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Ciudadanos cree que Valls prepara un nuevo partido en Cataluña

El mal resultado electoral frustra la «operación Parlament» para que el francés fuera candidato a la Generalitat. Malestar con Arrimadas: «Nos dejó tirados»

Valls y Arrimadas, en una imagen de archivo, se reunieron tras las elecciones para abordar los pactos / Efe
Valls y Arrimadas, en una imagen de archivo, se reunieron tras las elecciones para abordar los pactos / Efelarazon

El mal resultado electoral frustra la «operación Parlament» para que el francés fuera candidato a la Generalitat. Malestar con Arrimadas: «Nos dejó tirados».

El malestar en Ciudadanos en Cataluña está subiendo enteros. Los resultados han sido «catastróficos en generales y todavía peores en municipales», apuntan fuentes de la dirección del partido que señalan a dos culpables: Manuel Valls e Inés Arrimadas. Y un gran responsable: «La dirección nacional del partido que controló las listas municipales con mano de hierro y dejó hacer a algunas personas al margen de Ciudadanos. Ahora las responsabilidades se deben pedir a quienes tomaron estas decisiones». Una crítica velada que señala directamente a Albert Rivera. A la actual portavoz del grupo parlamentario la acusan de «no saber aguantar la presión y de dejarnos tirados después de un año», y al líder del grupo municipal de «cargarse la lista con una plataforma al margen del partido» y de «meter la pata continuamente». Es más, diferentes diputados consultados por LA RAZÓN no dudan en afirmar que la intención de Manuel Valls es «crear un nuevo partido en Cataluña, de centro catalanista».

Las críticas son feroces, aunque con matices diferentes. Diversos sectores señalan a Inés Arrimadas como la culpable de la actual situación. «Inés quiso irse porque no podía con la presión de ser la líder de la oposición, sabía que no se podían repetir los excelentes resultados obtenidos en las últimas autonómicas y quería tener más proyección política en Madrid», afirman miembros de la dirección del partido. «Albert Rivera puso como condición que hubiera un relevo, y ese relevo fue Manuel Valls». Según estas fuentes, en una primera fase Valls lideraría la lista municipal, y en una segunda lideraría la lista de las autonómicas. Era lo que algunos llaman, el inicio de la «Operación Parlament». Todos los críticos concluyen que «Inés ha tenido demasiada prisa».

Esta versión es negada por otros destacados dirigentes del partido, aunque con el mismo trasfondo. «A Valls no lo trajo Inés, lo trajo Josep Ramón Bosch», el actual líder de Sociedad Civil Catalana, que pronto se desvinculó de esta operación para hacerse cargo de la organización civil anti independentista más importante de Cataluña, y apostillan que «Inés se acomodó en esta posición porque ya le venía bien para sus aspiraciones», pero «Manuel Valls nunca fue solución al relevo de Inés».

Sin embargo, Manuel Valls «pasó» de la organización de Ciudadanos en Cataluña y los resultados no han sido los esperados. «Carina Mejías –cabeza de lista municipal en 2015– hubiera sacado más regidores», afirma un diputado naranja. Las críticas se aúnan contra el entorno del candidato «cercano a los maragallistas de la Barcelona del 92». Estas fuentes reconocen que con el movimiento realizado por Valls el martes «dando su apoyo a un pacto que podría llevar a Colau de nuevo a la alcaldía», lo que está haciendo es hacer un hueco para su nuevo partido, que «está condenado al fracaso. Está recuperando un proyecto de partido catalanista, al estilo de los 90. Quiere recuperar el espíritu de una opción que ya no existe. Cuando apelas a un espíritu reconoces que quieres recuperar un muerto».

Inés Arrimadas se ha ido a Madrid, acompañada de José María Espejo Saavedra, pero también han abandonado el partido en Cataluña Jordi Cañas–que afirma que el apostó por ir a Europa y «acepté la propuesta porque en Europa se hace política y en Cataluña no»–, Juan Carlos Girauta –diputado por Toledo– y el propio número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas –diputado por Almería. Y a pesar de la marcha de todos los principales dirigentes «aún estamos con el liderazgo en pañales», afirman fuentes del partido en Cataluña. De forma provisional se han hecho cargo de estos menesteres Lorena Roldán y Carlos Carrizosa. «Ninguno de los dos tienen altura para liderar el partido. Habrá que esperar a unas primarias».

Sin embargo, esta espera se hace embarazosa. «Carrizosa ha impuesto los cambios en la Mesa del Parlament a dos personas de su confianza que no tienen formación jurídica –Joan García y Laura Vilches– lo que nos deja un poco al pairo en el Parlament, donde nadie puede asumir un nuevo liderazgo». En este punto las críticas arrecían. La posibilidad de un adelanto electoral en Cataluña es más que una posibilidad «por lo que urge una solución inmediata a un lío que ha creado la dirección nacional. No tenemos el líder de la oposición que conquistamos el 21-D», apuntan diputados del Parlament. «Los que han creado el problema deben solventarlo», remachan.

En este escenario de «precariedad», se miran con desconfianza los movimientos de Valls. De hecho en Ciudadanos no dudan de que «los seis concejales del ayuntamiento votarán lo que diga Valls. Los que militan en el partido no tienen ningún peso político y seguirán las directrices del cabeza de lista». «Que Valls quiera impulsar un nuevo partido es una realidad y nos coge con el paso cambiado y en una posición delicada», se lamentan para volver a señalar a Inés Arrimadas: «Subió como la espuma en cinco años. La dimisión forzada de Cañas y la marcha de Albert Rivera a Madrid, la situó a la cabeza del partido y ahora solo tenía prisa por irse».