Cielos seguros
Defensa compra a Indra un segundo antidrón Crow como el que protegió el espacio aéreo durante la Cumbre de la OTAN
El sistema puede emplear, además, técnicas de engaño o spoofing para distorsionar los sistemas de autoguiado del aparato y poder dirigirlo hacia un lugar seguro.
El Ejército del Aire y del Espacio ha cerrado con la empresa española Indra Sistemas la compra de un segundo sistema antidrón Crow, por 1.499.950 euros, casi el doble de lo que costó el primero hace ahora un año (878.000 euros).
Según las especificaciones de la empresa, el Crow, antes conocido como Arms, combina el uso de radares, cámaras infrarrojas y sensores de radiofrecuencia para detectar, identificar y clasificar amenazas a varios kilómetros y escoger la contramedida más adecuada para bloquear los enlaces de comunicaciones y de geolocalización del dron, pudiendo integrar medidas de hard-kill si es preciso.
Se trata de uno de los pocos sistemas que ya ha demostrado su eficacia en operaciones reales: protegió a los soldados españoles en Mali y a los presidentes y jefes de estado que aterrizaron en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz para acudir a la Cumbre de la OTAN en Madrid el mes de junio del pasado año.
Junto con las tecnologías activas y pasivas, asegura la compañía, utiliza “inteligencia artificial y algoritmos de fusión de datos para lograr el máximo nivel de rendimiento y automatización”. Una consola de control ayuda al operador a supervisar la situación, definir la zona a proteger, establecer alarmas y automatizar respuestas.
Según el fabricante, el Crow es actúa como “un escudo inteligente, que detecta la presencia de UAV a kilómetros de distancia y las neutraliza si invaden el espacio a proteger". La solución se puede utilizar de forma dirigida para inhibir a un solo dron o a todo un enjambre.
El sistema puede emplear, además, técnicas de engaño o spoofing para distorsionar los sistemas de autoguiado del aparato y poder dirigirlo hacia un lugar seguro. Permite desde la detección hasta la neutralización de la amenaza, incluyendo la identificación y clasificación de la misma, el registro de eventos, la generación de informes, etc.
La solución neutraliza los UAS detectados no autorizados mediante el empleo de tecnologías tanto soft-kill como hard-kill. El catálogo de Crow incluye múltiples opciones de contramedida para ser utilizadas según el escenario y la evaluación de riesgo-beneficio, así como otros factores como la regulación existente, destaca la empresa. También puede integrarse, añade, con otros sistemas como ATM, UTM y U-Space en los aeropuertos o sistema de defensa aérea terrestre.
Los sistemas antidrón son una tecnología muy compleja, que requiere el uso combinado de diferentes sistemas que deben trabajar de forma conjunta con total precisión a una enorme velocidad. Según Indra, la compañía juega en este sentido con la enorme ventaja que le aporta "ser uno de los principales fabricantes de radares del mundo, un líder en sistema de defensa electrónica y mando y control y una empresa pionera en el desarrollo de todo tipo de sistemas de radiofrecuencia, posicionamiento y comunicaciones".
Al mismo tiempo, Indra también fabrica drones contando con una familia propia de vehículos no tripulados, lo que le confiere un conocimiento profundo de los sistemas que emplea y de cómo neutralizarlos. Solamente de esta forma es posible poner en el mercado una solución crítica como esta, que todos los aeropuertos del mundo, instalaciones industriales y edificios públicos deberán incorporar en los próximos años y que las Fuerzas Armadas están utilizando ya para protegerse en zonas de conflicto.
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