Misiones militares
España dice adiós a la "fábrica de soldados malienses"
Las Fuerzas Armadas concluyen la misión de entrenamiento de la UE en Mali tras once años y más de 20.000 soldados adiestrados
A mediados de enero del año 2013, la Unión Europea (UE) daba luz verde a la creación de una misión de entrenamiento (EUTM, por sus siglas en inglés) en Mali. El país corría peligro de convertirse en un santuario yihadista, sobre todo en el norte, donde las autoridades eran incapaces de garantizar la seguridad. Sus débiles Fuerzas Armadas necesitaban ayuda, por lo que todos los esfuerzos se centraron en conseguir que sus soldados alcanzasen un nivel suficiente para combatir a los terroristas y dar estabilidad a esta zona del Sahel clave para Europa. Pero también para España, más incluso, pues esta franja de inestabilidad del norte de África, la bautizada como «frontera avanzada», está a escasos 1.500 kilómetros de nuestro país. De ahí que los diferentes gobiernos de estos últimos años se hayan implicado mucho en ella, convirtiéndose en una de las operaciones que más han visitado tanto los titulares de Defensa como los presidentes del Gobierno. Un mes después de arrancar, los primeros militares españoles ya estaban desplegados en la capital, Bamako, y el mensaje que se transmitía era claro y se repetía por activa y por pasiva: «La seguridad y la estabilidad en África y en el Sahel es fundamental para España». Pero hoy, once años después, EUTM-Mali cierra sus puertas definitivamente. La UE no ha atendido a las constantes reclamaciones de nuestro país y no ha renovado su mandato, ante lo que la ministra de Defensa, Margarita Robles, alertó la pasada semana: «La UE debe plantearse el papel en el Sahel, porque la situación es muy complicada y difícil».
Eso sí, a día de hoy ese adiós podría ser un hasta luego, pues la ministra también confirmó que el Ejecutivo ya busca fórmulas para seguir colaborando de forma bilateral con Mali, ya sea con otra operación de entrenamiento o de apoyo a la seguridad.
Porque España sigue considerando clave alcanzar la estabilidad en el Sahel y es algo en lo que ha insistido en todo este tiempo. Tal es la importancia que nuestro país le ha dado a esta misión de entrenamiento (se han desplegado 8.300 militares e invertido unos 800 millones) que cuatro generales españoles han estado al frente de la misma en estos once años. El primero, Alfonso García-Vaquero, en 2014, y el último, Santiago Fernández Ortiz-Repiso, desde diciembre de 2022 y hasta el último día, siendo él el encargado de coordinar el repliegue, tanto de las tropas españolas como del resto de países aliados.
Protagonismo español
Atrás quedan esos once años en los que las Fuerzas Armadas fueron ganando protagonismo en Mali prácticamente desde el minuto uno. Del medio centenar de uniformados que se desplegó en 2013 se pasó rápidamente a un centenar, luego a 160, 250, 300... así hasta llegar a unos 600 en 2021, el máximo que España desplegó en el país africano, principalmente en la localidad de Koulikoro, a 60 kilómetros al noreste de Bamako.
Allí estaba el centro de adiestramiento «Boubacar Sada Sy», conocido como la «fábrica de soldados malienses». Allí se impartían a los locales una serie de cursos que iban desde la instrucción general más básica a diferentes especialidades, como artillería, transmisiones, derecho internacional o técnicas de operaciones especiales.
Módulos intensivos de unas diez semanas con siete horas de clase diarias que concluían con un ejercicio final realista a nivel batallón en la que se ponía a prueba todo lo aprendido. Poco tiempo después, los malienses marcharían al norte para luchar contra los yihadistas. Más de 20.000 soldados han sido adiestrados en el marco de esta misión, los cuales cosecharon una serie de éxitos destacables gracias a la ayuda de los ejércitos comunitarios. Eso sí, desde hace unos dos años la formación estaba suspendida por la inestabilidad tras el golpe de Estado de 2021.
Intento de atentado
Pero España también aportaba a esta misión otras capacidades, como una unidad de helicópteros de transporte para facilitar los movimientos de los instructores europeos que daban sus clases en diferentes puntos del país. O la unidad de protección a la fuerza, la cual daba seguridad tanto al cuartel general de la misión, establecido en un hotel de Bamako, como en el centro de adiestramiento de Koulikoro. Fueron los militares españoles los que repelieron en 2019 un ataque terrorista con dos coches bombacontra sus instalaciones.
Ahora, once años después, España se despide de Mali con la intención de volver. Ayer se celebró en Bamako un solemne acto que oficializaba el fin de la operación, en el que el general maliense Oumar Diarra y el español Santiago Fernández Ortiz-Repiso se fundieron en un abrazo que simbolizaba las buenas relaciones entre ambos países, algo que confirmaba hace una semana este último. Mientras hablaba de «misión cumplida», advertía: «Debemos continuar a su lado».
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