Silam

Así es el lanzamisiles surcoreano K239 Chunmoo, cuya compra valora el Ejército de Tierra español

Sería una de las opciones que tiene en estudio el recientemente aprobado programa Silam para dotar a las Fuerzas Armadas de un sistema lanzacohetes, aunque la más probable es la israelí PULS

Lanzamisiles surcoreano K239 Chunmoo, desarrollado por Hanwha Defence
Lanzamisiles surcoreano K239 Chunmoo, desarrollado por Hanwha DefenceHanwha Defence

El Consejo de Ministros aprobó la pasada semana el acuerdo por el que se autoriza la celebración del contrato para el suministro del sistema lanzacohetes de alta movilidad, una de las grandes carencias del Ejército de Tierra español después de que dejarán de prestar servicio los lanzacohetes Teruel y no fueran sustituidos.

Mediante este contrato se autoriza la adquisición del sistema integrado de fuego indirecto de largo alcance (lanzacohetes), denominado Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (Silam). La capacidad de estos sistemas lanzadores, dotados de flexibilidad en la configuración de sus municiones y de mayor precisión, permitirá a nuestras Fuerzas Armadas superar las limitaciones en alcance de las municiones lanzadas por cañón, alcanzando objetivos más allá de los 300 kilómetros.

El valor estimado de este contrato de suministro, que comprende tanto los vehículos lanzadores, como la munición y el apoyo logístico inicial y demás vehículos y equipamiento complementario es de casi 576,5 millones de euros.

La Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa tiene sobre la mesa varias opciones para el diseño y desarrollo de este sistema, pero todas contemplan la compra a un contratista nacional apoyado por un tecnólogo extranjero. Esta es la opción preferida por la Secretaría de Estado de Defensa para fortalecer la base industrial y tecnológica de la defensa, por delante de otras como la adquisición directa en el mercado internacional, la compra a Estados Unidos vía FMS del sistema Himars.

Son tres las opciones que se han considerado, según explicó el Ejército de Tierra en un taller con empresas el pasado mes de mayo, enfocado en las municiones y el geoposicionamiento:

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Sin embargo, aunque esta última es la opción que más opciones parece tener, poco se ha hablado de las otras, especialmente del lanzamisiles surcoreano K239 Chunmoo, desarrollado por Hanwha Defence para las fuerzas armadas surcoreanas con el fin de sustituir al anticuado K136 MLRS.

Se trata de un vehículo 8×8 con cabina blindada, al cual se le montó un lanzador capaz de alojar 12 cohetes de 227mm, en una configuración que imita al MLRS 270 norteamericano. Pese a ser mas pesado y menos ágil que el HIMARS, el K239 permite duplicar la carga de munición respecto al SLAM estadounidense, por lo que ambos sistemas se pueden complementar. También puede disparar misiles de 239 mm, capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 85 kilómetros con guiado GPS o inercial; o misiles tácticos Ure-2 de 600 mm, análogo al estadounidense ATACMS, con hasta 290 kilómetros de alcance.

El Chunmoo está equipado con un sistema de carga por lotes y es capaz de transportar dos paquetes a la vez, cada uno de los cuales, dependiendo del calibre, puede contener de 20 a 6 misiles o un misil balístico táctico.

Polonia ha firmado un acuerdo para la adquisición de este sistema de cohetes de lanzamiento múltiple, el primero de los cuales se entregará este año. Corea del Sur también ha firmado un acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos para exportar misiles tierra-aire de alcance medio Cheongung II KM-SAM, que podría ser el acuerdo de exportación de armas más grande de la historia del país asiático, con un valor aproximado de 3.500 millones de dólares.

El KM-SAM fue desarrollado por primera vez por la Agencia de Desarrollo de Defensa de Corea del Sur con el apoyo técnico de empresas rusas. Se basó en la tecnología del misil 9M96 utilizado en los sistemas de misiles S-350E y S-400, y se creó para reemplazar los misiles tierra-aire Hawk más antiguos que se adoptaron en 1964.

Una batería completa consta de cuatro a seis lanzadores de montaje de transportadores de ocho celdas, un radar 3D de matriz en fase multifunción y un vehículo de comando de incendios. Empleando la llamada tecnología hit-to-kill, el misil puede interceptar hasta seis misiles hostiles que lleguen a altitudes inferiores a 40 kilómetros, con un alcance de detección de 100 kilómetros. Los misiles tienen capacidades de guerra antielectrónica para seguir funcionando, a pesar de las interferencias. El sistema pasó la prueba de verificación de requisitos operativos del ejército de Corea del Sur en 2015 y comenzó a implementarse a principios de 2016, según la Fuerza Aérea.