Elecciones generales

Decisivos en el partido a cinco

Decisivos en el partido a cinco
Decisivos en el partido a cincolarazon

Las mujeres, los pensionistas, quienes votan por primera vez y los indecisos tienen hoy en sus manos el futuro del país porque de su voto depende el resultado de las elecciones más inciertas de la historia de España.

Alba Sánchez, estudiante de medicina: Los que votan por primera vez son el 3,8%

Los jóvenes que han cumplido 18 años desde la última cita electoral en toda España suman 1.784.641 y representan el 3,8% del electorado. Son pocos pero, en un escenario tan polarizado y convulso como el actual, su incidencia electoral puede ser crucial. Alba Sánchez acaba de cumplir la mayoría de edad y por primera vez vota en unas generales: «Es algo importante». Reconoce que «no hay ningún partido» que le representa, vota por descarte: «Se quién no quiero que gobierne España», asegura. Esta canaria, estudiante de Medicina en Madrid, insiste en que «los políticos están alejados de la realidad y de lo que realmente preocupa a los ciudadanos. «Durante los debates solo vimos bronca y reproches, lo de siempre», se resigna. De hecho, exige «más responsabilidad» a la clase política. En su caso, le preocupa su futuro laboral, la igualdad entre hombres y mujeres, la violencia machista y la sanidad pública. Ejerció su voto por correo: «Aunque había grandes colas busqué una oficina sin tanto ajetreo y fue muy fácil». Lo hace sin presiones familiares y tras leer detenidamente los programas electorales. Pese a su juventud, está convencida de que en un estado democrático, votar es un deber: «No ha sido tan emocionante como pensaba cuando era menor pero hay que hacerlo», concluye.

Sebastián Gómez, profesor: El número de indecisos, más alto que nunca

Sebastián Gómez pasea a su nieto tranquilamente por un barrio de Madrid. Es de Cádiz y ayer regresó a su comunidad para no perderse la cita electoral, tiempo suficiente para meditar su voto porque este viernes todavía no sabía a quién se lo daría. No le ha gustado la campaña porque «los candidatos han discutido de todo, menos de los problemas de España», dice con reproche. El nuevo escenario polítíco le atrae: «Nos quejábamos de que teníamos solo dos partidos y ahora tenemos que adaptarnos a una mayor variedad». Sin embargo, no es el abanico de formaciones lo que le distrae a la hora de decidir su voto. En su caso, son la falta de propuestas concretas. Echa en falta consenso en Educación, una actuación de la Justicia más rápida o mayor «mano dura» con la corrupción en los partidos. Aún así no pierde la esperanza: «Ojalá cambie el país y yo lo vea», desea. El porcentaje de indecisos es más alto que nunca. Según los datos del CIS, cuatro de cada diez no habían decidido su voto antes de la campaña, una situación que podría decantar la balanza hacia uno u otro bloque. De ahí que estos días todos los candidatos se echasen a la calle para arañar votos decisivos. En las últimas elecciones, los que decidieron su voto a última hora fue el 10%, según el CIS, y un 30% durante la campaña.

Marta Hernández, funcionaria: En plena ola feminista, las mujeres eligen

Tras dos años seguidos de marchas y reivindicaciones feministas, las mujeres vuelven a votar hoy en las elecciones más inciertas de la historia. Según el último CIS, el 45 % de las mujeres está indecisa. Con más opciones políticas que nunca, su voto puede ser crucial. Marta Hernández, funcionaria de 45 años, es una de ellas. Aún no sabe a quién votará porque «no me representa ningún partido». Tiene decidido el bloque –derecha o izquierda– al que votará pero hoy «según me levante» optará por una u otra formación. En su opinión falta claridad en las propuestas electorales. «A todas las formaciones se les llena la boca diciendo voy a hacer esto o lo otro, pero ninguna explica de dónde sacará el dinero ni cómo lo hará. No es serio», dice con enfando. De hecho, asegura que asistió atónita a los debates al comprobar la poca credibilidad de las candidatos que solo hablaban del «tú más», en vez de ofrecer propuestas. «Me puse de mal humor», dice. En su opinión, como mujer, pertenece «a una generación que no está acomplejada y con representación en la sociedad» por lo que acudirá a votar como ha hecho desde que tiene 18 años. En 2016, el PP fue el partido más votado por las mujeres, el 22,8%; seguido del PSOE, con el 21,6%; Podemos con el 17,9% del apoyo y, por último, Ciudadanos, con el 10% del apoyo femenino.

Germán Sacristán, pensionista: Los jubilados, el nuevo objetivo de los partidos

Los pensionistas pertenecen a un nicho de electores tradicionalmente orientado al bipartidismo cuyo cambio de tendencia puede ser decisivo a la hora de ganar estos comicios. Son alrededor de 9,7 millones de personas que en esta campaña han escuchado cantos de sirena relacionados con la subida de sus pensiones con el único objetivo de atrapar su voto. Con una población cada vez más envejecida, cada campaña electoral los partidos salen a por todas para «cazar» ese voto fundamental para sus aspiraciones políticas. Germán Sacristán, de 80 años, es uno de ellos. Aunque él es «votante del PP de toda la vida», en esta ocasión, ve peligrar la victoria de Casado por la irrupción del partido de Abascal. «Es muy incierto el panorama que se nos presenta. Dios quiera que se llegue a un buen pacto por el bien de España», dice con cierta nostalgia. «Hay que darle una oportunidad a Casado. Es joven y tiene un futuro prometedor», dice sobre el candidato del PP. A Germán, más que su pensión, le preocupa el futuro de sus ocho nietos. «En esta campaña, los políticos no han hablado del porvenir de las nuevas generaciones, ni del paro, ni la economía, ni los alquileres...alguien tiene que solucionarlo», dice. Hoy, de las urnas, saldrá el candidato que se enfrente a todos estos retos.

Cruz Pérez, estudiante de Economía: Temor a una alta abstención en el electorado

Cruz Pérez, estudiante de 21 años, se abstiene en esta jornada electoral. Sencillamente no irá a votar: «No me veo representada ni confío en ninguno de los partidos que se presentan a las elecciones». Es natural de Almería pero estudia Economía en la capital y, dice, que no ha podido ejercer el derecho por correo. Al coincidir las elecciones con la Semana Santa calculó mal los tiempos y dadas las grandes colas en las oficinas de Correos, desistió. Sí votó en las últimas andaluzas, en parte, porque le interesaba una de las propuestas relacionadas con el impuesto de sucesiones que llevaban los partidos en su programa, pero a nivel nacional, siente cierto «desinterés y apatía» por la clase política. Ni vio los debates ni se siente identificada con ningún partido en estas generales, de ahí que prefiera quedarse en casa. En España, tradicionalmente existen valores bastante elevados de abstención. Las tasas más altas se registraron en 1979, 2000 y 2011, al superarse el 31%, y, sobre todo, en la repetición electoral de 2016, con un 33,52%. Según el último CIS, se prevé que hoy roce el 10,3%. Los jóvenes tienden a la abstención más que el resto de los ciudadanos. Apenas el 50% de los que tienen entre 18 y 24 años está seguro de lo que votará hoy porque por lo general, los partidos no se acuerdan de ellos.