Rearme
España recupera por fin su capacidad lanzacohetes tras adjudicar el Silam por 700 millones: misiles con hasta 300 kilómetros de alcance
Adjudicado a las empresas Escribano y Rheinmetall Expal, con tecnología de la israelí Elbit, el concurso por el que se construirán 12 lanzadores de misiles con un alcance de 40, 150 y 300 kilómetros.
El pasado viernes, 15 de diciembre, la Plataforma de Contratación del Sector Público publicaba la adjudicación, por parte de la Subdirección General de Adquisiciones de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa, del sistema lanzacohetes de alta movilidad (SILAM) a las empresas Escribano Mechanical & Engineering y a Expal (comprada el pasado año por la alemana Rheinmetall) por un valor de 697,5 millones de euros (impuestos incluidos). Previamente, en octubre, el Consejo de Ministros aprobó el acuerdo por el que se autorizaba la celebración del contrato para comprar este sistema, una de las grandes carencias del Ejército de Tierra español después de que dejarán de prestar servicio los lanzacohetes Teruel y no fueran sustituidos.
El objetivo es la adquisición de 12 lanzadores de misiles (un grupo de Artillería), una serie de sistemas asociados para la localización e identificación de objetivos entre los que destacan radares multifunción y drones tácticos de altas prestaciones, un demostrador, vehículos de municionamiento con grúa, dos vehículos de recuperación, seis de reconocimiento de alta movilidad, 10 de puestos de mando así como todo el equipo necesario para poner en funcionamiento el SILAM. La munición, que será fabricada por Expal, consistirá en 680 cohetes guiados de distintos modelos y alcances. Las entregas comenzarán en 2024, aunque con cohetes de entrenamiento, y la munición real llegará a partir de 2025. El Ejército de Tierra recibirá en 2028 los últimos lotes de cohetes.
"Compromiso con la OTAN"
"Con la adquisición de este sistema de armas, caracterizado por poder disparar con precisión diferentes cohetes y misiles guiados de altas prestaciones, se dotará al Ejército de Tierra de nuevas capacidades, potenciando su operatividad, dándose igualmente cumplimiento a los compromisos adquiridos por España en el marco OTAN", rezaba el texto del Consejo de Ministros.
La capacidad de estos sistemas lanzadores, dotados de flexibilidad en la configuración de sus municiones y de mayor precisión, permitirá a nuestras Fuerzas Armadas superar las limitaciones en alcance de las municiones lanzadas por cañón, alcanzando objetivos más allá de los 300 kilómetros, "con un menor consumo de munición, en contextos operativos cada más caracterizados por escenarios de denegación aérea, y adaptarse y atender de forma rápida y flexible las distintas necesidades que se puedan plantear en los teatros de operaciones, reduciendo asimismo los riesgos de daños colaterales".
El pasado mes de septiembre se daba el primer paso administrativo en este sentido, cuando el Gobierno autorizaba al Consejo de Ministros el techo de gasto de tres nuevos programas especiales de modernización de las Fuerzas Armadas, entre los que se encontraba el lanzacohetes Silam.
La Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa tenía sobre la mesa varias opciones para el diseño y desarrollo de este sistema, pero todas contemplaban la compra a un contratista nacional apoyado por un tecnólogo extranjero. Esta era la opción preferida por la Secretaría de Estado de Defensa para fortalecer la base industrial y tecnológica de la defensa, por delante de otras como la adquisición directa en el mercado internacional, la compra a Estados Unidos vía FMS del sistema Himars o incluso el diseño de un sistema europeo (programa E-Colorss) que, en todo caso, no cumplía con los plazos fijados de entrada en servicio.
