ASW
¿Qué ocurriría si un submarino ruso entra en aguas españolas? Estas son las armas ASW que ha comprado Defensa
¿Qué ocurriría si un sumergible ruso o argelino tratase de bloquear el Estrecho o atacar la costa española? Estas serán las armas del Ejército del Aire y la Armada para neutralizarlo
La tecnología ha permitido a los submarinos ser cada vez más indetectables por lo que destruirlos se ha convertido en una de las tareas más difíciles en la guerra antisubmarina (ASW en sus siglas en inglés). Para localizarlos y neutralizarlos las fuerzas armadas disponen de buques, aviones y helicópteros fundamentalmente, pero no es tarea fácil y requiere tiempo, entrenamiento y experiencia.
El Ejército del Aire y del Espacio no tiene en la actualidad aviones de patrulla marítima y guerra antisubmarina. Lo más parecido podría ser el RPAS Predator B y, de momento, no puede portar armamento. El último P3 Orion en servicio en el Ala 11 (base Morón de la Frontera, Sevilla) fue retirado en diciembre del año pasado después de casi medio siglo en servicio. El sustituto será el C295, un avión que Airbus ensambla en sus instalaciones de San Pablo en Sevilla. En concreto, España ha seleccionado como solución transitoria la versión MPA de este versátil avión.
C295 de para patrulla marítima
El Gobierno dio un primer paso el pasado mes de junio en el Consejo de Ministros con la aprobación del techo de gasto para la compra de seis aviones C295 de patrulla marítima, junto con otro diez de C295 de vigilancia marítima, por importe conjunto de 1.730 millones. Estos últimos para sustituir a los veteranos CN235 de búsqueda y rescate, operativo en el Ejército del Aire y del Espacio.
A día de hoy, faltan dos pasos. El Ministerio de Defensa tiene que llevar de nuevo a la reunión del Consejo de Ministros la compra de este pedido de 16 aviones (el contrato) para su aprobación final y después proceder a la firma con Airbus.
En sus diferentes variantes, la misión principal de los cometidos de patrulla marítima «está enfocada a la guerra anti submarina, lo que implica el empleo de armamento que, en el caso del C-295, serán torpedos u otro tipo de sistemas de armas que se puedan integrar en el futuro», aclara el jefe de programa.
Debido a la necesidad de recuperar en el mínimo plazo posible el rol antisubmarino con aeronaves de ala fija, su armamento para cazar y destruir sumergibles ya estará integrado en el primer ejemplar de serie. Además, cada uno de los seis portará un avanzado sistema de detección acústica, un detector de anomalías magnéticas (MAD), un radar de apertura sintética (SAR), un sistema de observación electro-óptico e infrarrojo y un sistema de auto protección contra misiles fijado en diferentes partes del exterior de la célula. También contará con equipos cifrados de comunicaciones vía satélite y sistemas tácticos de enlace de datos por vía terrestre y satelitales, en ambos casos con posibilidades de ampliación y modernización. Un grupo de empresas españolas son las que aportarán su tecnología, entre las que se encuentran Indra, que suministra varios subsistemas, entre ellos el de auto protección; SAES, que integrará el sistema acústico; y Tecnobit, que desarrollará los equipos de cifrado. Su autonomía máxima será de 2.000 millas náuticas, tendrá una capacidad máxima de portar 60 sonoboyas e incluirán un sistema acústico SPAS 32.
Ocho helicópteros MH-60R
Paralelamente, la otra pata de la guerra antisubmarina española será el helicóptero Sikorsky MH-60R, del cual el Consejo de Ministros ha autorizado la compra de ocho unidades, con los que la Armada podrá actualizar sus capacidades en este campo. La Marina estadounidense (US Navy) tiene como contratista principal del pedido español a la empresa Lockheed Martin (que en 2015 adquirió a Sikorsky). La gestión del programa recaerá en la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), órgano del Ministerio de Defensa encargado de este tipo de adquisiciones.
La principal razón de esta compra es ir sustituyendo a la actual flota de helicópteros tácticos navales del modelo Sikorsky SH-60B Seahawk. Este material, encuadrado en la Décima Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada, que tiene su sede en la base aeronaval de Rota (Cádiz), ha dado unos magníficos resultados durante su larga vida operativa, ya que los seis primeros llegaron a España en 1988 y otros tantos en 2002, época en la que se modernizaron los iniciales al estándar de los del segundo pedido, que se designa SH60-B Block I Core B.
