitat tiene ese día en el Tribunal Supremo (TS) una oportunidad para salir de prisión. Tres magistrados de la Sala de lo Penal –Miguel Colmenero, Alberto Jorge Barreiro y Francisco Monterde– escucharán los argumentos de su defensa para intentar recuperar la libertad que le negó el pasado día 4 el magistrado Pablo Llarena, instructor de la «macrocausa» por rebelión contra los responsables del desafío independentista en Cataluña.

A diferencia de los líderes independentistas Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, «los Jordis», y el ex conseller de Interior Joaquim Forn, Junqueras no pidió volver a declarar ante Llarena (ante el que comparecerán los tres primeros el 11 de enero) y su abogado, Andreu Van den Eyde, recurrió directamente en apelación ante la Sala de lo Penal del Supremo, confiando en que en esa instancia encuentren más eco sus razonamientos jurídicos. Dos maniobras procesales con idéntico objetivo: salir de prisión antes de que se constituya el nuevo Parlament (salvo Cuixart, todos son diputados electos), una sesión que debe celebrarse como muy tarde el 23 de enero, y, sobre todo, con anterioridad al primer debate de investidura, que a lo sumo será el 6 de febrero próximo.

Según las fuentes consultadas, los magistrados no tomarán una decisión tras la celebración de la vista de apelación, por lo que su resolución se conocerá en los próximos días, seguramente antes de que «los Jordis» y Forn declaren ante Llarena.

Tanto la Fiscalía como la acusación popular que ejerce VOX se oponen a la salida de la cárcel de Junqueras, privado de libertad desde el pasado 2 de noviembre, cuando acordó su ingreso en prisión la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. El Ministerio Público cree que hay riesgo de que, si sale de la cárcel, el líder de ERC pueda reincidir en los comportamientos que le llevaron a prisión por rebelión, o en su caso sedición, y malversación. VOX, además, alerta del peligro de que destruya pruebas y de que se dé a la fuga.

En caso de que la Sala de lo Penal del TS rechace sus pretensiones, Junqueras tendrá una segunda oportunidad si, como pretende la Fiscalía, tiene que volver a declarar ante el instructor como el resto de ex consellers que se encuentran en España, una diligencia sobre cuya admisión todavía no se ha pronunciado el juez Llarena.

En su recurso, la defensa del líder independentista invocaba el derecho de Junqueras a «ejercer la representación política de los ciudadanos si resultase escogido como diputado o como presidente» de la Generalitat. El abogado negaba que exista tanto riesgo de fuga como de reincidencia y de destrucción de pruebas. Asimismo, reclamaba a la Sala que diese el mismo valor al compromiso de actuar dentro de la legalidad que en el caso de los ex miembros de la Mesa del Parlament, a quienes les bastó para evitar la prisión con el pago de una fianza. Esa «diferencia de trato», se quejaba la defensa de Junqueras, va en detrimento de su cliente.

Pero la Fiscalía duda que ese compromiso sea sincero y, al igual que el juez Llarena, sostiene que el riesgo de reiteración delictiva «no desaparece» con la afirmación meramente formal «de que abandonan su estrategia». El Ministerio Público le responsabiliza de los altercados frente a la Consejería de Economía el pasado 20 de septiembre y en los pseudocolegios electorales el 1-O, en los que se produjeron «actos de intimidación y violencia». Además, recalca que su comportamiento supuestamente delictivo no fue «puntual y aislado», sino que sus actuaciones estuvieron «debida y minuciosamente planificadas y concertadas», lo que no hace sino aumentar el riesgo de reincidencia en caso de recuperar la libertad.

El juez Llarena decidió el pasado 4 de diciembre mantener en prisión a Junqueras porque, pese a descartar el peligro de fuga y de destrucción de pruebas, sí advertía riesgo de que volviera a delinquir si salía de la cárcel. Para el instructor, sus contribuciones al plan soberanista –como la de «los Jordis» y Forn– «están directamente vinculadas a una explosión violenta» que podría volverse a producir, lo que obliga a «un mayor grado de rigor y cautela» al valorar su posible salida de prisión.