Lucha contra ETA

Cubillas reclamó a ETA fondos municipales para refugiados en Venezuela

El responsable de la banda en el país suramericano pidió el desvío de subvenciones destinadas a Nicaragua y El Salvador

Cubillas (con camisa blanca) se dirige a declarar ante la Fiscalía en Caracas
Cubillas (con camisa blanca) se dirige a declarar ante la Fiscalía en Caracaslarazon

El responsable de la banda en el país suramericano pidió el desvío de subvenciones destinadas a Nicaragua y El Salvador

Arturo Cubillas, responsable de ETA en Venezuela, país designado en documentos secretos de la banda como «Urano», propuso a los cabecillas una fórmula para financiar las necesidades económicas de los «refugiados» de la organización criminal. Consistía en que los ayuntamientos de la izquierda abertzale aportaran fondos y los camuflaran como ayudas a proyectos para la comunidad internacional, cuando en realidad irían destinados a dichos «refugiados».

Según estos documentos, a los que ha tenido acceso LA RAZÓN y que están judicializados por los tribunales antiterroristas de Francia y España, Cubillas se dirigió al responsable máximo del «Colectivo de Refugiados» para hacerle ver la necesidad de que los etarras que se esconden en Venezuela contaran con financiación exterior.

Las misivas, ante el temor de que puedan caer en manos de las Fuerzas de Seguridad (como ocurrió en este caso), están llenas de claves que no siempre conocen todos los miembros de la banda y a veces se tienen que hacer aclaraciones. Esto fue lo que ocurrió cuando un cabecilla del «aparato político» de ETA preguntó a «Pagoa», máximo responsable del citado «colectivo», qué es lo que quería decir Cubillas cuando hablaba de «ingreso a la universidad» como fórmula para financiar las necesidades de los «refugiados» en Venezuela.

La respuesta, en un documento que, asimismo, está judicializado por el Tribunal Correccional de París y la Audiencia Nacional española, no puede ser más clara: «Se trata de presentar proyectos en algunos ayuntamientos, proyectos que se tramitan dentro de las ayudas económicas para la comunidad internacional y lograr de ahí su financiación. Para que colaboren, les hemos dicho que envíen sus proyectos, y ya hemos hablado con la persona pertinente para que meta estos proyectos en varios ayuntamientos de Euskal Herria. (Aquí se halla una reflexión más global: siguiendo la tradición, los ayuntamientos todavía destinan el 0,7 a Nicaragua, El Salvador y similares. Obviamente, esto tiene que cambiar y enviarse a otras partes. Así que a ver si se nos ocurre algo y sacamos dinero para lo que necesitamos)».

Entre los documentos intervenidos no se da cuenta del resultado de las gestiones, pero dada la buena situación económica que atraviesa la colonia etarra en Venezuela –a la que se ha incorporado el pistolero José Ignacio de Juana Chaos, al que no se le conoce oficio ni beneficio–, cabe sospechar que el plan no debió de ser un fracaso, aunque todavía no se haya podido demostrar.

De hecho, las comunicaciones entre Cubillas y «Pagoa» y de éste, con los cabecillas del «aparato político» tuvieron su origen en las peticiones que hizo el propio Cubillas para que diera solución a los problemas económicos que atravesaba el «colectivo de refugiados» desde 2000.

Cubillas comenzó sus peticiones con una específica de 4.000 euros, que «Pagoa» le hizo llegar del fondo de libre disposición del que dispone para los «refugiados» (no se indica el monto total de ese fondo, pero todo parece indicar que cuenta con bastante dinero) para «comprar pantalones» (pasaportes), que tienen que adquirir en el mercado negro cuando el «subaparato de falsificación» de la banda no puede, por razones operativas, hacerles llegar estos documentos. En este caso, los 4.000 euros eran para etarras escondidos en «Venus» (Uruguay).

Las peticiones de Cubillas coincidieron en el tiempo con el viaje que dos miembros de la banda, Javier Aristrain y Juan Carlos Besance, del «comando Imanol», realizaron a Venezuela para recibir un cursillo de entrenamiento terrorista, que les impartieron los huidos de la banda Iurgi Mendinueta y José Lorenzo Ayestarán. El supervisor de esta operación no era otro que Arturo Cubillas, que corrió con todos los gastos de alojamiento, desplazamientos y manutención, lo que demuestra que ya disponía de dinero suficiente.

En sus declaraciones tras ser detenido, Aristrain comentó que durante su estancia en Venezuela no fueron detenidos en ningún control de Policía. Al acercarse a los sitios donde estaban los agentes, Cubillas sacaba una identificación que colocaba en el salpicadero del coche para no ser parados. Este individuo y Besance fueron arrestados en Caracas. La Policía les dijo que no podían llevar tanto dinero encima, y que tenían que dejar parte de esa suma en el control policial. Intervino Cubillas y se acabó el problema. Daba la sensación de que el que mandaba era él, comentaron los etarras.

Un fallo permitió conocer el plan

ETA se jacta de mantener la clandestinidad, en especial la de sus comunicaciones, que encripta. Pero a veces comete fallos de primer orden. En la carta que se reproduce sobre este texto, el responsable de los «refugiados» se veía obligado a explicar el contenido real de la frase «ingreso en la universidad», que no era otro que el plan propuesto por Arturo Cubillas. La misiva fue descubierta en una operación antiterrorista en Francia.