Tres opciones posibles
Eran tres las opciones que se habían considerado (evaluado o al menos tenidas en cuenta), según explicó el Ejército de Tierra en un taller con empresas el pasado mes de mayo, enfocado en las municiones y el geoposicionamiento:
- Un sistema basado en el lanzacohetes Chunmoo de la coreana Hanwa en asociación con la española Tecnesis 3000
- Una alianza entre SMS y la brasileña Avibras para producir un sistema a partir del Astros
- El desarrollo nacional del sistema PULS de la israelí Elbit por parte de un consorcio formado por Expal, Escribano, GMV e Iveco.
Sin embargo, en la Plataforma de Contratación del Sector Público donde aparecía el pasado viernes la adjudicación, asegura que solo se ha recibido una oferta y explica que Escribano Mechanical & Engineering y Rheinmetall Expal Munitions SAU UTE "es la única empresa capacitada técnicamente para el desarrollo del proyecto desde el punto de vista técnico y se han negociado, mejoras de interés para la administración".
Añade además que "la formalización del contrato deberá efectuarse no más tarde de los quince días hábiles siguientes a aquél en que se remita la notificación de la adjudicación a los licitadores y candidatos".
Según el Ejército de Tierra, esta oferta, basado en el lanzacohetes israelí PULS, cumple con los requisitos fijados por el Mando de Artillería de Campaña (MACA) y destacaron que el programa no es solo una necesidad a la vista de las lecciones aprendidas de la guerra de Ucrania, sino también una “deuda” con la OTAN.
Un lanzacohetes con un alto componente de desarrollo nacional
El Ministerio de Defensa apuesta por un lanzacohetes con un alto componente de desarrollo nacional, en torno al 75%, y por el desarrollo nacional de los misiles y cohetes, es decir, la munición, que prácticamente se llevará el 90% del presupuesto, de acuerdo con las estimaciones realizadas.
Es decir, el departamento buscaba un papel protagonista de la industria española. Esta es una de las líneas que la nueva Estrategia Industrial de Defensa quiere reforzar. El objetivo es diseñar y producir siempre que sea posible en España y, si esto no es posible, adquirir una solución interina y a la vez promover el desarrollo de una alternativa nacional.
Aunque inicialmente estaba previsto destinar 290 millones de euros entre el periodo 2023-2028 a este sistema, finalmente el Gobierno casi dobla esta cantidad, pues la cantidad aprobada ha sido de 697,5 millones de euros (impuestos incluidos). Escribano y Expal han llegado a un acuerdo con Elbit de transferencia de tecnología para su fabricación en España. La propuesta también cuenta con la participación de otras empresas españolas como GMV que trabajaría en la integración del nuevo sistema lanzacohetes en el sistema de mando y control de artillería Talos del Ejército de Tierra.
El plan industrial presentado al Ministerio de Defensa contempla la fabricación por parte de Escribano de los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica del lanzador, pods y estabilizadores, así como la integración de sistemas blindados, sus estaciones de armas remotas y kits de munición guiada. Mientras, Expal estará al frente del desarrollo de los cohetes y GMV participará en la citada integración del Talos. Por su parte, Iveco España pondrá la plataforma, en este caso, un camión 8x8. No obstante, el listado de empresas es más amplio. Desde Escribano apunta que se han cerrado acuerdos con compañías de toda la geografía española para colaborar en el programa (Asturias, Guipúzcoa, Barcelona, Burgos, Cáceres, Madrid, Albacete, Sevilla, Córdoba, Murcia...), lo que fomenta la cohesión territorial.
Tipos de cohetes
El proyecto contempla un alcance de 40 kilómetros con cohetes Accular (288 unidades, 144 con cabeza de guerra de fragmentación y otros tantos de penetración), 150 kilómetros con cohetes Extra (112 unidades, 56 de fragmentación y 56 de penetración), y de 300 kilómetros con cohetes del modelo Predator Hawk (64 unidades, la mitad de fragmentación y la otra mitad de penetración). La propuesta también incluye el mantenimiento del sistema en España durante todo el ciclo de vida. Expal y Escribano también buscan la comunalidad con otros programas en los que trabajan conjuntamente como el de munición guiada.
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