Casa Real

Cumbre de herederos

Cumbre de herederos
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Ahora que tenemos inflación de princesas serenísimas y príncipes de pegolete, no es malo comprobar que los de verdad existen, se reúnen y son noticia por algo tan sencillo y tan trascendental en una democracia como que esperan el momento de servir a su país en la jefatura del Estado.

La reunión de ayer en Apeldoorn (Holanda) sirvió no sólo para despedir a Guillermo y Máxima de su condición de herederos –muy pronto asumirán el trono de los Países Bajos–, sino para poner de manifiesto la buena relación de las monarquías de Europa. Algo que sólo puede beneficiar a los países que la integran.

Me dirán que faltaron Carlos de Inglaterra y su esposa, Camilla, pero reconocerán que ya ni pegan en esa imagen de príncipes herederos: cualquier día Isabel II nos sorprende como el Papa. También faltó Federico de Dinamarca, aunque su esposa María, le representó. Y la princesa heredera de Noruega, Mette-Marit. Más extraña fue la ausencia de los Liechtenstein. No debe de ser fácil reunirlos a todos.