El MH-60R actúa normalmente integrado en el sistema de combate que representa un navío militar, habitualmente una fragata, de ahí su designación de sistema LAMPS (Light Airborne Multipurpose System) III, estando diseñado para operar perfectamente sincronizados con los navíos de escolta desde los que operan, en el caso español con las fragatas de la clase F-80 y las más modernas F-100/105 de la clase Álvaro de Bazán, así como con las futuras F-110 cuando entren en servicio a partir de 2028, según está previsto.
En el desempeño de sus misiones, ya sean ASW como otras de combate del tipo guerra de superficie o Anti-Surface Warfare (ASuW), los actuales LAMPS III actúan como una parte integral del buque escolta desde el que operan, aportando todas las capacidades de sus sensores y armamento al CIC (Centro de Información y Combate) del buque. Esto es posible gracias a un enlace táctico de datos (Tactical Data Link) en tiempo real, direccional y encriptado, denominado Hawklink, que es exclusivo de los binomios LAMPS (buque-helicóptero) y que extiende significativamente el radio de influencia de la fuerza naval.
A esto se une el sistema de combate y sensores Aegis norteamericano, que proporciona Lockheed Martin a la empresa Navantia y que incorporan las fragatas F-100 y lo tendrán también las de la serie F-110. Este binomio ha llevado a una concepción común de interoperabilidad en el diseño de los helicópteros navales de Sikorsky con los navíos de escolta de la US Navy, como son los destructores Arleigh Burke, política que se ha reforzado aún más a partir de 2015, cuando Lockheed Martin adquirió la citada empresa aeronáutica especializada en aeronaves de ala rotatoria.
Una de las prioridades de la Armada, al igual que el resto de aliados de la OTAN, es potenciar el campo de la lucha ASW, en un momento en que no deja de aumentar el número de submarinos: unos 450 en servicio en todo el mundo, de los que unos 70 están en el Mar Mediterráneo, incluidos los de países rivales como Argelia, que tiene seis, o Rusia.
Por eso, la necesidad de dotar a la Armada de dichos medios para intervenir bajo la superficie del agua es una prioridad de seguridad nacional y parte de esa estrategia son los MH-60R. Pero, ¿cómo llevan a cabo estos aparatos la guerra antisubmarina? Pues combinando el máximo número de sensores posibles para detectar al submarino. Además se emplean equipos de guerra electrónica para detectar las emisiones de radar y de radio del submarino enemigo.
El helicóptero multimisión MH-60R, en servicio no solo en Estados Unidos sino también en Arabia Saudita, Australia, Dinamarca, Grecia e India y en un futuro en Noruega, proporcionará la capacidad de realizar operaciones de ASuW y ASW, junto con la de realizar misiones secundarias, como el reabastecimiento vertical, la búsqueda y el rescate, y el relé de comunicaciones, y reforzará la capacidad de la Armada española para apoyar a la OTAN y poder seguir manteniendo la interoperabilidad con Estados Unidos y la Alianza Atlántica.
Los miembros de la Décima Escuadrilla de la Armada de la base de Rota con sus SH-60B llevan ya un par de años interoperando con el escuadrón de ataque marítimo o Helicopter Maritime Strike Squadron Seven Nine (HSM-79) Griffins norteamericano, que está equipado con los MH-60R.
Esta unidad de la US Navy empezó la implantación de un destacamento permanente en la base de Rota a principios de 2021, asentándose totalmente la unidad a mediados de 2022. Su misión principal es ofrecer dicha capacidad aeronaval o LAMPS a la unidad de destructores estadounidenses, que actualmente tiene cuatro navíos de la clase Arleigh Burke basados en Rota, y que próximamente se reforzará con dos más.
Los nuevos MH-60R, según recoge la referida información de la DSCA, incluirán 18 motores T-700-GE-401C (16 instalados y dos de repuesto), ocho sistemas de radio multifuncional Link 16, radares multimodo APS-153 (V), cuatro sonares aerotransportados de baja frecuencia ALFS (instalables en cualquiera de los ocho helicópteros dado su carácter modular), sistemas de aviso de misiles AN/AAR-47, sonoboyas AN/SSQ-62F de diferentes modelos, terminales de radio SRQ-4 Hawklink para buques con módulos de control criptográfico, transpondedores de identificación amigo o enemigo (IFF) AN/APX-123, dispensador de contramedidas electrónicas AN/ALE47, etcétera.
