Cultura catalana: declive y propaganda

Barcelona- La cultura catalana cuenta en la actualidad con numerosos frentes abiertos, moviéndose entre las ayudas y el declive por la crisis económica.

Cataluña sigue arrastrando una dura polémica con Aragón respecto a la vieja reclamación de las obras de arte sacro guardadas hoy en el Museo de Lérida. Son los bienes eclesiásticos que corresponden a las parroquias oscenses transferidas en 1995 de la diócesis de Lérida a la de Barbastro-Monzón. Pese a que Ferran Mascarell, tras su llegada a la conselleria de Cultura, prometió llegar a una solución dialogada para acabar con la polémica, se han desobedecido desde Cataluñas las sentencias judiciales que daban la razón a Aragón. Donde sí ha ido todo mejor es en el nuevo y flamente equipamiento museográfico Born Centro Cultural, instalado sobre las ruinas de lo que fue el barrio de la Ribera, arrasado en la derrota de 1714. Tras ocho años de trabajo, el centro ha costado 84 millones de euros y cuenta con la oposición de los vecinos de la zona.

La Generalitat ha apostado de manera exagerada por ayudar al doblaje del cine en catalán. El volumen de espectadores que ve películas dobladas alcatalán creció un 51,5 por ciento en 2012 respecto al año anterior, pero se da la circunstancia de que cada vez son menos los títulos doblados, pasando de 66 a 22. Estos porcentajes se mantienen lejos de los espectadores de filmes doblados en castellano, que, sin embargo, han descendido ligeramente, pasando de 16.169.015 personas en 2011 a 15.427.565 en 2012, según el ICEC. El ritmo de doblaje no es el deseado por la Generalitat, que expresó en septiembre de 2011 su deseo de que la industria creciera a un ritmo de 74 copias dobladas en 2010 a 625 copias en 2012. En la misma línea, la recaudación por la exhibición de películas dobladas en catalán ha crecido, pasando de 2,6 millones de euros en 2011 a 3,9 millones en 2012, mientras que el cine doblado en castellano ha pasado de 110,2 millones a 107.

Para este año, el departamento que dirige Ferran Mascarell destinará un presupuesto de 706.141,06 euros para el doblaje de películas al catalán, subrayando que éste sigue siendo uno de los principales ejes de la política cultural de la Generalitat.

Por otra parte, los datos de ocupación de los teatros catalanes no han podido resistir la bajada de consumo general. En la última temporada se calcula un descenso de más de un 25 por ciento respecto a años anteriores, en un territorio en que el teatro catalán copa cerca del 60 por ciento de la programación. Además, los grandes equipamientos, como el Gran Teatro del Liceo, el Teatro Nacional de Cataluña o el Teatre Lliure, se han visto afectados por la bajada de más de un 30 por ciento de las subvenciones de la Generalitat hasta el punto de poner en riesgo su actividad. El Lliure desconvocó un ERE tras el auxilio del Ayuntamiento de Barcelona, el TNC cerró una sala y redujo en un 50 por ciento el presupuesto de algunos de sus espectáculos y el Liceo está ahora cerrado en un ERE temporal que volverá a repetirse en julio. El caos es general y la situación es en muchos casos límite. Muchas compañías, centros culturales y educativos tuvieron que esperar a un crédito sindicado de urgencia para recibir las subvenciones prometidas de 2012.

En tiempos del tripartito, los festivales que querían obtener una subvención tenían que demostrar su catalanidad, a través de un sistema de puntos. Quien más puntos obtuviese, más seguro tenía el dinero. Ahora, el descenso de las subvenciones ha minimizado el requisito, pero los problemas son otros. La bajada de espectadores de música en directo ha caído un 27 por ciento. Incluso el número de conciertos ha bajado un 22 por ciento y se prevé que la facturación del sector musical baje un 17 por ciento en 2013. Además, en 2012 hubo un 7 por ciento menos de discos en catalán y descendió el número de discos de oro en este idioma, pasando de seis a tres. Lo único que resiste el envite son los grandes festivales de carácter internacional como el Sónar o el Primavera Sound.