Defensa

La Agencia Espacial Española, los ojos de la Estrategia de Seguridad Nacional

El organismo, creado hace casi un año y con sede en Sevilla, apunta al uso del Espacio en Seguridad, Observación de la Tierra, Geolocalización y Telecomunicaciones

Guerra en el espacio: ¿se convertirá esta en una imagen habitual?
Guerra en el espacio: ¿se convertirá esta en una imagen habitual?Espacio Misterio

La Agencia Espacial Española (AEE) comenzó a operar el 7 de marzo de 2023, tras la aprobación de su estatuto. Con sede en Sevilla, un presupuesto inicial de 700 millones de euros y una plantilla de 75 funcionarios (donde cerca de la mitad está vacante); el organismo ha llegado para “ordenar la casa”. Si hasta antes de su creación, 11 ministerios tenían competencias espaciales, el arco se ha reducido a dos: Ciencia y Defensa.

La Agencia responde una necesidad de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2021. En concreto, en su capítulo 3, Riesgos y amenazas, advierte que las “amenazas derivadas del uso de tecnología de nueva generación, como la Inteligencia Artificial o el acceso al espacio ultraterrestre, añaden complejidad y dificultan la protección de los derechos individuales ante un eventual uso malicioso”.

Es, en ese sentido, como se reconoce al Espacio como el cuarto dominio; detrás de Aire, Tierra y Mar y por delante de Cíber, que es el último en llegar. Sobre ese punto radica la preocupación nacional sobre un “eventual uso malicioso” y lo que despierta el interés del sector. Vale la pena mencionar cómo durante la última década ha proliferado una explotación comercial, con constelaciones de satélites y lanzadores privados.

El New Space es un término controvertido que no deja a nadie indiferente y puede tener una cantidad casi ilimitada de acepciones. Sin embargo, la definición más común es entender una época, en pleno siglo XXI, donde las empresas (como SpaceX) han quitado el monopolio del uso espacial a las agencias (como la NASA, la Agencia Espacial Europea, ESA y la rusa Roscosmos).

Si uno hace doble click, la palabra “defensa”, escrita tanto con mayúsculas como con minúsculas, está mencionada 50 veces en el estatuto de la AEE; mientras “seguridad” aporta lo propio en 64 ocasiones. De hecho, su aportación más relevante parece estar en el artículo 2, Objeto y fines, donde se destaca “el fomento, ejecución y desarrollo de la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación en el ámbito del espacio, la seguridad y defensa nacional”. Luego, se detallan todas las operaciones a nivel ultraterrestre, sobre todo, las aplicaciones satelitales para el desarrollo de competencias departamentales, así como el uso de datos provistos y el impacto tecnológico y económico de la industria.

La clave es, según la misma información oficial, que la AEE sirva “para garantizar la acción estratégica de España en torno al ámbito espacial, tanto desde el punto de vista de su desarrollo tecnológico como del uso del espacio en ámbitos como la seguridad, la observación de la Tierra, la geolocalización o las telecomunicaciones”.

El Supremo ratifica a Sevilla como sede de la nueva Agencia Espacial Española
El Supremo ratifica a Sevilla como sede de la nueva Agencia Espacial Española

Colaboración con organismos internacionales

Como miembro activo del “grupo de los 27”, España tiene una participación activa en la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (Euspa), que contribuye en los aspectos de acreditación de seguridad, así como de desarrollo del mercado y de las aplicaciones del segmento de usuario.

Por otro lado, la ESA, que no pertenece formalmente a la UE, es una organización intergubernamental, con amplia experiencia en el ámbito espacial. Para muchos es la NASA de Europa, aunque cuenta con un presupuesto mucho más reducido y sus fines tampoco son los mismos: los 22 países que la conforman ponen en común sus recursos con el objetivo de asegurar y desarrollar, con fines exclusivamente pacíficos, la cooperación entre en los campos de la investigación y de la tecnología espaciales, con vistas a su utilización con fines científicos y para sistemas espaciales operacionales de aplicaciones.

Por ejemplo, España se ha comprometido a aportar un máximo de 300 millones de euros anuales hasta 2027. Una decisión que el Ejecutivo justificó debido al compromiso de retorno de dicha contribución mediante contratos a las empresas de cada país, proporcionales a las aportaciones de cada Estado miembro.

Sin embargo, con otro vistazo a la Defensa y Seguridad, La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) también es parte de la transformación y también considera al Espacio como el cuarto dominio operacional. Una decisión que, de acuerdo a la propia Estrategia de Seguridad Nacional, “conduce al desarrollo doctrinal, la revisión de planes de operaciones y de capacidades militares orientadas a preservar el uso pacífico y seguro del Espacio. Más recientemente, el Concepto Estratégico de Madrid establece sin equívocos que el acceso a un espacio seguro y sin restricciones es clave para una disuasión eficaz”.

Campaña de pruebas del DEIMOS-2 en el Centro de Integración de satélites de Elecnor Deimos en Puertollano
Campaña de pruebas del DEIMOS-2 en el Centro de Integración de satélites de Elecnor Deimos en Puertollanolarazon

Mayores gastos para vigilancia y seguimiento espacial

El 7 de noviembre de 2023, el Consejo de Ministros aprobó una modificación a la Ley General Presupuestaria para que el Ministerio de Ciencia e Innovación pueda contratar los servicios para la realización de un proyecto de vigilancia y seguimiento espacial (SST, por sus siglas en inglés) por parte de la AEE. El acuerdo suscrito, con subvención de la Comisión Europea (CE), aborda la implementación del proyecto Eusst2023-26GA, referente a las disposiciones del Reglamento Espacial.

Aunque se trate de fondos europeos, entre los compromisos adquiridos anteriormente y las nuevas necesidades detalladas en noviembre, consideran casi 6,5 millones de euros entre 2024 y 2025 (4,9 y 1,5 millones respectivamente).

Civiles y militares al mando

La primera persona al mando de la AEE fue el ingeniero aeronáutico Miguel Belló, quien asumió en su momento como director en funciones. Fue cesado a fines del año pasado, al igual que de su puesto a cargo del Perte Aeroespacial, que ya tenía más del 90% de sus recursos movilizados. De acuerdo a lo establecido, un comité interdisciplinar es el encargado de proponer una terna de nombres a la ministra de Ciencia, Diana Morant. Ese órgano está compuesto por catedráticos, gente de la industria, de la patronal Tedae y de las Fuerzas Armadas. Mientras ese proceso se resuelve, el encargado provisional es el general de Brigada del Ejército del Aire y del Espacio, Juan Carlos Sánchez Delgado.

En esa misma línea, es importante mencionar que la propia Fuerza Aérea debió modificar su nombre para integrar al Espacio. De hecho, también reorganizó sus piezas para acomodar al nuevo Mando del Espacio (Mespa) en las instalaciones de Torrejón de Ardoz. En los últimos días, luego de su nombramiento por la ministra de Defensa, Margarita Robles, el general de división Isaac Crespo Zaragoza, tomó posesión como jefe del Mespa. Una real dual, civil y militar, para intentar darle forma a la nueva institucionalidad, la Agencia Espacial Española.