Política

Podemos

Crisis de juventud en las urnas

El votante de entre 18 y 44 años, que hace dos años apoyaba masivamente a Podemos, ahora prefiere otras opciones como Ciudadanos o PSOE. El apoyo de los parados también ha caído hasta siete puntos.

Crisis de juventud en las urnas
Crisis de juventud en las urnaslarazon

El votante de entre 18 y 44 años, que hace dos años apoyaba masivamente a Podemos, ahora prefiere otras opciones como Ciudadanos o PSOE. El apoyo de los parados también ha caído hasta siete puntos.

En las elecciones generales de diciembre de 2015, Podemos e IU, más las confluencias regionales, logran sumar 6.139.494 votos, superando al PSOE en 594.179 votos, que queda con 5.545.315 votos. El temido sorpasso en número de votos ya es una realidad.

Con la repetición de las elecciones generales en junio de 2016, solo un semestre más tarde, Unidos Podemos y sus confluencias pierden 1.051.956 votantes, el 17.1% de sus electores de seis meses antes. El PSOE logra quedar por encima de los morados en 356.308 votos. Los socialistas suman 5.443.846 electores, frente a los 5.087.538 de Iglesias. La situación queda bastante equilibrada entre ambos segmentos de la izquierda española.

Pero el 28-A de 2019 la coalición a la izquierda del PSOE volvió a tener un nuevo tropiezo, en esta ocasión mayor que en 2015. Perdió 1.336.393 votantes, quedando reducida a 3.751.145 votos. En tan solo 40 meses, los que median de diciembre de 2015 a abril de 2019, este país ha celebrado tres elecciones generales, con un coste para los de Iglesias de 2.388.349 votantes, lo que significa que prácticamente han perdido cuatro de cada diez de sus votantes de 2015.

La mayor parte del voto que conserva UP procede del electorado socialista de la era Zapatero.

Entre 2008 y 2011 los socialistas perdieron 4,3 millones de votantes, pasaron de 11,3 a 7,0 millones. No tardó Podemos en apropiarse de ellos, y de este modo en las elecciones de 2015, las primeras generales en las que concurrieron, ya eran votantes de los morados. El conglomerado Podemos-IU sumó en este año 2015, 6 millones de votantes, 1,7 eran votantes de 2011 de IU y los otros 4,3 ex votantes de Zapatero.

En las elecciones de 2016 ya hubo una importante deserción de antiguos votantes de ZP, que se redujeron a 3,4 millones, que junto los 1,7 millones de Garzón, sumaron los 5,1 millones de UP del 26-J. Pero el PSOE no recuperó ninguno de estos votos que tras desencantarse con Zapatero lo hacían ahora con Pablo Iglesias.

Pero el pasado 28-A se inició la operación «regreso», los morados transfirieron directamente al PSOE 1,3 millones de votantes, con lo que aquel caudal inicial de 4,3 millones de votos socialistas en manos moradas, se reducía de nuevo, a 3,4 millones en 2016 y ahora a 2,1 millones. El PSOE recuperaba el pasado mes de abril a este 1,3 millones de votantes, más los 0,9 que abandonaron Podemos en diciembre de 2015, refugiándose hasta entonces en la abstención.

Lo primero que observamos es el cambio generacional en el voto, si en 2016 UP era la primera opción política entre los 18 y 44 años, y la segunda plaza se la disputaban PSOE y CS, ahora, prácticamente dos años después, el voto de este segmento de edad tiene al PSOE como el primer destinatario y a Ciudadanos como segundo. UP ha caído a la tercera posición entre los más jóvenes. En 2016 el 58,9% de sus votantes contaban con menos de 45 años, ahora se ha reducido al 52,8%.

Las reducciones más importantes de votos se extienden incluso hasta los 54 años, solo resisten, pero con menores caídas, los votantes de 55 y más años.

Por género, de nada ha servido el radicalismo de género ejercido por esta coalición, ha bajado el porcentaje de mujeres entre sus votantes, del 45,8% de 2015 al actual 44,4%, incrementándose la presencia masculina entre sus votantes, del 54,2% al 55,6%.

La reducción de su electorado se produce entre los votantes de menor nivel de estudios, ya que disminuye el porcentaje de votantes de UP que no cuentan con estudios superiores, pasando del 71,2% al 64,1%, aumentando el peso de los que cuentan con estudios superiores, a pesar de descender en número, que pasan de representar el 28,8% del voto de UP, al 35,9%, por lo tanto su base electoral es más elitista que hace dos años.

En lo que permanece en cabeza, es en dos categorías de ocupación, su proporción de personas que paro (16,2%) y estudiantes (4,4%), supera en proporción al resto de los grandes partidos nacionales. Son las dos categorías en donde más votantes ha perdido, pues en 2016 representaban el 23,2% y el 6,5%, respectivamente.