Génova

Cospedal insinúa que en el PP hay intrigas que van en su contra

Floriano responde que lo que hay es «mucho trabajo» y asume el papel de interlocutor con el candidato andaluz

La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, durante su intervención en el acto de presentación de los centros de Excelencia Empresarial de Castilla-La Mancha
La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, durante su intervención en el acto de presentación de los centros de Excelencia Empresarial de Castilla-La Manchalarazon

MADRID- «Aquí cada palo que aguante su vela». Aquella frase de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dirigida a su partido en plena efervescencia del «caso Bárcenas» provocó una convulsión interna de la que todavía algunos se acuerdan. Y un efecto parecido se desprende de la medio denuncia medio insinuación con la que ayer se descolgó en una entrevista en Telecinco. Sobre la mesa estaban los daños colaterales que en su autoridad deja la gestión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, del relevo del PP andaluz. Y frente a la lectura que han hecho en el seno de su organización política, en el sentido de que la decisión de Rajoy la ha desautorizado y revela una pérdida de confianza, la «número dos» negó desencuentros con el presidente de su partido y aseguró sentirse muy apoyada en el cargo que ejerce. El misil cayó cuando sostuvo que en las organizaciones políticas, como en todas partes, «hay unos que trabajan y siempre hay algunos que intrigan». «Yo no tengo tiempo para intrigas», proclamó. Inevitablemente, la frase animó las filas del PP y las interpretaciones que corrieron fueron variopintas. Que si estaba aludiendo a Moncloa y, en concreto, a la Vicepresidencia; que si el «golpe» era para el vicesecretario de Política Autonómica y ex líder del PP andaluz, Javier Arenas; que si apuntaba incluso contra otros «compañeros» de Génova... Poco después se le preguntó por las «intrigas» al vicesecretario de Comunicación, Carlos Floriano, quien ayer ocupó el lugar de Cospedal en la habitual comparecencia informativa de los lunes en Génova tras la reunión del Comité de Dirección. Y Floriano se limitó a señalar que en el PP lo que hay es «mucho trabajo», y que «estamos en el trabajo, no en las intrigas». Además de que este lunes fuese él quien diese la cara ante la Prensa, Floriano también ha asumido hasta el momento el papel de interlocutor con el candidato andaluz, Juan Manuel Moreno, una función que en una situación normal debería haber desempeñado la secretaria general. Cospedal reconoció en su entrevista que hasta entonces no había llamado todavía a Moreno ni siquiera para valorar con él su candidatura porque no había tenido «oportunidad». Y aunque formalmente lo negó, dejó ver que se siente víctima de una campaña de desestabilización, de una especie de conspiración. Su defensa es pasar al ataque y no asumir posibles errores de gestión.

Cospedal intentó hacerse fuerte dentro del PP y reforzar su autoridad con la gestión del «caso Bárcenas con una estrategia dirigida desde un primer momento a erigirse ante la opinión pública como la «mano dura» encargada de limpiar las sentinas de la organización política y de hacer frente a ese «viejo PP» más ligado con Bárcenas. Aquello ya generó suspicacias dentro de la organización entre quienes interpretaron que estaba pensando más en su imagen, y en otras batallas personales, que en el conjunto del partido. La denuncia de «intrigas» tampoco es bien recibida dentro del PP a escasas semanas de un congreso nacional que se puso al servicio de «vender» una imagen de unidad y de fortaleza interna. Ayer la «número dos» defendió su trabajo al frente de la Secretaría General y también sacó pecho por su gestión del «caso Bárcenas». «Creo que la secretaria general ha estado ahí. Creo que muy poca gente más ha estado ahí. Creo que he cumplido con mi responsabilidad», dijo. Rajoy, por su parte, sigue con su agenda y muy centrado esta semana en la preparación del Debate del Estado de la Nación. El lanzamiento del candidato europeo será en el Congreso que celebra el PPE en Dublín el 6 y 7 de marzo. Todas las miradas siguen apuntando al ministro Miguel Arias Cañete.