
Defensa
España copió y mejoró el avión más famoso de la Segunda Guerra Mundial: no dejó de volar hasta 1960
En la España de la posguerra, la ingeniosidad nacional permitió que un diseño militar icónico de la Segunda Guerra Mundial siguiera surcando los cielos dos décadas más

La España de mediados del siglo XX se enfrentaba a una situación de posguerra devastadora, tanto social como industrial. Con una economía diezmada y una infraestructura dañada, la producción tecnológica se veía dificultada por la escasez de maquinaria, materias primas y personal cualificado. A pesar de este panorama complejo, el país emprendió la modernización de sus fuerzas armadas. No es de extrañar que se siguieran utilizando cazas rusos de la Guerra Civil durante bastantes años.
En este contexto de aislamiento, el Ministerio del Aire, bajo el general Juan Yagüe, impulsó un plan para actualizar la aviación militar. Parte de la estrategia incluía la adquisición de licencias para fabricar aeronaves alemanas, como el Messerschmitt Bf 109G-2, uno de los cazas más icónicos de la Segunda Guerra Mundial. Hispano Aviación S.A. asumiría esta labor en Sevilla.
La realidad, sin embargo, impuso dificultades. Alemania envió 25 unidades del Bf 109G-2 como referencia, pero solo llegaron los fuselajes de los aviones. La interrupción de las vías ferroviarias impidió la llegada de los motores y otros componentes esenciales, dejando a Hispano Aviación con las células incompletas y un reto considerable.
El Buchón: el legendario caza español que superó las expectativas
Ante la ausencia de motores originales, Hispano Aviación adaptó el diseño con propulsores nacionales, los Hispano-Suiza HS-12-Z-89. Esta primera versión, conocida como HA-1112-K1L "Tripala", voló el 2 de marzo de 1945. Se construyeron cuarenta aparatos nuevos, a los que se sumaron veinticinco HA-1109-J1L reconvertidos.
El punto de inflexión llegó al adquirir España un número considerable de motores Rolls-Royce Merlin 500-45 británicos, junto con sus hélices Rotol Limited. Esta adquisición permitió una mejora sustancial, dando lugar al HA-1112-M1L, el "Buchón". Su primer vuelo fue el 29 de diciembre de 1954; aunque inicialmente presentó problemas de estabilidad por el sentido de giro contrario de la hélice, se solventó con ajustes de diseño.
La producción del HA-1112-M1L "Buchón" se extendió entre 1954 y 1958, con 172 unidades fabricadas, incluyendo conversiones. El apodo "Buchón" se debe a la característica forma de la parte baja del carenado del motor, que recordaba el buche de un ave. Este rasgo lo convirtió en uno de los aviones más reconocibles de la aviación española.
Los primeros "Buchones" fueron entregados en 1957 al 71 Escuadrón Táctico. Su vida operativa se prolongó de forma considerable, manteniéndose en servicio activo hasta octubre de 1965. Esta longevidad es notable, comparada con otros aviones de la Segunda Guerra Mundial, demostrando la eficacia y durabilidad de la adaptación española.
Cabe destacar que los motores Rolls-Royce Merlin, esenciales para el "Buchón", también se emplearon en otra aeronave de origen alemán fabricada bajo licencia en España: el CASA 2.111 "Pedro", versión del bombardero Heinkel He 111. Esta convergencia subraya la ingeniería de adaptación y la pragmática respuesta a las limitaciones de la posguerra.
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