Defensa antiaérea
Por qué España ni tiene ni puede tener misiles ATACMS, con 300 kilómetros de alcance, como los que Ucrania está usando contra Rusia
El Ejército de Tierra perdió su capacidad de lanzar este tipo de misiles en 2011, cuando dio de baja sus lanzacohetes Teruel sin un sustituto.
La pasada semana conocíamos que Ucrania había utilizado por primera vez un misil ATACMS de largo alcance suministrado por Estados Unidos algo que, para muchos, podría suponer un punto y aparte en el curso de la guerra contra Rusia pues permite atacar la retaguardia con una profundidad impensable hasta ahora, gracias a este cohete superficie-superficie fabricado por Lockheed Martin tiene un alcance de 300 kilómetros. Su desarrollo comenzó en la década de los 80 del siglo pasado y Ucrania lo llevaba pidiendo desde hace un año para golpear con mayor efectividad centros de mando, bases aéreas y depósitos de combustible y municiones rusas en la retaguardia.
El misil guiado ATACMS se lanza habitualmente desde el M270 MLRS (sistema de lanzamiento múltiple de cohetes). También se puede disparar desde una plataforma HIMARS. El M270 es un vehículo blindado de oruga que transporta tubos de lanzamiento de misiles y que está diseñado sobre el chasis del vehículo de combate Bradley. Por su parte, el M142 HIMARS se asienta en el chasis del camión MTV del ejército. Ambas plataformas se encuentran en Ucrania desde hace más de un año.
Y tratándose de un arma tan fundamental, ¿tienen las Fuerzas Armadas españolas misiles ATACMS o alguno similar? Pues la respuesta es clara: ni tiene ni podría tenerlos, al menos a corto plazo. El problema fundamental es que España carece ahora mismo de capacidad de artillería antiaérea desde que el lanzacohetes Teruel, de diseño español y en servicio desde mediados de los años 80, fuera dado de baja el 31 de diciembre de 2011 como sistema de armas operativo del Ejército, tras haber marcado un hito en su tiempo en la modalidad de Artillería cohete.
La decisión de darlos de baja estuvo motivada porque tanto el vehículo que le servía de plataforma de lanzamiento como el sistema habían quedado obsoletos, pero no había un plan B y se retiraron sin una alternativa.
Desde entonces, no ha sido posible el desarrollo de otro sistema de armas basado en la capacidad cohete cuyos requerimientos operativos estuvieran adaptados a las exigencias y tecnologías actuales y han tenido que pasar 12 años hasta que el Consejo de Ministros aprobara, el pasado 10 de octubre, el acuerdo por el que se autoriza la celebración del contrato para el suministro del sistema lanzacohetes de alta movilidad.
Mediante este contrato se autoriza la adquisición del sistema integrado de fuego indirecto de largo alcance (lanzacohetes), denominado Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (Silam). La capacidad de estos sistemas lanzadores, dotados de flexibilidad en la configuración de sus municiones y de mayor precisión, permitirá a nuestras Fuerzas Armadas superar las limitaciones en alcance de las municiones lanzadas por cañón, alcanzando objetivos más allá de los 300 kilómetros. En cualquier caso, y siendo optimistas, no estaría listo antes de 2028.
La Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa tiene sobre la mesa varias opciones para el diseño y desarrollo de este sistema, pero todas contemplan la compra a un contratista nacional apoyado por un tecnólogo extranjero. Esta es la opción preferida por la Secretaría de Estado de Defensa para fortalecer la base industrial y tecnológica de la defensa, por delante de otras como la adquisición directa en el mercado internacional, la compra a Estados Unidos vía FMS del sistema Himars o incluso el diseño de un sistema europeo (programa E-Colorss) que, en todo caso, no cumple con los plazos fijados de entrada en servicio.
