Defensa

Es muy desconocido en la historia de España, pero este carro de combate marcó una época en el ejército

Nació para combatir en la Segunda Guerra Mundial, pero su historia en España se escribió en el desierto del Sahara. El único carro de combate norteamericano que operó nuestro Ejército ya tiene su hogar en un museo de Madrid

Es muy desconocido en la historia de España, pero este carro de combate marcó una época en el ejército
El M24 Chaffee en una recreación histórica del año 2006Wikimedia

Hay diseños que nacen con vocación de perdurar y el carro de combate M-24 Chaffee es uno de ellos. Resulta sorprendente que un blindado concebido durante la Segunda Guerra Mundial siguiera prestando servicio en ejércitos como el de Chile hasta 1999, gracias a una modernización que demuestra un diseño de excepcional robustez. Ahora, una de estas piezas de historia militar ha encontrado su destino final en Madrid, incorporándose a la colección del Museo de Medios Acorazados (MUMA) del Ejército de Tierra.

De hecho, la longevidad de este vehículo no fue una casualidad. Su historial de combate se extendió mucho más allá de su estreno en los campos de batalla europeos en noviembre de 1944. El Chaffee fue utilizado en múltiples conflictos posteriores, desde la Guerra de Corea hasta la de Vietnam, e incluso en la contienda entre Irán e Irak en los años ochenta. Su versátil chasis sirvió además como plataforma para desarrollar otras variantes, como obuses autopropulsados.

En el caso de España, su llegada fue una consecuencia de los Pactos de Madrid firmados con Estados Unidos en 1953. Dentro de ese programa de ayuda militar, un primer lote de 31 unidades aterrizó en 1956, una cifra que con el tiempo superaría los 150 tanques. Se convirtió así en el único carro de combate de fabricación norteamericana de la Segunda Guerra Mundial en servir en las filas españolas, tal y como han publicado en Defensa.com, marcando una época de transición para nuestras Fuerzas Armadas. Este hecho lo distingue de otros blindados de origen extranjero que también sirvieron en España, como el tanque ruso T-26, cuya historia se remonta a la Guerra Civil.

De los campos de batalla a la historia militar española

Asimismo, su integración en los regimientos del Arma de Caballería no fue meramente testimonial. Estos blindados ligeros tuvieron un papel relevante en la historia reciente de nuestro país, viviendo su bautismo de fuego en 1958 durante el conflicto de Ifni-Sáhara. Allí, su movilidad y su cañón de 75 milímetros demostraron ser herramientas cruciales en un teatro de operaciones complejo. Mientras estos blindados marcaban un hito en la caballería española, en su país de origen el Ejército de Estados Unidos ha comenzado a redefinir el futuro de esta emblemática arma, mostrando la constante evolución de las doctrinas militares.

Por otro lado, la propia concepción del tanque explica su éxito. Fue bautizado en honor al general Adna R. Chaffee Jr., uno de los pioneros de las fuerzas acorazadas estadounidenses, y se fabricaron 4.731 unidades en un tiempo récord, entre abril de 1944 y agosto de 1945. Su diseño priorizaba la velocidad y la capacidad de reconocimiento sobre un blindaje pesado, una filosofía que garantizó su eficacia y su prolongada vida operativa en medio mundo.