Investigación
"¿Cuánto tiempo voy a estar aquí?": un mes en prisión del general de "caso Mediador"
Espinosa está «fuerte de cabeza», cree en su inocencia y anota en un bloc todos los detalles de su relación con Navarro Tacoronte, por quien lamenta que «se dejó liar»
A punto de cumplir un mes en prisión provisional por el «caso Mediador» (el próximo jueves), el general de la Guardia Civil –ya retirado– Francisco Espinosa mantiene la moral alta y confía en que la magistrada Ángeles Lorenzo Cáceres le permita abandonar la cárcel de Estremera (Madrid) en las próximas dos semanas. Espinosa, el único imputado en prisión –tanto el exdiputado del PSOE en el Congreso Bernardo Fuentes Curbelo, «Tito Berni», como el mediador de la trama, Antonio Navarro Tacoronte, y el resto de investigados están en libertad–, «está fuerte de cabeza y centrado», según ha podido saber LA RAZÓN de fuentes de su entorno. El general retirado –a quien la instructora se negó a dejar salir de la cárcel al apreciar riesgo de fuga y de destrucción de pruebas– está, apuntan, «indignado, porque no cree merecerse estar en prisión». «¿Cuánto tiempo voy a estar aquí?», ha llegado a preguntar en alguna ocasión Espinosa, que según recalcan las fuentes consultadas cuenta con el «total respaldo de su familia» (su mujer y sus dos hijos, que ya han acudido a verle a Estremera).
«Verse en prisión tras su trayectoria es duro. No entiende por qué sigue encarcelado. Tiene la sensación de que se ha dejado liar, de que ha sido un idiota», apuntan en referencia a Navarro Tacoronte, de quien sospecha que ha cerrado «algún tipo de pacto con la Fiscalía». «Él solo quería seguir en activo tras su jubilación, por eso cuando le proponen trabajar en un proyecto de una empresa de fotovoltaica le parece bien y picó». Al «Tito Berni» y a su sobrino Taishet Fuentes, exresponsable de Ganadería del Gobierno canario, dice no conocerlos «de nada».
"Ni ha influido ni ha podido influir"
Espinosa dedica ahora parte de su tiempo en la cárcel a anotar en un bloc todos los detalles que es capaz de recordar sobre su relación con el «mediador» que da nombre a la trama, en busca de argumentos de descargo para rebatir las imputaciones por delitos de cohecho, tráfico de influencias, pertenencia a grupo organizado y blanqueo. «Quiere salir para ver si es capaz de aportar más datos para acreditar su inocencia», dicen de sus propósitos para mantener la moral alta en la cárcel. Tiene la sensación, explican, que está en prisión «por cinco comidas y tres o cuatro viajes a Canarias porque ni ha estado en fiestas con prostitutas ni nada parecido. Ese no es su mundo».
Espinosa está también «abrumado», añaden, por las informaciones que le vinculan a adjudicaciones supuestamente irregulares en cuarteles de la Guardia Civil y ya se ha encargado de negar que pusiera en contacto al empresario Ángel Ramón Tejera de León, «Mon» (investigado también en el «caso Mediador» con el teniente general de la Guardia Civil Pedro Vázquez Jarava) para favorecerlo en las adjudicaciones. «Ni ha influido ni ha podido influir», insisten en su entorno.
La defensa del general Espinosa optó por no recurrir en apelación (ante la Audiencia Provincial de Tenerife) la prisión provisional acordada por la instructora, pero en un reciente escrito, su abogado, Antonio Tapia, solicitó su libertad a la magistrada negando que existiera riesgo de fuga y de destrucción de pruebas (recordando que la investigación policial lleva ya en marcha más de un año).
Retirada de 51.000 euros en efectivo
En ese escrito, la defensa del exgeneral de la Guardia Civil carga contra Navarro Tacoronte y, tras enumerar sus antecedentes penales (siete condenas por diversos delitos que suman diez años de cárcel), lo califica de «urdidor de la gran estafa» que, según expone, ha terminando llevando a prisión a Espinosa, a quien calificaba como «víctima» del «mediador» junto a los empresarios investigados.
Respecto a su mediación en favor del empresario Antonio Bautista, «El Curilla», el abogado del general precisa que se limitó a ponerle en contacto «con sus amigos» de la cadena hotelera Lopesan y con el presidente de la UD Las Palmas para que les ofertara la instalación de placas solares en sus instalaciones, aunque «ningún negocio quedó concretado».
Y en cuanto a su supuesta intervención para propiciar adjudicaciones de concursos públicos en beneficio del empresario José Suárez Estévez, «José Drones», el letrado defiende que de la documentación de esos expedientes se desprende que Espinosa –entonces al frente del Proyecto Sahel– no tuvo «relación alguna» con las adjudicaciones bajo sospecha.
Su defensa también intenta ahuyentar las sospechas sobre los 61.110 euros hallados en el domicilio del exjefe de la comandancia de Las Palmas con un dato: entre 2019 y 2021 retiró más de 51.000 euros en efectivo de una cuenta familiar, lo que junto al dinero que percibió de la venta de un inmueble de su padre al fallecer este considera que esa disponibilidad económica «es compatible con la tenencia en casa de dinero en efectivo».
Su abogado insistía igualmente en ese escrito en que no se ha acreditado la existencia de patrimonio en el extranjero de Espinosa y niega que cobrara comisiones a través de una cuenta en Bruselas que fue cancelada hace varios meses.
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