Misiones

España se prepara en Eslovaquia para liderar a 60.000 militares de la OTAN ante un ataque de Rusia

Por primera vez, la Alianza encarga a nuestro país la misión de dirigir a las tropas aliadas si Moscú desata un conflicto de alta intensidad en el Flanco Este

El campo de maniobras de Lešt, en Eslovaquia, cuenta dentro de sus 145 km2 de superficie con zonas que reflejan un pasado soviético que nunca desapareció. Grandes edificios de hormigón abandonados, restos de iconografía comunista, antiguos blindados rusos expuestos o pequeñas poblaciones en las que se palpa esa historia. Oremland es una de ellas. Un lugar en el que se detuvo el tiempo hace décadas y en el que en cada esquina, en cada bloque de casas, se respira un aire con aroma soviético.

Es mediodía y las calles están desiertas. No se escucha nada. Los restos desvencijados de un icónico Lada Niva reposan a un lado de la carretera. De repente, algo rompe esa calma. A lo lejos se escuchan gritos acompañados del rugir de motores que se acercan y al fondo de la calle principal aparecen dos vehículos de reconocimiento y combate de Caballería "Centauro". Van escoltados por militares y se detienen a los pocos metros. En ese momento, las voces ya se distinguen como españolas.

"¡Despejado!", grita uno de ellos tras apostarse en una esquina y comprobar, sin bajar su fusil, que no hay peligro. Con una rápida señal de su mano indica al conductor del blindado que avance, algo que hace despacio, apuntando su cañón a todos los lados. La escena se repite en cada esquina hasta que cruzan sin contratiempos el núcleo urbano. Entonces, el tiempo vuelve a detenerse en Oremland, aunque no durará demasiado.

Los "paracas", al frente

Esto forma parte de unas maniobras multinacionales con las que las Fuerzas Armadas españolas se adiestran para estar listas ante cualquier crisis. Y los protagonistas de la escena pertenecen al Regimiento de Caballería «Lusitania» nº 8 de la Brigada «Almogávares» VI de Paracaidistas (BRIPAC), unidad esta última que desde julio está al frente de una de las ocho brigadas terrestres de la OTAN en el Flanco Este, aunque no desplegada al completo: la de Eslovaquia, a la que aporta 752 efectivos, 250 vehículos y armamento pesado.

Dos vehículos «Centauro» españoles avanzan mientras un militar comprueba que no hay enemigos
Dos vehículos «Centauro» españoles avanzan mientras un militar comprueba que no hay enemigosFernando CancioLa Razón

Y es que España quiere reivindicarse aún más en la OTAN y lleva ya tiempo contribuyendo de manera destacada a sus diferentes fuerzas de disuasión (reforzándolas cada vez con más efectivos y medios). Pero ahora ha dado un paso al frente y en suelo eslovaco no solo manda por primera vez una brigada multinacional, sino que la Alianza también ha aceptado su ofrecimiento de liderar la respuesta aliada ante una agresión rusa en su área de responsabilidad, lo que significa que si Rusia ataca Eslovaquia, República Checa o Hungría, las Fuerzas Armadas españolas serían las encargadas de dirigir la ofensiva con hasta 60.000 militares de diferentes países.

Se trata de dos misiones diferentes pero relacionadas, pues ambas comparten bandera y objetivo: disuadir, garantizar la seguridad aliada y, si se diese el caso, estar listos para responder con todo. Y ambas forman parten del nuevo concepto de fuerzas de la OTAN, que decidió ampliar el número de efectivos en disposición de desplegarse inmediatamente de 40.000 a 500.000.

Brigada multinacional

Por un lado, está la brigada de Eslovaquia, que en la actualidad está compuesto por unos 1.100 militares de cinco países (España, Eslovaquia, Eslovenia, Portugal y República Checa; Rumanía se unirá en enero), de los que 752 son españoles. Y aunque no está desplegada en su totalidad, cuenta con una serie de elementos que le facilitarían cumplir el mandato de la Alianza de transformarse en brigada completa, lo que implicaría aumentar sus capacidades y el número de efectivos hasta 2.800, de los que 2.100 serían españoles.

Todo está listo para llevarlo a cabo y esos elementos de refuerzo que ya están en suelo eslovaco permitirán, en caso necesario, agilizar el despliegue del resto de personal y medios que están en alerta en España o la República Checa, como un batallón de ingenieros, un grupo de artillería de campaña o varios grupos tácticos, entre otros.