Por tanto, actualmente el Ejército de Tierra no tiene capacidad de lanzar misiles antiaéreas, disponiendo únicamente de las baterías de los sistemas NASAMS, que lanza misiles AMRAAM y cuyo alcance es solo de entre 7 y 10 km en el entorno del objetivo a proteger y un máximo de 25. La otra opción es el sistema lanzacohetes Patriot, cuyas baterías actualmente en servicio en España disparan misiles tierra-aire (MIM-104C) con un alcance de 100 km y Mach 5.
De tal modo que nada parecido a los 300 kilómetros de los ATACMS estadounidenses o los Storm Shadow británicos.
Cuando se ponga en marcha el proyecto Silam, se contempla un alcance de 40 a 150 km con cohetes Accular y Extra, respectivamente, y de 300 km con el Predator Hawk si, finalmente, se opta por la tecnología israelí del sistema PULS y que se fabricaría de la mano de la industria española.
Por ahora, el misil con más alcance en las Fuerzas Armadas españolas es el KEPD-350 Taurus, un misil de crucero aire-tierra de largo alcance que, según su fabricante, alcanzaría los 500 kilómetros, y está pensado tanto contra objetivos específicos de alto valor como de área para los aviones de combate Eurofigther Typhoon y Mc Donnell F-18 Hornet que sirven en el Ejército del Aire español, además de el de Alemania y Corea del Sur. El misil tiene un peso de 1.400 kilos, 5,1 metros de altura, 1,08 de diámetro y una cabeza explosiva de 480 kilos.
Paradójicamente, quién sí dispondrá de este tipo de misiles es Marruecos, que ha adquirido el sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS) y equipo relacionado por un costo estimado de 524,2 millones de dólares. La Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa entregó la certificación requerida notificando al Congreso de esta posible venta".
El Gobierno de Marruecos ha solicitado la compra de 18 lanzadores M142 High Mobility Artillery Rocket System (HIMARS), 40 Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército M57 (ATACMS); 36 M31A2 Sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple guiados (GMLRS) unitarios; 36 ojivas alternativa M30A2 de sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple guiados (GMLRS)...
Más allá de la importancia de que Marruecos cuenta con los sistemas de lanzacohetes múltiple HIMARS, lo más grave quizás es el hecho de que haya adquirido también misiles de medio alcance. El HIMARS tiene un alcance reconocido y probado de hasta 300 km y una variedad de municiones futuras en desarrollo que ofrecerán un alcance extendido más allá de los 499 km. Ofrece además una capacidad de disparo y desplazamiento que mejora la supervivencia de la tripulación y la plataforma en entornos de alta amenaza. HIMARS puede emplazar, disparar, reubicar y realizar recargas en cuestión de minutos, lo que reduce drásticamente la capacidad de un adversario para localizar y apuntar a HIMARS.
Destaca la compra de misiles como el M57 (ATACMS), un misil tierra-tierra fabricado por la compañía estadounidense Lockheed Martin, con propulsar sólido, cuatro metros de altura y 0,61 de diámetro, que pueden dispararse tanto desde el sistema HIMARS como desde el sistema de cohetes de lanzamiento múltiple MLRS M270. Incorporan una guía asistida por GPS cuyo alcance va de 70 a 300 km con una precisión de disparo de nueve metros.
En cuanto a los 36 sistemas M31A2, se trata de un cohete con ojiva unitaria de alto poder explosivo de 91 kg cuyo alcance va de 15 a 92 km. Por último, los 36 M30A2 adquiridos son similares a los anteriores, con un alcance de 15 a 92 km. Estos dos últimos son del tipo GMLRS, de 227 mm, que agregan guía asistida por GPS a su sistema de navegación inercial. Cada cápsula contiene 6 cohetes idénticos. La mayoría de los cohetes de la serie GMLRS tienen un alcance efectivo de hasta 92 km.
Además, Marruecos ya cuenta con 36 lanzacohetes chinos PHL-03/AR-2 de 300 mm. capaces de disparar 12 cohetes desde una variedad de cabezas convencionales y de racimo con un alcance de hasta 160 km. A todo esto hay que unir las baterías de misiles antiaéreos Patriot 3 que Estados Unidos vendió a Marruecos.
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