En cuanto a su armamento, está prevista la compra de 32 misiles aire superficie AGM-114R (N) Hellfire, dos de instrucción; un centenar de secciones de guía de cohetes WGU-59/B Advanced Precision Kill Weapon System (APKWS) II, con los que se convierte a los proyectiles Hydra 70 de 70 mm en armamento de precisión; lanzadores LAU-61 y cabezas de alto explosivo M152 de dichos cohetes; y ametralladoras GAU-21 de 12,70 (incluidos soportes y punteros láser).
Sonoboyas y sonar calable
Para detectar submarinos los MH-60R dependen de elementos como las sonoboyas o el sonar calable, un hidrófono que se descuelga del helicóptero y escucha a la profundidad deseada con gran precisión y durante prolongados periodos de tiempo. El MH-60R utiliza el modelo AN/AQS-22 de baja frecuencia, desarrollado por Raytheon y Thales.
Normalmente la táctica preferida en buques de superficie es que al menos uno de ellos haga las veces de piquete sonar, desplazándose rápidamente por delante de la formación de un punto de escucha a otro, deteniéndose para emplear sus equipos de detección a la búsqueda de submarinos. Además se usan cada vez más sonares activos de frecuencias más bajas, consecuencia del aumento del ruido ambiente en el mar y la poca emisión acústica de los nuevos submarinos. El problema se ha solucionado también gracias a la mejora en el software utilizado para la interpretación de las señales captadas. La escucha se combina con la búsqueda de helicópteros ASW y otros barcos, triangulando y estableciendo la posición del objetivo de manera precisa.
Los helicópteros y aviones ASW cuentan para detectar submarinos también con sniffers, radar y MAD. El MAD tiene el inconveniente de que si los submarinos navegan a gran profundidad no los detecta. El Sniffer detecta las emisiones de gases de los motores de submarinos SSK, pero no detecta a los submarinos nucleares ni a las unidades SSK operando con equipos AIP.
El radar solo detectaría al submarino que esté en la superficie, lo cual supone que, de nuevo, volvamos a la importancia de las sonoboyas para la detección lejana y los sonares calables para detección cercana.
La doctrina de la OTAN respecto a la búsqueda de submarinos en mar abierto establece zonas de responsabilidad para proteger convoyes y grupos de combate. En la más lejana operan los aviones ASW (P-3C, P-8 o similar), en la intermedia los buques ASW equipados con sonar de arrastre y helicópteros ASW más modernos y en la más próxima a los buques a proteger, los helicópteros ASW menos modernos y buques con peores equipos sonar.
El futuro de la guerra antisubmarina pasa por nuevos avances tecnológicos, por ello se investiga en sistemas de procesamiento multiestáticos y en radares de detección automatizada de los periscopios. Los sistemas de procesamiento multiestático ASW son capaces de procesar señales de sonoboyas digitales, con sonar activo y pasivo simultáneamente, para mejorar la tasa de detección de submarinos y además permiten intercambiar información entre plataformas ASW.
En el caso del MH-60R los sensores digitales avanzados incluyen el radar multimodo AN/APS-153 capaz de detectar y discriminar periscopios de submarinos en la superficie del agua, el sistema electrónico de medidas de apoyo, la cámara electroóptica/infrarroja, enlaces de datos, sistemas de supervivencia de aeronaves, sonares de inmersión y sonoboyas. El sistema de misión totalmente integrado procesa datos de sensores para crear una imagen situacional completa de la superficie del océano y el dominio submarino. Con conocimientos prácticos, la tripulación puede rastrear, apuntar y atacar barcos o submarinos de manera efectiva y eficiente. Para ello va armado con torpedos, misiles aire-tierra y cohetes, y cañones servidos por la tripulación.
El contrato con Lockheed Martin también contempla cuatro sonares aerotransportables de baja frecuencia (ALFS), sonoboyas AN/SSQ, terminales de radio SRQ-4 Hawlink, transpondedores de identificación amigo/enemigo AN/APX-123, sistema de transmisión de la información Link 16, lanzamisiles y lanzadores digitales de cohetes, y otros componentes como ojivas de alto explosivo para cohetes y distintos tipos de motores cohete.
Con un peso máximo al despegue de casi 11 toneladas, el MH-60R cuenta con un par de motores T700 de General Electric y capaces de generar 1.900 caballos cada uno. Dispone de una velocidad máxima de 270 kilómetros por hora con una autonomía en modo guerra antisubmarina de 3 horas y media.
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