Misión en Eslovaquia
Misión en EslovaquiaA: CruzLa Razón

Y maniobras como la protagonizada por los «Centauro» (blindados cazacarros que se estrenan en una misión en el exterior) ayudan a prepararse para cumplir este objetivo. Es solo una de las fases de los ejercicios que a lo largo de esta semana han llevado a cabo con el resto de países que forman parte de esta fuerza de disuasión. Todos, a las órdenes del coronel Francisco Calvo, del Regimiento «Nápoles» nº 4 de Paracaidistas.

Durante estas maniobras han simulado una invasión por parte de tropas enemigas, cuyo objetivo principal era controlar un centro logístico. Y para frenarlas, han sacado al campo de batalla todos sus medios durante tres intensas jornadas ininterrumpidas.

Blindados portugueses y vehículos españoles en el campo de maniobras de Lešt
Blindados portugueses y vehículos españoles en el campo de maniobras de LeštEMADEMAD

De día, los misiles contracarro «Spike» españoles abren camino a los blindados «Leopardo» portugueses mientras los zapadores tienden un campo de minas para frenar a los carros de combate enemigos (representados por los checos), logrando acabar con 14 de ellos. Mientras, el sistema «Cervus» neutraliza a los drones atacantes. Pero parte de las tropas invasoras se ha resguardado en poblaciones cercanas, así que por la noche hay dar con ellas y «limpiar» la zona.

Drones, explosivos, obuses...

Para ello cuentan con los ojos del dron «Raven», que les permite conocer su posición con exactitud por mucho que quieran esconderse, gracias, entre otras capacidades, a sus cámaras térmicas. Con esa información, la batalla se traslada a tierra firme, donde los militares van edificio por edificio. Y si no pueden acceder, los zapadores utilizan explosivo para abrir las puertas. A lo lejos, otros ojos, los de los tiradores de precisión, que vigilan y dan seguridad a sus compañeros.

Una de las poblaciones que «limpian» es Oremland, donde la calma vuelve a romperse. Allí despliegan otra capacidad clave: una batería de obuses «Light Gun» con la que dan apoyo a las fuerzas terrestres, atacando los pocos objetivos enemigos que quedan y así cumplir con su misión de frenar el ataque.

Efectivos españoles despliegan un obús «Light Gun» en Oremland durante una operación nocturna
Efectivos españoles despliegan un obús «Light Gun» en Oremland durante una operación nocturnaFernando CancioLa Razón

Esta simulación no es más que un adiestramiento habitual que, sin embargo, les prepara para dos hitos clave de cara a convertirse en una brigada completa. El primero, en noviembre, con un ejercicio en el que se certificará su capacidad operativa inicial. Y en junio, el examen final, cuando al campo de maniobras de Lešt llegarán esos 2.800 efectivos que conformarían la brigada, exhibiendo la capacidad de nuestro país para, en caso necesario, desplegar y coordinar a un gran número de efectivos en apenas diez días.

Liderazgo en el peor escenario

Pero las Fuerzas Armadas españolas aún quieren demostrar más. Por ello, ofrecieron (y la OTAN aceptó) desplegar también en suelo eslovaco, en Kuchyña, lo que se conoce como un Elemento Avanzado de Cuerpo de Ejército (CFE, por sus siglas en inglés). Esto es, una especie de avanzadilla de elementos y medios del Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN de Bétera (Valencia), el cual está certificado desde 2021 para dirigir a los efectivos aliados en operaciones y combates de alta intensidad.

Dos militares españoles durante una incursión nocturna
Dos militares españoles durante una incursión nocturnaEMADEMAD

Su estructura por ahora es básica, con 33 efectivos que, bajo las órdenes del coronel Gustavo Paredes Lobo, gestionan las transmisiones, la logística y las relaciones y maniobras con los países de su área de responsabilidad (República Checa, Eslovaquia y Hungría). En breve serán 60 más, pues llegará una unidad de helicópteros con dos de ataque «Tigre» y uno de transporte NH90 (la intención es que finalmente sean tres y dos, respectivamente).

De esta forma, ese elemento avanzado de cuartel general aliado (hay uno en cada brigada del Flanco Este) estaría listo para, en caso de ataque de Rusia a los citados países, desplegar en Kuchyña a otros 350 efectivos españoles y más medios para dirigir la respuesta de la Alianza frente a esta agresión.

Y esa respuesta incluye, según las necesidades y la intensidad, hasta 60.000 efectivos aliados que están preparados y en alerta en sus países para que, en cuanto la OTAN active sus planes de defensa y se dé la orden, hacer un primer despliegue en solo diez días, completándolo en un máximo de dos meses.

Un escenario, hipotético y el peor de todos, en el que las Fuerzas Armadas españolas quieren demostrar que están preparadas.